Papa Francisco 01 de abril de 2017
Evangelio
según San Juan 7,40-53
Nadie
habló jamás como este hombre: En aquel tiempo, algunos de la
multitud que lo habían oído, opinaban: "Este es verdaderamente el
Profeta". Otros decían: "Este es el Mesías". Pero otros
preguntaban: "¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea? ¿No dice la Escritura
que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era
David?" Y por causa de él, se produjo una división entre la gente. Algunos
querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él. Los guardias fueron a
ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y estos les preguntaron:
"¿Por qué no lo trajeron?" Ellos respondieron: "Nadie habló
jamás como este hombre". Los fariseos respondieron: "¿También ustedes
se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él?
En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita". Nicodemo, uno de
ellos, que había ido antes a ver a Jesús, les dijo: "¿Acaso nuestra Ley
permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?"
Le respondieron: "¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás
que de Galilea no surge ningún profeta". Y cada uno regresó a su
casa" Palabra del Señor.
Reflexión
del Papa Francisco:
Los
fariseos no comprenden a Jesús porque su equivocación fue la de separar los
mandamientos del corazón de Dios. Pensaban que todo se resolvía observando los
mandamientos, pero estos no constituyen una fría ley, porque nacen de una
relación de amor; y son indicaciones que nos ayudan a no equivocarnos en
nuestro camino para encontrar a Jesús.
De
este modo, los fariseos cierran su corazón y su mente a toda novedad, y no
comprenden el camino de la esperanza.
Es te
es el drama del corazón cerrado, el drama de la mente cerrada, y añadió que cuando
el corazón está cerrado, este corazón cierra la mente, y cuando mente y corazón
están cerrados, no hay lugar para Dios, sino sólo para lo que nosotros
creemos que se debe hacer.
En
cambio, los mandamientos llevan una promesa y los profetas despiertan esta
promesa. Quienes tienen el corazón y la mente cerrados, no logran
acoger el mensaje de novedad que trajo Jesús, y que es el que había sido
prometido por la fidelidad de Dios y por los profetas. Pero ellos no entienden.
Es un
pensamiento cerrado que no está abierto al diálogo, a la posibilidad de que
exista otra cosa, a la posibilidad de que Dios nos hable, que nos diga cómo es
su camino, como hizo con los profetas.
Esta
gente no había escuchado a los profetas y no escuchaba a Jesús. Es algo más que
ser simplemente cabeza dura.
No, es
algo más: es la idolatría del propio pensamiento. "Yo pienso
así, esto debe ser así y nada más". Esta gente tenía un pensamiento único
y quería imponer este pensamiento al pueblo de Dios, por esto Jesús les
llama la atención:
"Ustedes
cargan sobre las espaldas del pueblo tantos mandamientos y ustedes no los tocan
ni con un dedo".
Ante
la dictadura del pensamiento único, lo que pide el Señor es vigilar y
rezar; no ser tontos, no comprar cosas que no sirven y ser humildes y rezar
para que el Señor nos de siempre la libertad del corazón abierto, para
recibir su Palabra ¡que es promesa, alegría y alianza! Y con esta alianza ir
adelante. (Homilía en Santa Marta, 10 de abril de 2014)
Oración
de Sanación
Amado
Señor, tus Palabras son fuente de Sabiduría y de Verdad. Siempre llegan a
estremecer y sacudir mi alma buscando enderezarla por el único camino que me
ofreces para alcanzar la felicidad
Hasta
los que te querían capturar, cuando te oían hablar decían: "nadie jamás ha
hablado como este hombre", porque tu Palabra es fuerza, en ella se imprime
la verdad, el amor y la compasión del Padre.
Tu
Palabra es sanación y bendición, tiene poder de liberar y proteger de los perversos
planes del enemigo. Quiero moverme a través de ella y no dejarme lleva según la
dirección que sople el viento.
Dame
la capacidad de mirar al mundo a través de tus ojos, de hablarles a mis
hermanos con la sorpresa y bondad de tus palabras, sin insultos ni agravios ni
ninguna forma de agresión
Toma
mis manos y prepárala para las luchas del mañana, toma mi boca, mis oídos y mis
ojos y úngelos con tu Santo Espíritu de tal modo que nada ni nadie pueda
dañarme ni obstaculizar mi camino hacia Ti.
Que
no tenga el miedo de actuar y de luchar, de proclamarte que eres mi Señor y mi
Salvador, el Mesías, el Hijo del Dios vivo, el que siempre viene en mi rescate
y me da nuevas oportunidades
Oh
mi buen Dios, quiero que hoy mi corazón y mis labios canten de gozo y te alaben
al saberte como la fuente verdadera de la felicidad.
Gracias
por todas las bendiciones que me das y porque cada día, con el poder de tu
Palabra, avivas mi corazón y haces de mí una mejor persona. Amén.
Propósito
para hoy
“Hoy,
tomaré un tiempo a solas y lo dedicaré a conocer más a fondo acerca de la
historia de los primeros cristianos y del Papado".
Frase
de reflexión
"Los
santos son personas que pertenecen totalmente a Dios. No tienen miedo a ser
despreciados, incomprendidos o marginados". Papa Francisco
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