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domingo, 20 de diciembre de 2015

El rostro desnudo de la tiranía, @hmcaminante



Por Lorenzo Figallo Calzadilla, 18/12/2015

Un hombre recorre el círculo revisando los pipotes de basura. Saca plásticos, latas, comida. En una de esas obtiene una botella de ron, no queda prácticamente nada, solo unas gotas, se las toma. Pareciera que con ello intenta aliviar el dolor de estar día y noche en las calles, sin familia, compañía, amor, calor de hogar, protección social. La plaza es el refugio de los olvidados. Ocultas entre las matas se encuentran colchonetas y cartones que sirven para dormir por un rato la angustia. No hay luz. La nocturnidad es peligrosa. El agua viene de un chorro, sirve para bañarse, lavar la ropa, tomar agua. Así subsisten los eternos desamparados, los pobres más pobres de nuestra tierra, el límite extremo de la carencia, los olvidados del sistema. Sobrevivir es una complejidad.

En el centro de la plaza una estatua de un héroe. Nadie sabe quién es, tampoco realmente importa. Hay urgencias primordiales. El hambre consume el tiempo de las personas. Hay que buscar entre los desperdicios, obtener algo, mañana veremos. El instinto de sobrevivencia se mueve constantemente, exige su cobertura.

El socialismo habla de “igualdad”, sus máximos representantes tienen alto confort, se bañan en lujuria, se encuentran distantes de las necesidades humano-ambientales. Detentan el poder con fuerza tiránica. Trabajan con agentes extranjeros, entregaron el país a engendros. La soberanía está en el subsuelo de sus conciencias.

Nunca quieren perder. Tienen afán desmedido de ganar mucho dinero, elecciones, territorios, mando. La inmoralidad es ilimitada. La revolución es un negocio, mientras en la nación cabalga la desidia, impudicia, oprobio. No han generado empleo, producción, seguridad social. Por lo contrario, violan derechos, aplastan, niegan, usufructúan. Son la sombra de la sombra. Todos los sectores sociales han sido impactados por esta infamia gubernamental.

La opción legal, honesta, paciente, para acabar con tal degeneración ha sido salir a votar. Se hizo con pulcritud y la oposición democrática ganó ampliamente las elecciones. Dos millones de votos por encima del régimen, pero totalitarios como son en pensamiento y acción, el modelo no reconoce el triunfo. Buscan seguir cercando e inventan nuevos artilugios. Interpretan la Constitución Nacional a su conveniencia. Crean  instancias de poder paralelo usurpando la decisión de la gente.

Los dirigentes de la depravación llaman a alzarse contra los resultados e invitan a enfrentar. La cobardía nunca asume sola las causas y consecuencias de sus acciones pues tienen mucho miedo. Convocan a salir en “cambote”. Los agitadores de oficio en la retaguardia. Otros ponen sus vidas, mientras la élite espera en su búnker. Luego de acuerdo con los resultados del evento recogen los créditos. La “revolución pacífica pero armada” como dicen sus dirigentes, juega con el idioma, genera ambigüedad, alimenta el enredo. El rostro desnudo del régimen busca escondites jurídicos-militaristas con el fin de sostener la falacia. Timadores.

El voto expresó una decisión certera. Jamás algún modelo dictatorial vencerá. Somos auténticamente libres en sentimiento, pensamiento, palabras y ejecución. Ello, por esencia, es indetenible en el ser. Es un movimiento dinámico interno imposible de contener. Siempre los sueños y su construcción real caminaran conjuntamente con la gente de bien que busca vivir en un mundo mejor.


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