VOA 02 de enero de 2023
@VozdeAmerica
La Voz
de América conversó con David Smolansky, comisionado de la Secretaría General
de la OEA para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos acerca de la
situación actual de la migración venezolana y qué se espera para 2023.
David
Smolansky, comisionado de la Secretaría General de la OEA para la crisis de
migrantes y refugiados venezolanos, afirmó a la Voz de América que
“la gente va a seguir huyendo de Venezuela” de prolongarse la “tiranía” de Nicolás
Maduro y mientras tengan que seguir lidiando con “escasez de alimentos, escasez
de medicina, alto costo de la vida y seguridad”.
Smolansky
explicó a la VOA el lado oculto detrás de crisis
humanitaria de los venezolanos, argumentando por ejemplo sobre la muerte de 71
migrantes que se registró este año en las rutas migratorias y la situación de
los más de siete millones que ya han huido del país en un éxodo que no da
señales de disminuir.
“Murieron tratando de llegar a otra parte”, dijo Smolansky, “y sigue siendo una cifra muy alta. La verdad es que en todo el continente registramos venezolanos falleciendo que huían del régimen de Nicolás Maduro. Entonces, mientras se siga prolongando la tiranía, pues lamentablemente siempre van a haber”.
De
hecho, señaló que “el año está cerrando con aproximadamente 1.700 venezolanos
huyendo diariamente”.
“Estamos
hablando que aproximadamente 50.000 personas huyen al mes, entonces eso tú lo
proyectas a un año y bueno, podrían ser 600.000 personas más que se vayan el
año que viene. En 2022 fueron un millón”.
Smolansky
opina que “a esta crisis hay que hay que darle la dimensión que se merece, que
es una dimensión global. América Latina y el Caribe, todo el continente… tienen
la crisis migratoria más grande del planeta. Solamente se asemeja hoy por hoy a
la de Ucrania”.
La
respuesta ha sido inconsistente, añadió y espera que sea “mucho más propositiva
y acogedora y solidaria para 2023”.
“Todos
los años desde 2019 se venía haciendo una conferencia global de donantes para
dar respuesta a la crisis migratoria venezolana y en el caso de este año se
postergó”, debido a la otra crisis en Ucrania.
“Este
ha sido uno de los años más difíciles desde el punto de vista de cooperación
para poder proteger, atender e integrar a los migrantes y refugiados y además
darle apoyo a los países receptores”, explicó Smolansky.
Cuando
se habla en la cooperación económica solamente se piensa en inmigrantes y refugiados,
dijo, “pero también aquí se habla del país receptor o país receptor, donde
muchos países en América Latina están en vías de desarrollo y tienen su propias
limitaciones para poder integrar a los migrantes venezolanos”.
“Quiero
ser muy claro que mi mayor anhelo es que todos los venezolanos tengamos la
oportunidad de volver a nuestra nación y que podamos disfrutar de una nación
donde haya libertades y estado de derecho de oportunidades, donde haya
democracia y donde, sobre todo, poder reencontrarnos con nuestra familia”,
declaró Smolansky.
Sin
embargo, “esta época del año es muy dura para para los venezolanos porque
pasamos la Navidad y el Año Nuevo alejados los seres queridos”.
Las necesidades planteadas por la ACNUR
La
Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes
de Venezuela (R4V), codirigida por ACNUR, la Agencia de la ONU para los
Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), presentó a comienzos de diciembre su plan regional de
1.720 millones de dólares para apoyar las necesidades actuales de las personas
refugiadas y migrantes de Venezuela y sus comunidades de acogida en 17 países
de América Latina y el Caribe.
El
comunicado indicó que a varios años del comienzo de esta emergencia, millones
de personas refugiadas y migrantes venezolanas en la región "todavía no
pueden costear tres comidas al día, no tienen un alojamiento seguro y digno, se
enfrentan a obstáculos para acceder a atención médica y no pueden trabajar para
mantenerse a sí mismos y a sus familias".
El
texto afirmó que los fondos serían destinados a responder a esas necesidades
humanitarias, complementando y apoyando los esfuerzos de los gobiernos de
acogida, que son los principales responsables de la respuesta. A su vez
promoverán la integración socioeconómica, mediante el acceso a oportunidades de
empleo, educación y regularización, así como a programas de bienestar social
para que puedan lograr estabilidad financiera y una integración efectiva que
les permita alcanzar su pleno potencial y contribuir al desarrollo de los
países que les han acogido con generosidad.
“Las
personas refugiadas y migrantes de Venezuela no pueden ser olvidadas. Muchas
han visto sus vidas paralizadas y millones luchan por alimentar a sus familias
o encontrar oportunidades para reconstruir sus vidas”, señaló Eduardo Stein,
Representante Especial Conjunto de ACNUR y OIM para los refugiados y migrantes
venezolanos. “Están deseosos de contribuir a sus comunidades de acogida con sus
conocimientos, habilidades y creatividad, y lo han estado haciendo, pero
necesitan nuestro apoyo para superar sus retos más acuciantes”.
De
acuerdo con ACNUR, más de 7 millones de personas refugiadas y migrantes de
Venezuela han abandonado su país en busca de seguridad y estabilidad. La gran
mayoría, casi seis millones de personas, viven en 17 países de América Latina y
el Caribe.
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