Carlos Romero Mendoza 17 de octubre de 2017
@carome31
La
ruptura del orden constitucional y democrático del país impide que la elección
del 15 de octubre de 2017 tenga como centro de su oferta y campaña electoral el
mejoramiento del diseño Federal de Estado y la promoción de la
descentralización como herramienta para la profundización de la democracia, en
el marco de un política nacional como lo establece la Constitución vigente.
Si
estas elecciones se realizaran en condiciones normales, por ejemplo, la
sociedad civil del estado Aragua podría estar debatiendo de manera abierta,
plural y respetuosa, una propuesta de descentralización política y
administrativa del Poder Judicial, respaldada por la Constitución del Estado
Aragua, en coherencia absoluta con el artículo 269 de la Constitución Nacional.
Cuando
en el Estado Zulia, Juan Pablo Guanipa, candidato a gobernador se compromete a
defender la descentralización desde la Gobernación del Zulia, está
reivindicando su compromiso con la Constitución del Estado Zulia, en cuyo
contenido expresamente se reconoce como un mandato la consolidación de la
descentralización.
Precisamente,
la Constitución del Estado Zulia para complementar ese mandato, delegó en el
Consejo Legislativo Regional la tarea de promover vía iniciativa legislativa
ante la Asamblea Nacional la profundización de la descentralización de
competencias y servicios del gobierno central hacia el estado Zulia y sus
Municipios.
Otras
dos constituciones estadales, específicamente la del Estado Aragua y la del
Estado Táchira, reconocen que los gobernadores y los consejos legislativos
regionales son actores y facilitadores políticos en la promoción de la
descentralización como política nacional.
No
cabe duda que en el diseño institucional del orden constitucional y democrático
aún vigente, los gobernadores y legisladores regionales son actores efectivos
del proceso político de profundización de la democracia a través de la
descentralización y de mejoramiento permanente del modelo federal de Estado.
“Con
la descentralización nos estamos jugando la democracia”, dijo en enero 1994
Allan Brewer-Carías, en su mensaje como Ministro de Estado para la
Descentralización al Congreso de la República de Venezuela. Dos décadas
después, esa frase cobra especial relevancia en la reflexión ciudadana sobre
las elecciones regionales y en el reclamo que debe hacerse para lograr
completar la elección regional con la renovación de los consejos legislativos
regionales, sin olvidar las elecciones municipales.
En
este sentido, es oportuno destacar que el artículo 2 de la Ley de
Regularización de los períodos constitucionales y legales de los Poderes
Públicos Estadales y Municipales, publicada el 23 de diciembre del año 2010,
mediante Gaceta Oficial Extraordinaria No. 6.013, exige expresamente que las
elecciones de gobernadores y legisladores regionales se hagan de manera
conjunta.
El
CNE, excusándose en una solicitud de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC),
ilegítima e inconstitucional[1], decidió ignorar y violentar ese artículo 2 de
la Ley citada en el párrafo anterior, reprogramando las elecciones regionales
al 15 de octubre de 2017.
Qué
diferencia tan clara la respuesta del CNE a la solicitud de la ANC sobre las
regionales, y la que en su momento dió al pueblo soberano en ocasión de la
solicitud del referendo revocatorio, luego del proceso de expresión de voluntad
del 1% por entidad federal.
Con
esa decisión de reprogramar la elección y violentar la Ley, Tibisay Lucena, en
su condición de Presidenta del CNE, concreta en la práctica, la subordinación
del Poder Electoral ante la ilegítima e inconstitucional ANC, tal y como
expresamente lo señala la propia ANC en el supuesto Decreto mediante el cual
reprogramó las elecciones regionales.
Hay
que advertir que a lo largo de estos meses los Poderes Ejecutivo, Judicial,
Ciudadano y Electoral, con la excusa de ser ratificados por la ilegítima e
inconstitucional ANC, han expresado su voluntad de subordinarse a esa Asamblea
del PSUV y, en consecuencia, se ha profundizado la ruptura del orden
constitucional y democrático en Venezuela.
Con
estas elecciones regionales los gobernadores deben asumir, en el marco de un
espíritu democrático, el desafío de impulsar la descentralización como proceso
político y como un elemento más del cambio político, rescatando así las
palabras con las cuales, en 1994, el entonces ministro Brewer Carías describió
el proceso descentralizador que se desarrolló en aquellos tiempos.
Todos
sabemos que la estrategia electoral es necesaria pero no suficiente. La defensa
de la descentralización y la reivindicación del modelo federal de Estado
reclama que la sociedad civil también se comprometa en su defensa con la misma
energía, pasión y disciplina con la que se asume los procesos electorales y la
defensa de los derechos electorales, sin descuidar el ámbito electoral y
social.
Sin
duda alguna, la elección de nuevos gobernadores incorporará nuevos
facilitadores políticos a un proceso que persigue la restitución del orden
constitucional y democrático del país.
En tal
sentido, y en el marco de los primeros 100 días de gestión, los gobernadores
electos por la Unidad podrían tomar la iniciativa de incorporar a los alcaldes,
concejales en funciones y a legisladores regionales de la Unidad, para
presentar al país y a sus electores un Pacto Federal por la defensa y
restitución de la descentralización y la democracia.
Ese
pacto vendría a complementar el Acuerdo que aprobó la Asamblea Nacional en
Defensa de la Descentralización el 7 julio de 2016. Deberían ambos documentos
servir para consolidar una hoja de ruta que impulse un gran debate nacional,
que contribuya con la necesidad de retomar con disciplina el 333 y 350 de la
Constitución a los fines de restituir la vigencia de la Constitución y del
orden democrático.
Pareciera
oportuno y útil, a los fines de encontrar un elemento de cohesión de la
sociedad venezolana, que los gobernadores asumieran la facilitación de un
proceso de diálogo, negociación y construcción de consensos sobre el proceso de
descentralización, para lograr desde cada entidad federal, una propuesta
concreta, viable y sólida de descentralización, que complemente las ideas y propuestas
para un gran Proyecto de País que logre sustituir definitivamente el Plan de la
Patría 2013-2019.
Un
Pacto Federal en Defensa de la Descentralización y de la Democracia podría
contribuir a lograr un mayor nivel de cohesión en la sociedad civil, que fortalezca
el espíritu unitario, en esta etapa en
la cual el espíritu democrático debe fortalecerse para recorrer el camino de
obstáculos que debemos recorrer hasta lograr el cambio político que el país
reclama.
Es el
momento de que las constituciones estadales abandonen los estantes y recuperen
un espacio efectivo, para a través de ellas, intentar comprender mejor el valor
de la federación. Pero además, es oportuno y urgente que asumamos la
descentralización como el principio constitucional sobre el cual edificar la
propuesta de país alternativa, viable, para restituir el orden democrático.
@carome31
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