Por Miguel Velarde, 16/08/2014
Ha llegado la hora de la dignidad y la confianza, del trabajo y el respeto. Ha llegado la hora del ciudadano
Como en Sidor, todo a nuestro alrededor es destrucción. La economía pasa un momento crítico en el que la inflación y la escasez han convertido el salario de los venezolanos en migajas. Los servicios, como el eléctrico y de agua potable, son cada vez más deficientes, mientras que calles, autopistas y plazas son el reflejo de la falta de mantenimiento y descuido. Los estantes en los mercados están vacíos y los pocos productos que se ven tienen precios exorbitantes. La inseguridad sigue desbordada y no pasa un día sin que tengamos que lamentar atracos, secuestros y muerte. Venezuela se está quedando, literalmente, aislada del mundo por la partida de muchas líneas aéreas y la imposibilidad de encontrar pasajes. Pero, peor aún, el país está resignando sus posibilidades de progresar por la emigración de cientos de miles de quienes son su recurso más valioso: sus jóvenes.
Sin embargo, la crisis más profunda no es económica ni social, tampoco es política. La crisis que origina todas las demás es moral. En el país se han perdido los valores, el respeto y la responsabilidad. La improvisación se ha vuelto parte de la rutina y la decepción un estado casi natural. Es ahí cuando el populismo, de lado y lado, expande sus tentáculos e intenta envolver a los más necesitados, aprovechándose de su desesperación. El populismo no busca crear ciudadanos, sino dependientes de su modelo.
Es por eso que, justamente en un momento tan oscuro como el que hoy vivimos, es cuando una nación necesita de sus ciudadanos. De esos que aún se indignan cuando ven un atropello y de aquellos que ante una injusticia muestran su lado más humano. Pero, sobre todo, de esas personas para las que, sin importar el tamaño del obstáculo que tienen enfrente, rendirse no es una opción.
Hoy, el gran reto es la reconstrucción nacional. Soñar y erigir un país próspero y de oportunidades, donde la libertad y el respeto sean la base de cualquier decisión. Esta solo será posible con organización, trabajo y unidad.
Ya los venezolanos han entendido que su destino está en sus manos y que el futuro es ahora. Ha llegado la hora de la dignidad, la confianza y el respeto.
Ha llegado la hora del ciudadano.
@MiguelVelarde
mvelarde@guayoyoenletras.com
http://guayoyoenletras.net/index.php/2012-08-06-05-07-46/editorial/1659-editorial-222-la-hora-del-ciudadano
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