Por Mario Villegas, 03/11/2013
A un periodista se le puede y debe cuestionar cuando oculta, manipula o falsea información, igual que cuando actúa de modo complaciente o sumiso ante sus fuentes informativas o sus entrevistados. El periodista, por razón de la naturaleza de su profesión y por fuerza del código de ética que lo rige, está obligado a indagar con rigurosidad y a formular las preguntas que conduzcan a desentrañar las verdades en beneficio del interés público. Pero, atención: una cosa es que el comunicador persevere en la indagación y haga las preguntas que tenga que hacer, y otra muy distinta es someter a sus entrevistados a interrogatorios parapoliciales más propios de cámaras de torturas que de salas de redacción o de estudios de radio o televisión.
Como cualquier otro ciudadano en cualquier país del mundo, todo profesional de la comunicación tiene sus propias ideas, puntos de vista y opiniones. Incluso, es libre de adherir y participar en el movimiento o el partido político que le plazca. Ejemplos abundan de calificados y respetados periodistas que, aun siendo activos militantes políticos, han ejercido y ejercen su profesión con gran dignidad, responsabilidad y universal reconocimiento. Lo que no puede hacer un periodista es confundir su función profesional con su inclinación o actuación política en un mezclote que, finalmente, termina por hacerle daño al periodismo y también a la política.
Una cosa es el ejercicio de la misión informativa y otra muy distinta el de la opinión. Un comunicador no tiene ningún derecho de presentarle al público sus propias opiniones como presunta información, lo cual constituye una estafa, claramente reñida con la ética profesional. Los espacios de opinión y de análisis, debidamente identificados como tales, son los apropiados para que los profesionales del periodismo, como cualquier otro ciudadano, den a conocer sus íntimos criterios sobre la realidad que les circunda. Por lo demás, con la revolución tecnológica que ha ampliado y transformado el mundo de las comunicaciones, son cada vez más accesibles los canales para que cualquier individuo coloque sus puntos de vista al alcance de la sociedad.
Así como en su accionar profesional un periodista está obligado a respetar la dignidad de sus audiencias, también lo está a respetar la dignidad de sus fuentes y de sus entrevistados. Preguntar y repreguntar, escarbar hasta las profundidades, no están reñidas con la elemental consideración humana que merece cualquier persona, máxime si ésta ha accedido a responder preguntas en una comparecencia periodística. Por muy antipático que pueda parecerle un personaje, la misión del periodista no será nunca la de ofenderlo, atropellarlo o burlarse de él, sino conducir la sesión de forma acuciosa y respetuosa, de modo que el público no sólo lea o escuche las respuestas del entrevistado sino que también pueda calibrar a éste en su integral dimensión humana. Que sea, en fin, la sociedad y no el periodista quien juzgue al individuo.
El periodista, según su Código de Ética, debe luchar por un ambiente comunicacional sano en el sentido de lograr equilibrio de los mensajes, y está obligado a propiciar el acceso a los medios de las opiniones de todos los sectores, sin discriminación de sexo, religión, clase social o ideologías. Ninguna razón tienen, entonces, quienes se molestan porque en un determinado medio o programa pueda ser entrevistado tal o cual personaje, cualquiera sea su condición. Lo deseable, por el contrario, es que en ningún medio, ya sea público o privado, existan vetos ni censura.
ENTREVISTA
Evelio Arrieta, candidato del chavismo rebelde a la alcaldía de Caracas
-¿Con el gobierno, con la oposición o todo lo contrario?
-Con el gobierno.
-¿Víctima ahora del ventajismo que antes practicaba y justificaba?
-Sí. Yo personalmente no lo utilizaba, pero el PSUV sí lo ha usado siempre.
-¿Qué fue lo que le pasó a su tarjeta en el tarjetón electoral?
-No aparece mi nombre en el tarjetón, lo cual atribuyo a una mano peluda en la junta electoral municipal. Si esto no se corrige a la brevedad, introduciré un amparo ante el Tribunal Supremo de Justicia para que este lo ordene al Consejo Nacional Electoral.
-¿Está en duda o no la imparcialidad del CNE?
-No. Entiendo que pueda haber intereses particulares en las juntas regionales enm todo el país, pero eso no pone en duda la imparcialidad del CNE nacional.
-¿Algo que rescatar de la gestión de Jorge Rodríguez en Caracas?
-Lo poco que él ha hecho, que es mantener las 49 manzanas del casco histórico, lo inició Freddy Bernal. Jorge gobernó sólo para las parroquias Altagracia, Catedral y Santa Teresa.
-¿Qué le hizo abrir los ojos y rebelarse contra su partido?
-El incumplimiento del legado del comandante Hugo Chávez, de que el partido se subordinara al poder popular y los candidatos fuesen escogidos por las bases.
-¿No teme perder la última tarjeta que le queda, que es la del partido Poder Laboral?
-Sería desastroso, aunque no está contemplado porque la camarada Reina Sequera es una mujer de principios y de honor.
-¿Qué pasó con los otros partido que lo apoyaban?
-Vendieron su conciencia y se doblegaron ante las amenazas, los abusos y presuntamente la compra de sus tarjetas.
-¿Cuál sería su suprema felicidad?
-Como individuo, la subordinación a las necesidades del pueblo, a su clamor.
-¿La palabra declinar existe en su diccionario?
-A favor de Jorge Rodríguez no.
-¿Y a favor de quién sí?
-Si el PSUV presenta una alternativa distinta a Jorge y a mí, concertada y aprobada por las bases yo declinaría. Caso contrario, el 9 de diciembre asumiré mi nuevo cargo como alcalde.
-¿A quién apoya para la Alcaldía Metropolitana?
-Mi candidato y el de todo mi equipo es Ernesto Villegas. Hay muchos líderes caraqueños que están trabajando y están en el comando de él y en el mío.
-¿Caracas está de siquiatra?
-El psiquiatra que está no le sirvió, quedó loco porque no la supo gobernar.
-¿Con qué palabras asocia a cada uno de sus competidores?
-Jorge Rodríguez, incapacidad y falta de gerencia; Ismael García, doblemente traidor; Antonio Ecarri, líder sin suerte; Iván Olivares, deportista amigo;
y Luis Velásquez, fuera de tiempo.
-¿Por qué el presidente Hugo Chávez confiaba tanto en Jorge Rodríguez?
-Nunca visualicé tal confianza. Sencillamente, Jorge pertenece a una élite privilegiada del PSUV que se ha arrimado a la cúpula del poder y no lo supo aprovechar.
-¿Caracas le quedó grande al chavismo?
-Caracas no le quedó grande al chavismo porque la gestión de Jorge no compromete al chavismo. Por eso la mayoría de la militancia está conmigo.
-¿Qué se siente cuando sus ex camaradas le dicen traidor?
-Siento lástima por ellos por la manera tan agresiva y manipuladora como lo hacen ver, cuando los traidores son ellos por alejarse del pueblo.
-¿Primero muerto que en la MUD?
-Sí.
-¿Es posible derrotar la polarización electoral en Caracas?
-Totalmente. Y no solo derrotarla, sino que el 8 de diciembre los dos polos van a desaparecer en Caracas. Me refiero al Polo Patriótico y a la Mesa de la Unidad. Y eso puede ocurrir no solo en Libertador sino a nivel nacional. Somos 125 candidatos fuera del PSUV que somos rebeldes con causa, de los cuales más de la mitad tenemos chance de ganar.
-¿Se le salió a usted el adeco que, según Blanca Eekhout, todo chavista lleva por dentro?
-Eso lo dijo ella porque formó parte de Acción Democrática. Pero ni yo, ni la mayoría de los chavistas tenemos ese pasado.
-¿Está Freddy Bernal detrás de su candidatura?
-No. Él como tal, no. Pero las bases y muchos líderes que lo apoyaron a él ahora están conmigo.
Mario Villegas
mariovillegas100@gmail.com
Twitter: @mario_villegas
Twitter: @mario_villegas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico