Nicole Kolster 23 de julio de 2022
@Nicole_Kolster
Luis
Malpica salió de Venezuela a finales de 2018 por la frontera terrestre, cuando
aún había una aguda escasez de alimentos y productos básicos.
De
Maracay a Cereté, de Cereté a Barranquilla y de Barranquilla a Maracay. Luis
Malpica regresó a Venezuela en 2021 desde Colombia, adónde emigró buscando un
“crecimiento” y unas “oportunidades” que no consiguió.
Y eso que, mal que bien, podía pagar las cuentas, pero la pandemia terminó de hundir la situación. Pese a todo, no se ve en Venezuela mucho tiempo más.
“Esto
es un toque y despegue” para volver a irse, dice Malpica, de 36 años, a
la Voz de América, desde su casa, en Maracay, convertida
ahora en una “cocina oculta”, donde ahora prepara hamburguesas para vender por
encargo.
“En
cuánto tiempo, no lo sabemos (...) Quisiéramos irnos a otro país pero no del
continente”, aclara.
Malpica
salió de Venezuela a finales de 2018 por la frontera terrestre, cuando aún había escasez de
alimentos y productos básicos, engrosando el éxodo de los más de 6 millones de
venezolanos que contabiliza hoy ACNUR.
“Si
conseguías pan era un milagro”, dice en referencia a los años 2015-2018. Sin
embargo, reconoce, llegar a Colombia fue un “choque”.
“Llegar
a un país con condición normal es un golpe, un shock ",
recuerda. "Ir a una panadería a las 9 de la noche y comprar un litro de
leche, pan, jamón y queso (...) A uno aquí en Venezuela se le había olvidado
prácticamente cómo era eso”.
De
Cereté a Barranquilla… y la pandemia
En las
calles de Cereté, un municipio agropecuario del norte de Colombia, Malpica
trabajó montado en bicicleta, vendiendo perros calientes. Pero “no fue fácil,
los primeros meses fueron bastante deprimentes, podía llegar llorando porque no
vendía. Había días que no quería ni salir”.
Y
decidió, a comienzos de 2020, mudarse a Barranquilla, a unos 350 kilómetros,
para probar suerte. “Nos agarró la pandemia (...) todos desconocidos, y ya no
podíamos salir a vender a la calle ni nada”, rememora.
También
trabajó en una licorería, en un spa…
Entre
el temor de que le pudiera pasar algo a un familiar -por el virus- y estar
lejos, y “el desánimo de ver que trabajas y trabajas y sigues estancado y
pagando deudas acumuladas por la pandemia”, decidió regresar a Venezuela.
“Un
país para sobrevivir”
Aunque
fue un “alivio” regresar, Malpica deja muy claro que Venezuela es “un país para
sobrevivir”.
En
enero, Venezuela salió de la hiperinflación en la que se encontraba desde 2017,
que destruyó los ahorros de los ciudadanos. Pero el porcentaje de la población
que tiene capacidad de compra es mínimo.
El
94,5 % de los venezolanos vive por debajo del umbral de pobreza, si esta es medida por los
ingresos, según la 'Encuesta de Condiciones de Vida' elaborada por la
Universidad Católica Andrés Bello, en septiembre.
“El
Venezuela se arregló no existe, es un mito obviamente”, asegura Malpica.
A su
llegada comenzó a enfrentar nuevamente las fallas de los servicios de agua,
gas, electricidad, comunicaciones y transporte, que había dejado en el pasado,
y que persisten sobre todo en la provincia.
“Por
ejemplo, ahorita aquí estuvimos sin agua dos semanas, tuvimos que pagar un
camión cisterna con agua para llenar el tanque. Anoche fue que vino a caer un
poco de agua, después de dos semanas”, lamenta.
De
enero a mayo se registraron al menos 659 manifestaciones por
fallas en el suministro de agua potable, gas doméstico, electricidad, recogida
de desechos, telefonía móvil e internet, según datos del Observatorio
Venezolano de Conflictividad Social.
“Cuando
eso pasa en un país normal, que se daña algo del servicio público, uno pone un
reclamo y a los dos días ya están solucionando”, sostiene Malpica. “Yo me muevo
mucho en transporte, y aquí no consigues transporte público después de las seis
de la tarde”.
Además,
destaca el alto costo de la vida, así como la imposibilidad de obtener créditos
o financiamientos.
“La
Venezuela en la que uno creció ya no está”, sentencia.
Tomado
de: https://www.vozdeamerica.com/a/migrante-que-retorna-a-venezuela-para-irse-de-nuevo/6668601.html
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