Charito Rojas 05 de agosto de 2016
@charitorojas
Rico
MacChávez, lo llamaban los aprovechadores del continente, que le sacaron
combustible barato
“Cuando
te encuentras en un hoyo, lo más importante es no seguir cavando”.
Warren
Edward Buffett (1930- ), inversor y empresario estadounidense, considerado por
la revista Forbes el tercer hombre más rico del mundo. En su testamento, dona
el 99% de su fortuna a obras de caridad.
Los
hombres ricos saben que el secreto de sus millones no está en su capacidad de
endeudamiento sino en el ahorro e inversión.
Sencillamente,
lo que enseñaban las fábulas de Esopo y Lafontaine: que en invierno mueren de
mengua las cigarras que dilapidaron sus provisiones en regalos y fiestas en
verano, mientras se burlaban de las hormigas, que trabajaban sudorosas para
tener almacén lleno cuando llegara el frío.
El
finado comandante, cual cigarra, dilapidó y se endeudó sin medidas, cuando le
ingresaban al país cifras billonarias, con un barril de petróleo a 100 $$. Rico
MacChávez, lo llamaban los aprovechadores del continente, que le sacaron
combustible barato con créditos infinitos, plantas eléctricas, aeropuertos,
refinerías, autopistas, ambulancias.
Llegaba
y era recibido como un rey que arrojaba fortunas desde su carroza. Hablando de
carrozas, hasta financió una en los carnavales de Río, con un horroroso muñeco
de Simón Bolívar sobre el cual bailaban las garotas semidesnudas. Agasajó a
estrellas y directores de cine, obsequiaba la espada del Libertador a cuanto
tirano estrafalario se asomaba a estas tierras tropicales buscando la inversión
de los pendejos, que por primera vez en su vida mandaban y disponían de un
chorro de divisas. A los negociadores no les importaban los malos negocios con
tal que les quedara una tajada gorda de comisión. Como la compra de medicinas a
punto de vencerse que luego era almacenada o echada a la basura, o las 750.000
toneladas de alimentos podridos en muelles y vertederos. Dos clases de hampones
acorralaban a los productores del campo: los expropiadores y los
secuestradores. Millones de hectáreas de tierras abandonadas que eran
invisibilizadas con importaciones masivas de productos, algunos frutos de
intercambios “provechosos” como los frijoles que la República Dominicana nos
daba a cambio de petróleo. Los puertos llenos, porque había dólares para pagar
mercancías y gordas comisiones, la triangulación favorecía al cagalitroso
Fidel, los chulos gozaban de bar abierto en las riquezas de Venezuela. Así se
formaron en el poder hombres y mujeres en su abrumadora mayoría de muy escaso
nivel moral y profesional, unos pela b… que de repente encontraron la cueva del
tesoro y se convirtió en la revolución de los miles de ladrones. Porque la
corrupción permeó a esos que les ofrecieron “poder para el pueblo”, a quienes
hicieron creer que la revolución daba para 100 años y que nadie les pediría
cuentas de la corrupción y arbitrariedades con la que gobernaban. “Prepárense
porque ya no está el que amarraba a los locos”, fue, palabras más o menos lo
que dijo Diablodado para indicar que con el jefe muerto, ya no le rendían
cuentas a nadie. Allí se desmandaron, pero la justicia divina siempre llega. A
los bandidos se les vació la faltriquera, se les murió el caballo, se les acabó
el agua.
Se les
acabó la comida y la regaladera con la que mantenían a las masas tranquilas. Barriga
vacía, corazón bravo. Y es entonces cuando, sin dinero, con el hampa mandando
más que la policía, con los militares empoderados y exigiendo, con el rumor
internacional de violación de derechos humanos, acusados por instancias
judiciales norteamericanas de narcotráfico, corrupción, blanqueo de capitales,
que viene la oposición y bate a la revolución contra el suelo ganándole de
calle la Asamblea Nacional, hasta entonces núcleo del poder habilitante del
presidente y de la pantomima que escondía con leyes a una dictadura impía. De
100 diputados que tenían los rojos, pasaron a 55, una bancada mucho más
minoritaria que la de 65 diputados que tuvo la oposición en la pasada
legislatura. Fuera de sacar imágenes caudillescas, brujerías y basura de las
instalaciones del capitolio, la nueva mayoría está dando una clase de modales y
educación parlamentaria a la minoría. Pero no quieren aprender. No entienden el
mensaje alto y claro de cambio que dio el pueblo venezolano y siguen con su
bandita de malvivientes pagados por la alcaldía de Libertador para que insulten
y agredan a los opositores. La mala conducta corroe la justicia.
El TSJ
ha declarado “inconstitucionales” las 18 leyes que ha aprobado la AN y ha
impedido que los 3 diputados de Amazonas legítimamente electos se incorporen
con el obvio fin de que la oposición no llegue a los 112 diputados que le daría
mayoría calificada para, entre otras cosas, escoger nuevos miembros del CNE y
del TSJ. También para convocar una constituyente ¿oyeron? Las rectoras del CNE,
por su parte, hacen lo suyo en este plan para aferrarse al poder cueste lo que
cueste. Saben que no hay madriguera que sirva después. Pregunten a Saddam
Hussein y a Muammar Gadhafi. Así que manos a la obra, para impedir el referendo
que los sacará como corcho de limonada. Primero, las dos cornetas encendidas
(Diablodado y el siquiatra) repitiendo todo el día, “fraude, no habrá
revocatorio, será para 2017”, para desanimar a quienes quieren revocatorio YA.
Después, mantener a raya a la AN, de lo cual se encarga el TSJ. Y mientras el
heredero explica en cadena como es que pela las mazorcas para dar cachapas a
“Cilita”, el poder civil es ejercido por el poder militar a cuenta de un estado
de excepción que lo único que tienen de excepcional es un pueblo muriéndose de
mengua y furioso de tanto mal vivir.
El
gobierno sigue diciendo que aquí no hay crisis humanitaria, sin reconocer que
el hambre lo está sacando del poder. Quienes eran seguidores del finado alegan
que su capital político se perdió en imbecilidades y pillaje. Y los más
inteligentes saben que sólo cortando esta saga, los restos que quedan pudieran
recomponerse y tener algún futuro en la política nacional. Por eso, el
revocatorio también tiene amigos en los revolucionarios que quieren sobrevivir
a esta debacle. Nicolás lo sabe, Tibi lo sabe, Jorgito lo sabe. Hasta el Diablo
lo sabe: aquí hay votos de sobra para revocarlos. Los solicitantes deben tener
fe en su fuerza de presión, que es la calle y la protesta. Ningún régimen ha
resistido la voluntad de un pueblo. Y éste no será la excepción.
El
revocatorio es irreversible.
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