Por Mariano T. del Alba Uribe, 31/07/2014
Aunque todavía a estas alturas quedan múltiples interrogantes luego de los eventos acontecidos con posterioridad a la detención de Hugo Carvajal en Aruba, son varias las conclusiones que emanan de tal episodio.
1. Prevalecieron los intereses políticos y no la justicia. El Reino de los Países Bajos consideró que su interés nacional era mantener las importantes relaciones comerciales que tiene actualmente con Venezuela antes que respetar la decisión del juez con relación al tema de la inmunidad y consecuentemente pasar a evaluar la solicitud de extradición que sería presentada por Estados Unidos. Como es usual, en un tema que afectaba las relaciones internacionales, se impuso el criterio de la Cancillería por encima del esgrimido por el Poder Judicial.
Incluso, existe información que el gobierno amenazó con utilizar la fuerza militar en caso de que Carvajal no fuese liberado. Esa simple amenaza es violatoria del derecho internacional y genera la responsabilidad del Estado venezolano, pues está expresamente prohibida por el artículo 2(4) de la Carta de la ONU. ¿Se justifica que Nicolás Maduro ordenase la movilización de las Fuerzas Armadas por la detención de un funcionario venezolano aunque ésta sea ilegítima?
Si se tienen esos elementos en cuenta, ¿en verdad se puede criticar a Holanda por la decisión que tomó? En otras palabras, si usted fuera parte del gobierno de un país, dejaría recluido a un supuesto narcotraficante so pena de que su economía deje de recibir cuantiosas sumas de dinero (afectado indirectamente el bienestar de sus ciudadanos) o aún peor, ¿hubiese dejado recluido a Carvajal conociendo el riesgo de que las fuerzas armadas venezolanas hubiesen atacado su territorio, causando daños al menos a un grupo de sus fuerzas de seguridad e inclusive la población?
2. Lo anterior conlleva dos reflexiones: Primero, los venezolanos debemos dejar de pensar que la solución a nuestros problemas será facilitada por la decisión de un gobierno extranjero o de una organización internacional. Si uno revisa los instrumentos internacionales, por supuesto que existen sólidos argumentos para que éstos sean aplicados en detrimento del gobierno actual, pero tanto los gobiernos y las organizaciones internacionales también tienen otros intereses. Seamos realistas. Hay situaciones mucho más graves y preocupantes ocurriendo actualmente en el mundo y los recursos para enfrentarlas son limitados.
Por otra parte, lo que aconteció con Carvajal revela hasta dónde está dispuesto a llegar el gobierno para mantenerse en el poder. El simple hecho de que se haya amenazado militarmente a otro Estado por la detención de una persona cuyo carácter de funcionario consular era más que dudoso, expone que estamos ante un gobierno de naturaleza dictatorial que impone y tratará de imponer que las cosas se hagan a su manera, estando dispuestos a poner en riesgo la vida de ciudadanos venezolanos para mantenerse el poder.
Ello significa que el esfuerzo que hay que hacer en Venezuela para generar un cambio no es de carácter convencional, sino que necesariamente requiere de estrategias y planes de acción que deben definirse con mucha inteligencia y precaución porque visto lo visto, nada indica que el gobierno actual pretenda dejar el poder pacíficamente.
3. Por último, lo sucedido con Carvajal revela lo estable que el gobierno actual es percibido por otros Estados. El Reino de los Países Bajos pudo darse el lujo, sin causarle daño alguno al gobierno, de reconocer el carácter de cónsul a Carvajal (y en consecuencia su inmunidad), e inmediatamente declararlo persona non grata, significando esto que el general de las Fuerzas Armadas tuvo que abandonar inmediatamente Aruba y en caso de que regrese, será arrestado.
¿Por qué Carvajal, si es un soldado “ejemplar”, fue declarado persona non grata en Aruba y no puede regresar a un territorio en donde estaba destinado a cumplir funciones consulares? La respuesta a esa pregunta debería estar siendo respondida por el gobierno de Venezuela. Pero estamos ante un gobierno que no sólo trata de imponer su “verdad”, sino que hace tiempo no cree que en un principio básico de la democracia: la necesidad de rendir cuentas ante los ciudadanos.
http://razonpolitica.wordpress.com/2014/07/31/lecciones-del-caso-carvajal/
Mariano T. de Alba U.
@marianodealba
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico