Por José Guerra
La situación alimentaria de
Venezuela es crítica. Un déficit en la producción de aproximadamente diez mil
toneladas diarias, conjuntamente con un sistema de controles de cambio y de
precios están provocando hambre entre los venezolanos. Ese déficit en la
producción tiene mucho que ver con la destrucción de las capacidades
productivas que ocurrió en el país tras la ola de expropiaciones y
confiscaciones de empresas, fincas hatos y haciendas que sucedió en 2003 y
especialmente en 2007. Hoy estamos pagando las consecuencias de
aquel frenesí demagógico.
No es tarea fácil la que
tiene en sus manos el General Vladimir Padrino López, aquella de fungir como un
súper ministro, con una responsabilidad que le otorga más poder que el del
Vicepresidente Istúriz. Llega a ese cargo el General en medio de un doble
deterioro: por una parte la del gobierno de Maduro y por la otra la de la FAN, valorada
negativamente por la mayoría de los venezolanos según los estudios de opinión.
Me permito hacer unas modestas sugerencias al General Padrino. Su éxito será el
del país y su fracaso el todos. En primer lugar, debe aplicar Padrino una
cirugía mayor en el Ministerio de Alimentación y proceder a destituir al
General Marco Torres para dar una señal clara de profilaxis administrativa en
el manejo de las importaciones. En segundo lugar, sería conveniente que
investigara los gastos en divisas asociados a las importaciones realizadas por
el también General Carlos Osorio, anteriormente ministro de Alimentación,
caracterizadas éstas por el sobre-precio, las asignaciones discrecionales y el
nepotismo. En tercer lugar, el General Padrino debe propiciar reuniones de
trabajo con los productores del sector agro alimentario que verdaderamente
están insertos en el sector productivo para conocer de primera mano la real
situación de quienes producen los alimentos, cuidándose de aquellos disfrazados
de productores que rondan por los organismos públicos en busca del crédito
favorecedor y las divisas preferenciales.
Como cuarta sugerencia el
General Padrino debería tomarse un tiempo para revisar las historia de los
controles de precios y de cambio en Venezuela y si lo prefiere en el mundo,
para que encuentre que en todos esos episodios el resultado ha sido escasez y
corrupción y que por tanto, una economía descentralizada con miles de
productores es mucho más eficiente que otra centralmente planificada como
intentó vanamente las experiencias socialistas, todas ellas fracasadas.
Finalmente, para bien del país, en esta etapa de turbulencia que hoy vive, es
altamente aconsejable que la FAN se mantenga fuera del debate inter partidista
y que preserve su rol institucional al servicio de todos los venezolanos porque
aquella experiencia de la dictadura de Pérez Jiménez cuando el gobierno
se hacía llamar “el gobierno de las Fuerzas Armadas” la desprestigió y sometió,
por un tiempo, al desprecio de los venezolanos que la perecieron como un
instrumento de la tiranía. Tiene el General Padrino la fuerza interna para
hacerlo. Ojalá que pueda.
17-07-16
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