Luis Manuel Esculpi 22 de agosto de 2017
@lmesculpi
Consideran
que están en un buen momento, por lo menos mejor que hace un par de meses.
Tenían necesidad de “inventarse una” para intentar lavarse un tanto la imagen a
nivel internacional. Estiman que existe mucha confusión en el territorio que lo
adversa. Calculan que puede beneficiarlos la abstención, además ellos podrían
estimularla, al igual que las contradicciones en el ámbito opositor.
Las
anteriores premisas no son fruto de nuestra elucubración. Son para un amigo,
que aún pertenece a las filas del oficialismo, las razones principales por las
que decidieron adelantar las elecciones de Gobernadores, no así la de los
Consejos Legislativos Regionales.
Lo del
“buen momento” se lo atribuyen a la creación de una nueva “zona de poder”
constituida fraudulentamente y a la cual le conceden atribuciones
supraconstitucionales, las reacciones recientes en la esfera internacional no
reflejan que en ese campo puedan lograr fácilmente su cometido de limpiar un
poco su rostro, lo de la confusión y divergencias en el amplio espacio
opositor, se despejará en la medida que las fuerzas democráticas desplieguen en
su comunicación con el país -superando algunas falencias- la convicción de
actuar en todos los escenarios posibles, sin descartar ninguno, exigencia vital
para alcanzar el cambio político en la lucha que hoy libramos los venezolanos.
Sus
cálculos pueden resultar errados y como señalamos ya hay algunas señales
evidentes de las complejidades que encuentran para alcanzar sus propósitos. No
es para nada casual, el empeño que han puesto en aclarar que la ilegítima
constituyente no ha disuelto el órgano legislativo legitimado por la votación
de catorce millones de electores.
Mientras
pretenden despojar a la Asamblea Nacional de sus principales funciones
legislativas, siempre han desconocido su atribución de control, cuando el
Presidente no presenta su memoria y cuenta, los ministros y otros funcionarios
públicos no asisten a las interpelaciones cuando han sido convocados.
La
insistencia de sus voceros en afirmar “no hay disolución, lo que hay es que
trabajar” como señaló la presidenta de la ilegítima, añadiendo “ustedes tienen
funciones consustanciales que deben cumplir, respetar y honrar…” Dos de los
llamados constituyentes que tienen programas en el canal del gobierno,
falazmente aducen que no han ocupado el espacio donde sesiona la Asamblea
Nacional, sino su salón protocolar.
Tal
preocupación tiene su origen, por una parte, en evitar que se les asocie al
golpe de estado que protagonizó Fujimori al disolver el parlamento, aunque
ellos lo han venido ejecutando continuado, con la violación flagrante de la
Constitución. Por la otra asumir los contenidos de las sentencias 155 y 156 del
TSJ que la Fiscal General señaló expresamente que constituían una “ruptura del
orden constitucional “.
En la
primera de la sentencias se eliminaba la inmunidad parlamentaria y se
autorizaba a Maduro para legislar en materia penal, materia en la cual solo el
parlamento puede hacerlo de acuerdo a lo establecido en la Carta Magna.
La
otra sentencia establecía que el ejecutivo podía constituir empresas mixtas en
materia de hidrocarburos sin autorización de la AN y pretendía que la sala
constitucional asumiera las funciones del parlamento.
El
gobierno está buscando desesperadamente recursos en el exterior, para intentar
solventar en alguna medida, la crisis creada por él. De allí lo de las empresas
mixtas en el arco minero, con el adelanto de una política que atenta contra
nuestra soberanía y la intención de aprobar créditos públicos desde una
instancia distinta a la de la AN. Dudamos que puedan lograr el reconocimiento
de deudas adquirida sin ese referendo. En el fondo subyacen también razones
económicas y financieras en los más recientes discursos políticos de los
voceros gubernamentales.
@lmesculpi
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