Por Jesús
Torrealba, 09/08/2014
¡Por fin
el gobierno admitió lo que buena parte del país tiene años denunciando!
"Estamos regalando la gasolina", dijo el pasado jueves 7 de agosto en
cadena de radio y TV, según registran los medios impresos (http://www.el-nacional.com/economia/Nicolas-Maduro-regalando-gasolina_0_460154138.html).
Lo curioso, inexacto, falaz, de la afirmación del funcionario es que en vez de
referirse a los regalos que en materia petrolera su gobierno tiene años
haciendo a Cuba, Bolivia, Nicaragua, PetroCaribe, etc., el vocero gobiernero se
refiere es al supuesto regalo que los precios internos del combustible
supondrían para el pueblo venezolano.
Olvida el
señor Maduro un par de cosas muy, pero que muy importantes: la primera, que EL
NO LE PUEDE "REGALAR" AL PUEBLO LO QUE ES DEL PUEBLO. El petróleo y
sus derivados no son "del gobierno", así que mal puede el
gobierno "regalarlo". EL PETRÓLEO VENEZOLANO ES DE LA NACIÓN, porque
fue nacionalizado en acto soberano el 1ro de Enero de 1976. La nación, Sr.
Maduro, está compuesta por tres factores: Un
territorio, un pueblo y una estructura jurídico-política llamada
"Estado", de la que el Gobierno (o sea, usted...) es sólo su
representación temporal. Y por disposición constitucional la soberanía de esta
nación reside en el pueblo. Mal podría usted, entonces, "regalarle"
al pueblo algo que es suyo. Pero hay una segunda cosa, más grave todavía:
Cuando se regala algo ajeno, eso se llama ROBO. Y ese,
precisamente, es también el caso.
LA BATALLA POR EL AUMENTO DE LA GASOLINA
¡Ojo!
Pongamos desde el principio las cosas en su lugar: No aceptamos ni aceptaremos
chantajes de ningún tipo, vengan de donde vengan, que pretendan presentar las
cosas en términos de simplezas engañosas como esta: “Una botellita de agua
mineral cuesta más que llenar un tanque de gasolina de cincuenta litros”. Ese NO es el problema. Que el subsidio a los
precios internos del combustible sea hoy por hoy el UNICO beneficio directo o
indirecto que reciben los pobres de Venezuela por nuestra condición de país
petrolero no es “CULPA” de los pobres.
PARA LOS POBRES EL PETRÓLEO AHORA ESTA MAS LEJOS...
En efecto, en el pasado reciente, los pobres de
Venezuela nos beneficiábamos del petróleo de manera indirecta pero efectiva:
Gracias al petróleo los hospitales públicos venezolanos como la Maternidad
Concepción Palacios o el Hospital Vargas eran centros de referencia a nivel
nacional y latinoamericano, a los que la gente acudía para curarse y no para
ser tiroteados en un quirófano ; Gracias al petróleo los liceos públicos
venezolanos como el Andrés Bello, el Fermín Toro o el Luis Razetti eran
excelentes centros educativos donde iban juntos los hijos del obrero y los del
profesional de clase media no a ser adoctrinados en la obediencia a un partido
o en el culto a un líder, sino a recibir educación de calidad; Gracias al
petróleo aquí se construyeron excelentes urbanizaciones populares como
Caricuao, o autopistas como la Francisco Fajardo, o sistemas de transporte
masivo como el Metro de Caracas, o teatros como el Teresa Carreño, autopistas,
sistemas y espacios que hoy utiliza para hacer sus eventos un régimen que ha
sido incapaz de construir obras semejantes, a pesar de haber manejado más
dinero que todos los gobiernos venezolanos juntos, desde el Capitán General
Luis Vicente Emparan hasta el gobierno de Caldera II…
COBRAR AL DUEÑO Y REGALAR AL EXTRAÑO...
Esa es la situación. Hoy por hoy, el único beneficio directo que
recibimos los venezolanos pobres por vivir en un país petrolero es tener
gasolina barata. Lo reciben tanto los pobres que tienen algún vehículo de
cuatro o dos ruedas como la inmensa mayoría que no tiene vehículo propio pero
que utilizan transporte colectivo y que compramos alimentos, mercancías y
productos que son transportados también por vehículos que se mueven con
combustibles derivados del petróleo. Subir el precio de la gasolina, así le pongan a ese aumento el nombre ridículo de
“sistema de precios justos al combustible” no sólo
es una injusticia inmensa perpetrada contra el pueblo por un gobierno que sigue
regalando el petróleo venezolano a la dictadura de los Castro en Cuba y a sus
otros amigotes, chulos y cómplices de Bolivia, Nicaragua
y el Caribe. Además esta medida sería un
paso más de la Guerra Económica del gobierno contra el pueblo, pues va a
representar un incremento sustancial de los precios de absolutamente todos los
productos y mercancías que en nuestro país se mueven en transporte a gasolina.
AUMENTAR
LA GASOLINA ES DAR MAS DINERO A UN ADMINISTRADOR INEFICIENTE Y CORRUPTO
El punto
no es, entonces, si un litro de gasolina cuesta hoy menos que una gota de agua. El punto es que este gobierno no tiene autoridad
política ni moral para imponerle a nuestro pueblo nuevos sacrificios. Un gobierno que ha malgastado en 12 años un millón
de millones de dólares sin rendir cuentas de que ha hecho con esa montaña de
dinero mientras mantiene a nuestro país en ruinas, no tiene moral para pedir
más recursos. Un gobierno que convoca a unas
elecciones internas en las que participa sólo uno de cada diez militantes con
derecho a voto, no tiene autoridad política para imponerle una medida como esta
a toda una nación. El pueblo le va a enseñar al
gobierno que jugar con gasolina es peligroso. Quema.
LA DIVISION DE LA OPOSICIÓN EL GOBIERNO LA
APROVECHA
El gobierno sabe que lo que decimos es verdad. Saben que no tienen fuerza política ni moral para
imponer este sacrificio. Aun así, proceden a hacer este
anuncio, que durante tanto tiempo han venido acariciando y postergando,
precisamente en estos días. ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué ahora y no antes? La
respuesta es sencilla: Lo hacen en estos momentos aprovechando el regalo que le
hace la oposición, con la lamentable renuncia del secretario ejecutivo de la
MUD y la aun más lamentable circunstancia de que quienes venían presionando
para lograr su salida no tienen lista ninguna solución alternativa, salvo el
rutinario formulismo de “vamos a reunirnos para ver que hacemos”. Mientras la “oposición” se discute a sí misma,
Maduro avanza en la aplicación implacable de la segunda parte de su paquete
económico, del cual el incremento al precio de la gasolina es la joya de la
Corona.
NI DECORADO OFICIAL NI REBAÑO ELECTORAL
Pero el pueblo, chavistas y opositores, venezolanos
todos, no está pintado en la pared. El pueblo venezolano no es una “abstracción”, un
“decorado” para los actos del oficialismo o un “padrón electoral” a ser
visitado por la oposición solo cuando algún comicio se acerca. El pueblo somos
millones de venezolanos de carne y hueso que ni aceptamos lo que el gobierno
hace ni nos resignamos a lo que la oposición deja de hacer. Ese es el actor social que está llamado a enfrentar
la amenaza gobiernera del aumento de la gasolina. Y debe hacerlo como siempre hemos dicho que se
deben hacer las cosas: ¡En forma constitucional, democrática, pacífica,
combativa y contundente!
DE LAS DECLARACIONES A LOS HECHOS
En este sentido, URGE convocar una Marcha Nacional
contra el aumento de la gasolina. Esta actividad podría ser convocada por los
movimientos sindicales de base y apoyada por toda la sociedad civil y todos los
partidos políticos, incluyendo a los oficialistas descontentos. Esta marcha no debería ser una acción aislada,
“hecha para cumplir”, sino que deberá formar parte de una vasta MOVILIZACION
NACIONAL, en el marco de un debate NO CON EL GOBIERNO SINO CON LAS BASES, sobre
la incongruencia de un aumento en el precio de la gasolina aplicado a una burocracia ineficiente y corrupta. En ese
sentido, esa movilización debe incluir actos públicos que sean AUDITORIAS
POPULARES al FONDEN, al Fondo Chino, a los demás “fondos”, misiones y
ministerios hasta determinar DONDE ESTAN LOS REALES. Urge igualmente realizar AUDITORIAS EN CALIENTE IN
SITU a empresas, haciendas y comercios estatizados, expropiados o simplemente
robados. Urge realizar campañas de denuncia de la corrupción en áreas
concretas: ambiente, salud, petróleo, empresas básicas, etc., señalando casos,
montos y responsables.
¿Qué pueden haber otras iniciativas, quizá mejores?
¡Estupendo, vamos a conocerlas! ¡Propongan! ¡Vamos a pensar y sobre todo A
ACTUAR juntos! No “hablemos” de “unidad”: UNÁMONOS, en la lucha, que es donde
importa.
¡Palante!
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