RAMÓN ANTONIO PÉREZ 03 de agosto de 2016
Ernesto
Samper, secretario general de Unasur, luego de reunirse con el Gobierno y la
oposición de Venezuela, anunció el 21 de julio pasado, la disposición de un
posible dialogo entre las partes que contará con la mediación de un
representante del Vaticano. Sin embargo, el tiempo ha pasado y la “invitación
formal” no ha llegado a la Santa Sede, por lo cual con esta carencia no será
posible la participación de un delegado papal.
Así lo
ratificó este primero de agosto, el cardenal Jorge Urosa Savino, presumiendo
que el retraso se debe “a la informalidad venezolana” que subyace en el
Ejecutivo, advirtiendo que “sin esa invitación formal no habrá participación
del Vaticano en el diálogo”.
El
arzobispo de Caracas precisó que, aunque la Santa Sede desea participar en el
diálogo entre Gobierno y oposición, requiere que ambas partes envíen
invitaciones formales para poder hacerlo. “El Santo Padre está dispuesto a
enviar un representante para que ayude en el diálogo entre Gobierno y
oposición”, reconoció.
Urosa
consideró que para un diálogo fructífero es necesario cumplir algunas
condiciones bajo el amparo de la Constitución Nacional, reconociendo “en primer
lugar la legitimidad del adversario”, esto es, el Gobierno debe reconocer a la
Asamblea Nacional y viceversa.
“Además,
tiene que darse la aceptación de un temario común que debe ser la
Constitución”, dijo el arzobispo. “No se puede impedir que se realice algo que
está presente en la constitución nacional que es el Referendo Revocatorio”,
añadió.
Jornada de oración por la paz y
reconciliación
Por
otra parte, Urosa Savino invitó a participar en la jornada de ayuno y oración
convocada para este martes 2 de agosto, para pedir por Venezuela. La actividad
está fundamentada en una similar convocada por el Papa Francisco y recogida en
la Exhortación de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV): “El Señor Ama al
que busca Justicia”, del pasado 12 de julio.
“Invitamos
con alegría a todos los creyentes y a las mujeres y hombres de buena voluntad,
a unirnos el próximo dos de agosto, a la Jornada de ayuno y oración, convocada
por el Papa Francisco en Asís, como una ocasión especial de pedir por la paz y
la reconciliación entre los venezolanos”, dice el documento de los obispos.
Se
conoció que el arzobispo presidirá una misa el 2 de agosto, a las 6 de la
tarde, en la Iglesia “Nuestra Señora de la Chiquinquirá”, en La Florida de
Caracas, desde donde enviará un mensaje de esperanza y solidaridad a todos los
venezolanos.
Un “pequeño gran paso” del CNE
Este
primero de agosto, las expectativas venezolanas estaban centradas en el anuncio
de la validación del 1% de las firmas recogidas en apoyo al referendo
revocatorio, cuya notificación hizo en la tarde, y con una semana de atraso, el
Consejo Nacional Electoral (CNE).
Ahora
corresponde a la Mesa de la Unidad Democrática, en dos días, entregar un nuevo
documento que llevaría al inicio de otro lapso para que el CNE apruebe la
petición y después otro para que se dé una fecha para la recolección de 20% de
las firmas, que en este caso no serían validadas ya que el requisito se cumplió
en la fase anunciada.
Así
las cosas, el inicio del diálogo entre el Gobierno y la oposición, y la
realización del referendo revocatorio, parecieran un cuento de nunca terminar.
Mientras, la población sigue buscando comida o ve morir a familiares y amigos
en los hospitales ante la falta de insumos médicos. Una crisis humanitaria que
cada día se acentúa más en Venezuela.
“Por
eso, los presbíteros y obispos tenemos una (…) oportunidad para valorar más
todavía nuestra sagrada vocación, y sentirnos felices y agradecidos por haber
sido invitados a hacer presente a Jesús en medio de nuestro pueblo,
especialmente en estos tiempos tan difíciles en que nos encontramos”, acentuó
en un mensaje reciente el cardenal Urosa.
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