Héctor Pereira 29 de julio de 2022
El film tomó 20 años en comenzar a
rodarse. La historia, aunque centenaria, muestra las expectativas y disputas
que despertó y que aún hoy genera el llamado “oro negro” en el país
Transcurre
el primer cuarto del siglo XX, Venezuela rebosa de petróleo por todas partes, y
alguien que mira el país desde el futuro quiere advertir a sus antepasados que
están ante una encrucijada. Sin ánimo de moraleja, la película “Hijos de la
Tierra”, próxima a estrenarse, dibuja este panorama distópico.
La épica producción venezolana verá la luz en septiembre, con un guion que comenzó a escribirse en 1995, a grabarse 20 años más tarde y que llegará a las salas de cine después de una pandemia y con varios de sus autores y protagonistas fallecidos, entre ellos su director, Jacobo Penzo.
La
historia, aunque centenaria, muestra las expectativas y disputas que despertó y
que aún hoy genera el llamado oro negro. Las motivaciones políticas y los
sueños de los venezolanos de a pie son, tanto en la ficción como en la
realidad, tan variados como vigentes.
Así lo
explica a Efe el productor ejecutivo del filme, Sergio Curiel, para quien “el
petróleo es el que concentra el deseo de todos los personajes”, es decir, el
oro negro, sin decir que es bueno o malo, se erige como el “protagonista” en
toda esta trama.
”Ese
día que ese pozo reventó, Venezuela dejó de ser un país agrario para
convertirse en un país petrolero”, destaca.
EL
PAÍS PETROLERO
Al
conocerse, a principios del siglo pasado, la noticia de los reventones
petroleros que emanaban de la caliente tierra en la Costa Oriental del Lago,
estado Zulia, muchos venezolanos abandonaron el campo y apostaron sus
esperanzas en esta nueva forma de riqueza.
Ese
fenómeno, abordado en la película, se repitió durante 100 años hasta volverse
una huella en la sociedad venezolana que, además, ratificó este siglo su
intrínseca relación con el petróleo, al confirmar que dispone de las mayores
reservas probadas del planeta.
Es “la
búsqueda de muchas comunidades de Venezuela (...) que se mudan, buscando el oro
negro, es decir, buscando el sitio donde hay trabajo”, dice Curiel.
El
también editor cinematográfico subraya que en “Hijos de la Tierra” se “habla
sobre la expectativa (y) no sobre el desarrollo del petróleo”, un bien que,
insiste, “está en el centro de la historia”.
La
impronta reflexiva de la pieza, sin embargo, es indeleble, especialmente si se
toman en cuenta los “muchos paralelismos” entre la Venezuela del pasado sin
certezas y un presente marcado por la migración de millones de sus ciudadanos,
también en la búsqueda de una mejoría económica, como en 1922.
Y es
que nada está más relacionado con el dinero en Venezuela que el petróleo, lo
único que necesitó el país durante décadas gloriosas para ser visto como el
suelo rico de Suramérica, el dorado para las trasnacionales energéticas.
”Los poderes,
¿cómo se manejan? El dictador (y) personas buscando” son elementos claves de la
película, prosigue el productor, tras recordar que el momento histórico
escogido es precisamente 1922, cuando el país estaba regido por la mano dura de
Juan Vicente Gómez.
”HIJOS
DE LA TIERRA”
La
producción, cuya edición estaba lista desde antes de la pandemia, esperaba por
la mezcla de sonido y los efectos digitales que ya fueron incorporados con un
resultado que, a juicio de Curiel, respeta las ideas del director, ahora
“eternizado” con esta obra.
El
épico filme “reconstruye campos petroleros (y las) grandes fiestas de la época
de Gómez”, para lo que fueron necesarios autobuses y camiones con vestuarios y
cámaras, así como una logística en la que “vestían y desvestían a 200 personas
a diario durante semanas”.
”Es
una hazaña”, remarca el productor, quien estima los costos de realización entre
3 y 4 millones de dólares.
La
pieza, “un trabajo coral”, recrea los escenarios de los “felices años 20″ que,
en el caso venezolano, estuvieron marcados por un afán de crecimiento
económico, otra vez, en un guiño a la actualidad del país que intenta salir de
su más severa crisis.
La
historia “llega hasta el momento de la explosión, no (habla) sobre cómo fue
usado el petróleo (...) la película te da esos elementos para que tú saques tus
propias conclusiones”, añade el cineasta.
Así,
“Hijos de la Tierra”, en cines a partir del 22 de septiembre, pondrá al público
a hablar sobre ese quiebre que vivió la apacible Venezuela cuando, desde sus
entrañas, emergió un poderoso caudal que desafió la gravedad y el entendimiento
colectivo.
La
nación, aún hoy, intenta entender qué hacer con tal riqueza.
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