Omar Villalba junio de 2015
@OmarVillalba
A todos nos preocupa el camino que lleva
la situación económica, política y social de Venezuela. Pero muchas veces no
sabemos qué podemos hacer cada uno para cambiar las cosas hacia mejor. El paso,
para comenzar, es ser honesto y comprometido con tu entorno.
Si queremos tener un mejor país, debemos
cambiar nosotros mismos, en nuestro interior y la mayoría de las veces, esa es
la empresa más complicada. ¿Eres capaz de saludar y brindar los buenos días a
todas las personas con las que te cruzas durante el día de hoy?, ¿puedes pasar
el día completo sin pensamientos negativos sobre ti, tu futuro y tu destino?.
Algunos comportamientos, aparentemente sencillos, pueden convertirse en
verdaderos retos personales.
Lo cierto es que hay muchas
circunstancias externas que cada día nos afectan en mayor o menor medida, pero
tenemos la libertad y hasta el derecho de decidir cómo vamos a actuar en
consecuencia y cuánto vamos a permitir que nos afecten. En lugar de
responsabilizar a nuestro entorno, a la situación política, económica, o
familiar de lo que nos hace sentir contrariados, debemos responsabilizarnos en
las acciones y actitudes que tomamos respecto a esa situación y cómo la vamos a
transformar en oportunidades.
En Venezuela todavía no hay sistemas de
reciclaje de desechos, se estima que cada día cada habitante de esta tierra produce
un kilogramo de desechos. De manera que cada año nuestra hermosa tierra se
hunde entre toneladas de basura que salen de nuestras ciudades. Y no hay un
moderno sistema de tratamiento. Aceleradamente contaminamos nuestro entorno.
No está en mis manos mejorar el problema
de toda la basura de toda Venezuela, pero sé que desde mi entorno es mucho lo
que puedo hacer, de manera que, además de tomar medidas de reciclaje en el
interior de mi hogar, desde el Concejo Municipal de Baruta, estamos creando conciencia
ambientalista en los niños escolares del municipio, a través de un concurso de
arte con material de reciclaje que ya tiene seis años sembrando el
conservacionismo y la cultura ambiental en los niños baruteños.
Cada año, centenares de obras hermosas,
creadas con material de desecho, realizadas por pequeños de edades comprendidas
entre los 9 y los 14 años, me demuestran que una idea puede germinar si hay la
determinación para hacerlo y se unen voluntades en torno a ese proyecto. Ahí
radica el poder de cada uno para cambiar su propio entorno.
Los ciudadanos organizados tienen un
poder que muchas veces no ha despertado. Se origina cuando se toma conciencia
en que cada quien es el verdadero dueño de su destino, y responsabilizarse por
él. Ser proactivo debe volverse un hábito, casi un deber, para asumir que todos
podemos sentirnos responsables de nuestro futuro y que una vez que unimos
pequeñas iniciativas podemos cambiar nuestro entorno. Aunque se trate
únicamente de inculcar valores en nuestros hijos, nietos o tomar la
determinación de ser más amable y feliz cada día de nuestra vida, sustituyendo
las dudas o temores en proyectos de acción.
@OmarVillalba
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