Henrique Capriles (Caracas,
1972) se muestra exultante. En el momento de la entrevista, este martes por la
tarde en su oficina en Caracas, el CNE aún no ha publicado de forma oficial los
resultados de las elecciones
parlamentarias en Venezuela, pero al excandidato presidencial no le
preocupa. “La Unidad obtuvo 112 escaños, el partido oficial 55, es decir,
tenemos mayoría calificada”. Cree que el retraso en dar los datos responde a
que el oficialismo está tratando de digerir el resultado.
Pregunta. Con esa mayoría
en la Asamblea, pueden desmontar la estructura de poder que ha creado el
chavismo
Respuesta. Esa es la matriz de
opinión que busca crear el Gobierno, diciendo que esta es una asamblea
revanchista. Esta es una asamblea para que en el país impere la justicia. La
justicia es la enemiga de la revancha.
P. ¿Pero qué cambios
institucionales urgen?
R. El cambio en el Tribunal
Supremo de Justicia es urgente. Venezuela tiene un 92% de
impunidad en los homicidios. Queremos una administración de justicia que
funcione, esta es un desastre. El pueblo votó por un cambio de rumbo, en lo
económico, en lo social, pero también por una institucionalidad.
P. Se habla mucho de una
ley de amnistía, pero, además de eso ¿cuál es el programa político de la MUD?
R. Para mí las
prioridades son la economía, lo social y la inseguridad. Hay que interpelar a
todos los ministros de Economía y que rindan cuentas, hay que pedir la cifra de
inflación oficial, que no se sabe desde diciembre del año pasado. La diplomacia
petrolera debe acabarse, no más petróleo regalado. Del tema de la amnistía,Maduro debería
leer el resultado, empezar con un gesto, como liberar a los presos políticos y
llamar al país a la unidad nacional.
P. Dentro de la oposición
hay grupos con distintas prioridades, ¿cuál va a ser el criterio a seguir?
Le
dije a Zapatero: “Presidente, dígale a Nicolás Maduro que el país necesita
diálogo, de verdad. No una farsa”.
R. Este que estoy
diciendo. Hay otros temas que para nada son excluyentes, como que se resuelva
de una vez la situación de los compañeros que están presos por razones
políticas, pero ¿cuál es la prioridad de la gente
que fue a votar el domingo? Su situación económica, personal. Que
haya un grupo dentro de la Unidad que no lo vea importante… Está en su derecho,
pero al final ¿se va a poner de espaldas a la mayoría del país? El domingo ganó
Venezuela, pero también una política, que es la que nosotros hemos propuesto.
Si queremos que haya democracia, las diferencias se resuelven en las urnas. El
año pasado algunos nos decían que Venezuela no llegaba a estas elecciones, que
nosotros éramos unos estafadores. Yo no vengo aquí a cobrar factura, pero sí a
reiterar que ha ganado una política. Hasta cobardes nos llamaron unos que se
dicen que están con el cambio. Pero para nada invitan a ello.
P. ¿Siente que ha habido
un cambio en el discurso de la oposición en este último año?
R. De la gente sí, se
expresó el domingo. De algunos dirigentes no, no hay forma de que cambien. Creo
que hay un problema serio, estructural. Yo escuché algunas declaraciones que
digo: “Dios mío, no se dieron cuenta”. Lo mismo que Maduro no se dio cuenta,
hay unos o unas que no se han dado cuenta tampoco de lo que pasó el domingo. No
lo entendieron. ¿Cual fue el error del año pasado? Convocaron a cambiar el
Gobierno cuando tenía un 54% de apoyo popular. Explícame cómo cambias un
gobierno con ese apoyo. En la política el cuándo influye. ¿En las calles ibas a
cambiar el Gobierno? Las calles son puntos de encuentro. Eso ya pasó, quedó
atrás, pero fue un error que nos costó a todos. Ese es
el problema de la Unidad, que cuando se comete un error lo tenemos
que pagar todos. Además, no ha habido sentido de rectificar públicamente, no
han querido. Allá ellos. Ese planteamiento errado no convocó además a la
mayoría del país, que vive en los sectores populares.
P. El Gobierno sigue
culpando a la guerra económica de la derrota. ¿No es una señal preocupante que
no cambien esa narrativa?
R. Totalmente
preocupante. La guerra económica, el miedo… todo eso salió derrotado. Volver a
esgrimir ese argumento es de alguien que está encerrado en un cuarto y no supo lo
que pasó el domingo.
P. Maduro ha reconocido
los resultados pero da la sensación de que no acepta la derrota. ¿Qué es lo que
más le inquieta?
¿Cual
fue el error del año pasado? Convocaron a cambiar el Gobierno cuando tenía un
54% de apoyo popular
R. Estoy sumamente
preocupado por la actitud de Maduro. Lo digo con el mejor espíritu
constructivo, por las señales que ha dado. Maduro debería ponerse a la orden de
la Asamblea Nacional, convocando a la unión del país, invitándolo a
resolver la crisis económica. ¿Qué ha hecho? Convocar
reuniones del PSUV. Sigue en el Palacio de Miraflores, pero cada vez en un
cuarto más pequeño. Perdieron 17 estados del país, algunos emblemáticos, el
estado natal del presidente
Chávez… No es que haya unos diputados de menos. Hubo un
pronunciamiento claro, sin matices, contundente.
P. El oficialismo ha
llamado a continuar la lucha en la calle. ¿En algún momento la oposición va a
tener que buscar el apoyo en la calle de su nueva mayoría?
R. Para mí la calle tiene
que ser reivindicativa, tener una causa justa,no
puede ser calle por calle. Eso no lleva a ningún lado. La
polarización en Venezuela no es entre pueblo y pueblo, es entre una cúpula y
los venezolanos y el resultado del domingo es un resultado aplastante contra la
cúpula. Si el Gobierno no cambia habrá que cambiar el Gobierno. Estamos
esperando con mucha serenidad, madurez y humildad que digieran el resultado del
domingo pero la crisis hoy está peor que el domingo. En el primer trimestre del
próximo año va a haber algún tipo de desenlace o, si no hay solución, tener que
promoverlo en el marco de la Constitución.
P. ¿Habla de un
revocatorio?
R. Cualquiera de los
mecanismos que están en la Constitución hay que debatirlos y tomar una
decisión. Puede ser ese, una enmienda a la Constitución recortando el periodo y
convocando un proceso de elecciones… Hay distintos mecanismos establecidos.
P. ¿El tema ideológico
sigue jugando un papel tan importante o son más bien los intereses de esos
grupos que hace que ellos no tomen ciertas medidas?
R. Este es un Gobierno
ideológico de la boca para afuera. Basta verlos en su ejercicio. No son
socialistas. Pareciera que su conflicto es que un diálogo es una señal de
debilidad, cuando es todo lo contrario. Maduro ha podido ser el estadista el
domingo en la noche. Si hubiese convocado a un diálogo en el país, ese mismo
día, recupera terreno. El mundo lo hubiese visto como un estadista. ¿Qué hizo
Maduro? Todo lo contrario. Decir que perdió las elecciones porque la oposición
escondía la comida. El mismo argumento que usó en la campaña, lo volvió a
repetir en la noche. Provocaba llamarlo y decirle: “Nicolás, ¿usted vio el
resultado? Lo que te dieron fue una pela. A ti y a tu gobierno. No tanto a tus
candidatos. Por eso, yo estoy como venezolano muy preocupado porque sé la
situación, la tensión que hay en este país. Yo no he subido el verbo, todo lo
contrario. Vamos a darle chance, para que digieran.
P. ¿Con qué parte del
chavismo se pueden tender puentes?
R. Fue lo que le pedí al
presidente Zapatero. Le dije: “Presidente, dígale a Nicolás Maduro que el país
necesita diálogo, de verdad. No una farsa”. No hay un canal de comunicación.
Hay varios grupos de poder dentro del oficialismo, está uno que es Maduro, otro
que es Cabello, otro que llaman los 4F, otro que es Jorge Rodríguez. Pareciera
que están en un torneo a ver quién se queda, quién es más duro frente al país,
cuando debería ser todo lo contrario. Debería ser, quién tiene la sensatez de
leer el resultado, y convocar al diálogo del país.
P. De esos grupos, ¿con
cuál cree que es más fácil dialogar?
R. Probablemente, con los
del 4F. Son algunos gobernadores, compañeros del presidente Hugo Chávez, de su
proyecto del 4 de febrero, el intento de golpe del año 92. He podido conversar
informalmente con algunos y diera la impresión que hay mucha más conciencia de
la gravedad de la crisis que hay en el país y de la incapacidad del gobierno en
este momento. Todo dirigente del gobierno que tenga contacto con el pueblo, sin
posiciones fanáticas, creo que es, sin duda alguna, un interlocutor válido para
abrir un canal de comunicación. Son conscientes de que el problema en Venezuela
no es que la oposición esconde la comida, ni es Obama ni es Rajoy.
P. Usted no va a estar en
la asamblea, ¿qué papel va a jugar en lo que viene?
R. Hay proyectos de ley
que yo voy a llevar a la Asamblea Nacional y la verdad que con la mayoría de
los diputados tengo canales de comunicación por el peso político que yo puedo
tener en el país. Lo que voy a promover es que no pierdan el foco, hacia dónde
vamos. Hacia un cambio incluyente, que nos permita unir al país, sacarlo de la
crisis, crecer económicamente, generar empleo, bajar la inflación. Este país
tiene rato sin ver la luz. Los últimos tres años en Venezuela han sido
terribles, de una crisis sin precedentes. El voto castigo que hubo, porque lo
hubo, hay que convertirlo en voto militante del cambio.
P. ¿Sigue pensando en la
presidencia?
R. Para nadie es un
secreto mi aspiración de dirigir este país. Todas las aspiraciones son legítimas,
además. Yo no descalifico la aspiración que pueda tener cualquiera. Es su
derecho. Hay un árbol que tiene raíces mucho más profundas que las que un
sector de la oposición pensaba que tenía. Aquí se hizo un esfuerzo con muchos
recursos económicos, con mucho lobby afuera en términos de propaganda para
tratar de destruir mi liderazgo y no pudieron. ¿Qué va a pasar después? No sé,
en este momento, mi principal preocupación es la economía de mi país, la
situación de crisis, la profunda inestabilidad en la que se encuentra
Venezuela.
P. ¿Cómo valora la
presencia del expresidente Zapatero, y antes de Felipe González, en Venezuela?
¿Qué papel puede jugar España en este cambio?
R. La visita de Zapatero
fue muy positiva. Mantuvo siempre una actitud constructiva, se vio con el
Gobierno y con nosotros. Es el espíritu que sé que es el de España, que es que
en Venezuela haya diálogo. Antes estuvo el presidente Felipe. Cuando uno ve sus
planteamientos son absolutamente correctos. España, y toda la comunidad
internacional, debe seguir pidiendo diálogo. Si los gobiernos piden diálogo a
Maduro le va a ser muy difícil negarse. Va a quedar aislado. ¿Cuándo va a
cambiarse el Gobierno? Dependerá de lo que diga y haga Maduro. Los tiempos
dependerán de él.
09-12-15
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