Por José Domingo Blanco,
05/09/2014
Para que el “Sacudón” de
Maduro hubiera tenido algo de “sacudón”, la cadena debió transmitirse desde la
sede de Funvisis para que, al menos, algo medio telúrico hubiese en el título
de sus anuncios. Llevaba días alardeando de su paquetazo. Generó expectativas
y, al final: ¿para qué? Visto objetivamente, no hubo nada excepcional que nos
haga pensar que finalmente va a aplicar los ajustes que se requieren para
resolver la seria crisis económica que tiene en estado de coma a Venezuela.
¡Las medidas de Maduro
no llegaron ni a temblorcito! Enroques, uno que otro nombrecito medio nuevo
para comandar las carteras ministeriales, una especie de bono vacacional para
Ramírez quien, supongo, ahora como canciller, se encargará de darse unos buenos
viajecitos intentando establecer relaciones diplomáticas con otras naciones;
aumento del champú y de los pañales. De resto, lo sustancial, de nuevo, queda
engavetado y olvidado por miedo al altísimo costo político que hubieran tenido
las medidas que hay que tomar para darle el viraje a nuestra economía. Con
estos anuncios del martes no vamos a salir del hoyo negro donde estamos
inmersos. ¡Qué va Nicolás! Te chorreaste: esto no fue ningún sacudón, esto no
fue ni un temblorcito…aquí necesitamos gobernantes con agallas, sin medio a
perder el coroto, que amen a Venezuela, más que al poder y a sus bolsillos.
Por supuesto, las
reacciones a la “meneadita” de Maduro no se han hecho esperar. Los expertos se
preguntan por qué Nicolás no planteó ajustar el gasto a los ingresos reales de
la Nación. Tampoco dijo ni pío sobre la desburocratización del Estado. Es más,
el tímido enroque de ministros y fusiones de ministerios en lo absoluto apuntan
a esa dirección. ¿Por qué, por ejemplo, si Maduro todavía tiene vigente su Ley
Habilitante, fue incapaz de mencionar que va a continuar su cruzada para
combatir la corrupción en el Estado? Si ahora hasta tenemos un nuevo ente:
Autoridad Única para Trámites, que supuestamente, se creó para evitar más
corrupción; y resulta que quien buscará a Rafael Isea por fraude mil millonario
con divisas será Interpol.
Nicolás: ¿dónde está la
“Revolución Fiscal” que ofreciste el 15 de julio al país entero? ¿Qué te pasó
con el aumento de la gasolina y la venta de Citgo? ¿Por qué reculaste? Hasta
afuera de nuestras fronteras estaban esperando definiciones en cuanto a una
nueva política cambiaria que, probablemente, terminaría entre cambio dual o
convergencia, y esto muy a propósito de que uno de tus supuestos hombres de
confianza, como Rafael Ramírez, te jugó posición adelantada y lo comentó
delante de unos chivos inversionistas, según parece, sin habértelo consultado.
Es más, me consta, que en las primeras de cambio, luego del diálogo que tú
mismo convocaste en Miraflores, el presidente de Polar –con la mejor intención-
tomó la palabra y te exhortó a que decretaras la emergencia económica. Hubo asesores,
que te presentaron planes –no uno, sino varios- todos de emergencia, que
contemplaban incentivos a la producción interna.
De igual manera sé, de
fuentes vinculadas al Palacio, que te han hecho llegar propuestas y un listado
de los rubros alimenticios que deberían tener aumento de precios. Y nada de eso
mencionaste el martes: sólo hablaste de champú y pañales. No recuerdo si
ratificaste lo de las captahuellas en los automercados, una idea que te
vendieron como la panacea para frenar la escasez y que lo único que esconde es
una nueva violación a la libertad y los derechos que deberíamos gozar los
venezolanos.
Y designaste a Ramírez
en la Cancillería; me pregunto: ¿para que haga el mismo papel que hiciste tú
cuando ejerciste ese cargo? La única diferencia que puedo vaticinar es que
posiblemente Ramírez, dada su trayectoria, implantará una especie de
Petrodiplomacia, mientras su hombre de confianza asume la presidencia de PDVSA,
la gallina –cada vez más flaca- de los huevos de oro de nuestro país.
¿Qué pasó con los
mecanismos de control del gasto público? Hay descontento, Nicolás. Los
técnicos, los pragmáticos de tu gobierno, hubieran querido escucharte
anunciando sus sugerencias para salir de la crisis; pero, decidiste hacerle
caso a los radicales de siempre que, al final, a lo único que le temen es a
perder el maná que han significado estos 15 años en el poder. Y por supuesto,
más militares en puestos clave, comandando los ministerios que manejan groseras
cantidades de recursos.
A Maduro, su misma gente
de la marea socialista, le ha dicho que no se puede maquillar o hacer simples
cambios cosméticos; que lo importante, así como construir fondos de reservas,
es auditar al BCV y que las cuentas y la administración pública sean
transparentes. Incluso llegaron a decirle que si esta es una revolución
cívico-militar, no puede ser militarista. Tu gente, la que no es radical, tenía
fe en que el sacudón, serviría incluso para mejorar la calidad política de la
dirección, algo más profundo que un simple cambio de ministros. Atajar en
calientico los errores para resolverlos.
Nicolás: corriste la
arruga. El martes debiste hablar desde la sede de Funvisis, para que el
sacudón, que no llegó ni a meneadita, hubiera tenido algún sentido. Pero
sospecho que algo muy grave está por venir, porque mientras hablabas, los
comunistas invocaban “Chávez nuestro que estás en el cielo” una blasfemia que,
supongo, les calma el culillo.
@mingo_1
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico