Omar Barboza Gutiérrez agosto de 2014
Hoy más que nunca, fortalecer la
Unidad es fundamental para el mejor futuro de Venezuela
El tamaño de la crisis que vive el
país en lo ético, en lo institucional, en lo económico, y en lo social, no
puede ser resuelta por un gobierno con una visión excluyente de quienes piensan
distinto, y que además intenta imponer el modelo fracasado que representan al
resto de la sociedad, utilizando para ello el control partidista de los
diferentes poderes del Estado; la hegemonía comunicacional complementada por la
autocensura; la represión a todas las expresiones críticas de la sociedad,
basada en la negación del estado de derecho a través del control de las
instituciones del Estado; la partidización creciente de algunos sectores de las
Fuerzas Armadas en violación a la misión constitucional que le corresponde a
quienes tienen el monopolio de la violencia; una corrupción generalizada,
origen del enriquecimiento de personeros oficialistas y de mecanismo para
torcer la voluntad popular con la anuencia cómplice de los organismos que
deberían controlar el gasto público.
Es por todo ello que estamos
convencidos de que la solución a la grave crisis que nos afecta, es que
previamente se produzca un cambio político en el poder, y planteamos como
alternativa un gobierno de Unidad capaz de incluir y respetar a los que piensan
distinto, que tenga el doble propósito de la reconstrucción del país en todos
los sentidos, y lograr la reconciliación entre los venezolanos, sólo un
gobierno de esas características podrá con el esfuerzo y el apoyo de todos los
ciudadanos de buena voluntad, por encima de las diferencias ideológicas, lograr
evitar que continúe el camino hacia el abismo del fracaso y del sufrimiento al
cual nos conduce el proyecto que hoy gobierna al país.
Para lograr ese objetivo de
trascendental interés nacional, es necesario que quienes representamos y
apoyamos la alternativa de cambio, pongamos por encima de las aspiraciones
personales, o de los intereses partidistas, el interés de las futuras
generaciones de compatriotas, y convirtamos a la Mesa de Unidad Democrática
(MUD) en el mejor instrumento para el cambio.
Por tanto, es importante que con
motivo de las discusiones que estamos desarrollando y que se han acelerado con
la lamentable renuncia de Ramón Guillermo Aveledo a la Secretaría Ejecutiva,
tomando en cuenta objetivamente los aciertos y errores cometidos hasta ahora,
utilicemos esta oportunidad para actualizar la plataforma unitaria y tomar las
decisiones que nos permitan conducir al pueblo venezolano hacia el triunfo del
cambio que la mayoría quiere, pero que necesita acuerdos fundamentales que le
den la coherencia y la eficacia que requiere la alternativa unitaria.
Para la discusión que estamos dando en
representación de Un Nuevo Tiempo (UNT), hemos elaborado propuestas orientadas
a lograr los siguientes objetivos básicos: En primer lugar, una Estrategia
Común partiendo del principio de que la única manera de que un liderazgo
colectivo como el de la MUD cumpla con el requisito esencial de Unidad de Mando,
es acordando esa estrategia respetada por todos, ya que el desarrollo de
estrategias particulares es la garantía del fracaso; en segundo lugar,
proponemos un Plan Político de Acción que ponga en las calles de Venezuela, que
es el espacio natural de la política, nuestro mensaje concientizador del
fracaso del modelo que nos gobierna, y las denuncias de los elementos
constitutivos de ese fracaso; en tercer lugar, nuestro propósito es producir el
cambio político por la vía democrática, Constitucional y electoral, para lo
cual debemos aglutinar a la mayoría social y política que quiere un cambio
profundo en Venezuela, y a partir de allí el triunfo será indetenible. Esta vía
es la más complicada por el gran obstáculo que es luchar en contra del
ventajismo sin escrúpulos del Estado-Partido, pero es nuestra convicción de que
es la única vía que permite un cambio sustentado en una mayoría indiscutible
para garantizar la estabilidad, un clima de paz interna, y el reconocimiento
internacional necesario para avanzar hacia la reconstrucción del país con el
apoyo de la comunidad internacional; y en cuarto lugar, proponemos el cómo
reorganizar la MUD, tanto en su funcionamiento como en su organización, abierta
a la participación de sectores no partidistas, aun cuando los partidos
mantengan la conducción política, para hacerla más eficiente en el logro de sus
objetivos, y capaz de reunir a su alrededor a todo el liderazgo social que en
el país quiere participar en la construcción del cambio político. Todos los que
queremos que las cosas cambien debemos contribuir a superar esos retos, por el
bien de Venezuela.
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