Por Xavier Coscojuela 06 de
noviembre de 2013
L a Mesa de la Unidad Democrática ha
sido una alianza exitosa. Si se hace un balance del camino andado se llega a la
conclusión del que el mismo es favorable. Es más lo positivo que lo negativo.
Son muchos más los aciertos que los errores. La Mesa ha logrado ponerle freno,
en buena medida, a las pretensiones autoritarias del chavo-madurismo.
En su seno conviven partidos de
diferentes tendencias e ideologías. Seguramente hay quienes no se sienten
cómodos con todos los que comparten esa mesa, pero la necesidad obliga a dejar
las diferencias que se puedan tener para otra oportunidad, pues lo que se
enfrenta es un proyecto autocrático, autoritario y militarista que pretende
acabar con la democracia venezolana.
Hay quienes desde la acera opositora
no dudan en atacarla. Creemos necesario y valido que se le hagan las críticas
que se consideren pertinentes.
Nos parece conveniente que sus
miembros estudien la posibilidad de darle cabida a más organizaciones, o que
discuta y decida si, como se ha planteado públicamente, debe promoverse otro tipo
de alianzas para coordinar la protesta social que hay en el país.
Hay quienes la cuestionan por,
supuestamente, ser muy pasiva y calarse los atropellos gubernamentales. Estas
personas promueven salidas violentas y suelen ser los más bravos de la partida,
siempre que ellos estén a buen recaudo.
Cuestionan el “electoralismo” de los
miembros de la MUD, como si la mesa no hubiera ratificado hasta el cansancio
que su estrategia es pacífica, democrática y electoral, y que será en ese
terreno donde se le propinará la derrota definitiva al atrasado proyecto de
país que representa el chavismo en cualquiera de sus versiones.
Es cierto que la MUD no debe ser
solamente una alianza electoral, pero de aquí al 8D la tarea fundamental es
participar y ganar esos comicios. Para ello en febrero de 2012 se organizaron
unas elecciones primarias en las cuales los ciudadanos escogieron a los
candidatos de la Mesa. Hubo, como en toda contienda electoral, ganadores y
perdedores y estos últimos, en la inmensa mayoría de los casos, aceptaron
democráticamente la decisión de los ciudadanos.
En su momento la MUD atendió y
respondió los reclamos que algunos derrotados formularon. Varios, con la excusa
de haber sido víctimas de una trampa, se están presentando como candidatos
fuera de la alianza democrática. Tal decisión lo único que hace es favorecer
las posibilidades de los abanderados oficialistas. Quienes se lanzaron por su
cuenta están apoyando el proyecto autoritario que dicen combatir.
En días recientes fueron puestos a
rodar rumores de la supuesta convocatoria a un paro nacional. Nadie sabe con
certeza de dónde salió el rumor. No es descartable que haya surgido del
gobierno nacional.
Ese tipo de planteamientos está
totalmente fuera de lugar. Ante el último abuso de decretar el 8 de diciembre
como día de la lealtad a Chávez, hay que concentrar todas las energías en las
elecciones municipales. Hay que convencer al que duda, al escéptico, al
abstencionista. Votar es la mejor decisión, pues el triunfo está al alcance de
la mano y mano segura no se tranca.
Tomado de: http://confirmado.com.ve/151131/
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