Por Mario Villegas, 01/06/2014
Hay momentos en que múltiples razones aconsejan y hasta hacen indispensable introducir modificaciones en la dinámica cotidiana de los seres humanos. Hacer un alto en algunas actividades, reorientar otras o iniciar nuevas, son cambios perfectamente justos y necesarios cuando el cuerpo y la mente lo reclaman.
Ese es el caso de este modesto servidor. Y voy directo al grano: razones fundamentalmente de salud me sugieren ponerle freno, al menos por un periodo, a algunas de las múltiples actividades que realizo, incluidas las profesionales. Una de ellas, la publicación de esta columna. Así que la de hoy será la última edición de este Puño y Letra que justo este mes arriba a su tercer año.
Fue el 5 de junio de 2011 cuando llegué a escribir al diario 2001 de la mano del entonces director Javier Conde, a quien debo el nombre de mi columna, el cual escogí entre varios que me sugirió. Desde entonces hasta ahora la he escrito y publicado en 149 ediciones dominicales y apenas he dejado de hacerlo en siete de las 156 semanas transcurridas hasta la fecha. Son 149 artículos de opinión que han recogido mis puntos de vista acerca de la controvertida realidad nacional, muchos tips sobre diversos tópicos de interés y 149 entrevistas con hombres y mujeres de las más variadas profesiones, tendencias políticas y condición social.
Desde una posición claramente opuesta al autoritarismo enseñoreado en el gobierno, siempre traté en mis artículos de ser lo más racional, equilibrado, justo y respetuoso posible, no sólo porque ese es el ánimo que me ha caracterizado toda la vida sino también por el interés de contribuir a que los lectores tuviesen una referencia de opinión alejada del odio y de los extremismos, tan habituales hoy en muchos medios y en la calle.
Pese a que combatí ideas y acciones del chavismo gobernante, como también algunas provenientes de algunos sectores de la oposición, jamás me propuse ofender ni descalificar a nadie, lo cual creo haber honrado. Aún así, si alguien ha podido sentirse ofendido por mis pensamientos o por mis palabras, lo siento mucho y me excuso sinceramente por ello.
Debo agradecer a quienes me abrieron y permitieron mantener esta importantísima tribuna: al ex director Javier Conde, a la actual directora, Luz Mely Reyes, y a los directivos del Bloque De Armas. También a todo el personal del diario que me prestó apoyo, entre quienes destacan el sub director, Omar Luis Colmenares, el jefe de información, Juan Ernesto Páez Pumar, la coordinadora de redacción, Mairim Unamo, el coordinador editorial, Nivar Pardo, el equipo de reporteros gráficos e Isaura, la diligente secretaria de la redacción.
He de agradecer, también, al conjunto de medios impresos y digitales que reprodujeron mi columna en forma permanente u ocasional y dejaron constancia de su publicación original en el diario 2001. Me refiero, entre otros, a los portales Noticias24, Visión Global, Qué pasa Margarita, El Joropo, Noti Rápida, Global News, Valencia Hoy, Al Momento 360, Dossier 33, UNT Internacional, Opinión y Noticias, Noticias Venezuela, Noticias TNO y Entorno Inteligente, así como los diarios El Clarín, de La Victoria, estado Aragua, y Versión Final, del estado Zulia, entre otros. Y, por supuesto, al sinfín de tuiteros y demás espontáneos que la difundieron masivamente a través de las redes sociales y el correo electrónico. Sin duda, todos ellos permitieron ensanchar nacional e internacionalmente la lectoría de mis opiniones y las de mis entrevistados.
Dejo para el final el más importante de mis aliados: ese inmenso caudal de hombres y mujeres que me honraron al dedicar parte de su tiempo para leer el producto de mis reflexiones y de mi trabajo profesional, hayan estado o no de acuerdo con mis puntos de vista. A todos y a todas un infinito agradecimiento desde lo más profundo de mi corazón.
Aunque a partir de este momento mi voz no esté presente en el debate diario, sépase que mi apuesta permanente será por el reconocimiento, el respeto y la paz entre los venezolanos, único camino para construir un país auténticamente soberano y democrático, encaminado al florecimiento económico, la seguridad integral, la inclusión y la justicia social para todos.
ENTREVISTA
Alberto Aranguibel, comunicador y analista político
“El chavismo jamás se propuso una hegemonía comunicacional”
-¿Por qué dice que hoy en día los medios generan más malestar que bienestar a la sociedad?
-¿Fracasó o marcha con éxito la hegemonía comunicacional que se propuso el chavismo?
-En ningún momento la revolución bolivariana se propuso la construcción de una hegemonía comunicacional. En Venezuela más del 85 por ciento de los medios sigue en manos privadas y cada uno adelante su trabajo con la más entera libertad e independencia.
-¿El canal 8 y demás medios oficiales deben o no abrir sus puertas a las voces opositoras?
-Hasta donde tengo entendido, esas puertas siempre han estado abiertas. Lo que creo es que la oposición no tiene interés en comunicar un mensaje, sino usar los medios para descargar infundios y acusaciones destempladas contra el gobierno. Y para eso ninguna democracia en el mundo ofrece espacios.
-¿Es imaginable una Conferencia de Paz del presidente Nicolás Maduro con el gremio periodístico?
-El Presidente ha convocado a todos los sectores, como las bandas armadas con las cuales se ha adelantado un inédito programa de pacificación. En el caso de los periodistas hay que señalar que la confrontación no es con ellos sino con los dueños de los medios, que fue a quienes el Presidente llamó en primer lugar.
-¿Satisfecho con la formación académica de los comunicadores sociales?
-En Venezuela los comunicadores sociales se están formando más con la realidad de la calle que con los pensa de estudios. El debate y la movilización social en nuestro país es un laboratorio a cielo abierto.
-¿Cuál es el destino que vislumbras para los 30 o 40 mil jóvenes que estudian comunicación social?
-Hace años le escuché decir a Mercedes Pulido, entonces representante de Venezuela en la Unesco, que consideraba a la educación como el gran fracaso de la humanidad, porque formaba pero no aseguraba la inserción profesional del individuo en el sistema productivo. Eso lo percibí una vez en el Aula Magna cuando veía a los jóvenes que subían como bachilleres por un lado del escenario a recibir su título y por el otro bajaban graduados de desempleados. El reto es muy grande, es de toda la humanidad.
-¿Se ha perdido la visión crítica y autocrítica en la actuación de los periodistas chavistas?
-Nunca antes como en la revolución se desarrolló tanto el carácter crítico del periodismo. En el medio privado eso fue siempre una ilusión frustrada.
-¿Cuál o cuáles son, entre todos los medios públicos y privados en Venezuela, el modelo que más se acerca al ideal con el que usted sueña?
-No existe todavía.
-¿Debe el gobierno recortar el gasto en propaganda y destinar esos recursos a los programas sociales?
-El mensaje que hoy vemos en los medios del Estado no es propaganda, sino comunicación de la gestión de gobierno, a la cual tiene derecho el pueblo por mandato constitucional.
-¿Se extinguieron o siguen vivas dentro del chavismo las tendencias extremistas denunciadas una vez por el presidente Nicolás Maduro?
-Como rezaba aquel viejo chiste de las hormiguitas en la montaña… no se ven, porque son muy diminutas, pero a veces se les sienten los ronquidos.
Mario Villegas
mariovillegas100@gmail.com
Twitter: @mario_villegas
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