Por Jesús Alexis González, 30/08/2013
Iniciamos
con una duda razonable: ¿Bajo cuál
criterio metodológico se apoya la “masificada opinión” que sostiene la
imposibilidad de la renta petrolera para cubrir las necesidades de divisas de
la economía venezolana? Tal opinión pareciera no distinguir entre economía productiva (actividades que
producen un bien o servicio) y economía
virtual o especulativa (actividades que generan dinero a partir de otro
producto) la cual por momentos es 10 veces mayor que la economía real (conjunto
de la producción y circulación de bienes y servicios como motor central de la
sociedad). Siendo así, y a los efectos de estimar con eficiencia los
requerimientos de divisas de nuestra economía real, se hace imprescindible la
instrumentación de modelos apuntalados por matrices de contabilidad social y de insumo producto. La actividad económica,
como es bien conocido, se orienta a la producción de bienes y servicios
(objetos reales) con la finalidad de satisfacer las necesidades humanas; razón
por la cual se deben conocer e interpretar esas actividades económicas en el
marco de una determinada realidad, posibilidad que abre la economía política mediante
sus leyes al facilitar que se puedan efectuar modificaciones por intermedio de
la política económica, la luz de la generación de medidas que alteren
favorablemente la realidad en función de un nuevo norte; lo cual requiere de la
descripción global de esa realidad económica que se aspira cambiar y para ello
ha de servirse de la contabilidad social
en aras de mostrar la cuantificación de las principales variables
macroeconómicas y de las relaciones que entre ellas se suscitan.
La
contabilidad social permite conocer el funcionamiento
del sistema económico en lo inherente a los aspectos cuali-cuantitativos
del proceso que impulsan a la economía y de la situación imperante en la
sociedad, creando un contexto que permeabiliza la potencialidad de efectuar
análisis de las interrelaciones entre los sujetos económicos y las variables
macroeconómicas, hasta convertirse en un instrumento vital para la planificación de políticas públicas,
adaptado a un esquema cuyo perfil viene determinado por las relaciones de
producción existentes en complemento de una claridad de ¿hacia dónde queremos
ir?, habida cuenta de convertirse en un registro
sistematizado de los principales flujos económicos llevados a cabo a favor
de la producción, distribución y consumo de bienes y servicios. A tenor de lo
expuesto, ha de quedar ampliamente claro que la contabilidad social representa
una importante herramienta para el diseño
e instrumentación de políticas económicas, más aún para el caso venezolano
donde el Estado es de gran tamaño y el Gobierno avanza en su rol de
“empresario”, tal como muestran las cifras del BCV que reportó para el IS 2013
un crecimiento del sector público del 2,6% mientras que el sector privado
creció en un 1,1%; escenario donde las importaciones no petroleras del sector
gubernamental se incrementaron en un 21,8% y las privadas disminuyeron en un
10%. En el mismo sentido, la brecha fiscal del sector público se movió desde un
1,6% en 2006 hasta un 15% en 2013 comportamiento motivado por la monetización
de ese déficit (emisión de dinero inorgánico) a pesar de la existencia de 22
impuestos y contribuciones que imponen un alto porcentaje fiscal al conjunto de
la economía.
Tenemos
la percepción, que estos y otros desequilibrios macroeconómicos se deben
fundamentalmente a la presencia de una planificación
económica a “ciegas” alejada de los registros sistemáticos de la
contabilidad social; materia de poca presencia desde hace años en Venezuela, al
extremo de contrariar lo señalado en Nota de Prensa del BCV del 06/06/2006
(última referencia encontrada): “(…) el enfoque tradicional de la Matriz de
Insumo Producto (MIP) permite evaluar las interrelaciones e interdependencias
existentes entre los diferentes sectores productivos de una economía, cuyos
datos son fáciles de en los modelos macroeconómicos destinados a analizar las
relaciones entre la demanda final y los niveles de producción por actividades
económicas”, “(…) es posible ampliar el alcance de este enfoque cuando se
introduce dentro del esquema de la Matriz de Contabilidad Social (MCS), (…)”. Tal cita no requiere, por nuestra parte, de
comentarios adicionales.
Econ. Jesús Alexis González
@jagp611
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