Fernando Camino Peñalver 18 de noviembre de 2017
@fernandocaminop
Hace
unos días escuche en una entrevista radial a un dirigente del PSUV, “experto en
temas económicos”, opinando sobre la grave crisis que estamos padeciendo en
nuestro país. El “experto” señalaba que la emergencia humanitaria de nuestra
población es consecuencia de la “guerra económica” desatada por la oligarquía
nacional y el imperio del norte. Sin pensarlo dos veces el entrevistado hizo un
mea culpa señalando que a pesar de que el régimen “ejerció su poder para
gobernar la economía, no ha sido suficiente para derrotar la guerra económica”.
La
entrevista siguió su curso y la periodista preocupada ante el fracaso
confesado, le preguntó cuál sería de ahora en adelante la reacción del régimen.
El “experto” respondió que, “con la consolidación de la unión cívico-militar,
sería más severa la política económica de gobernar la economía”. Como dicen los
abogados: “A confesión de parte, relevo de pruebas”, queda claramente entendido
que la grave situación económica que está destruyendo a nuestro país, no la va
a solucionar el régimen, todo lo contrario van hacer todo lo posible por
empeorarla.
La
ignorancia en materia económica de unos y el dogmatismo de otros, hizo creer a
los inexpertos del régimen, que la economía se puede gobernar, destruyendo a
los sectores productivos privados con años de tradición en la actividad. Para
sustituir a este maltratado sector, se crearon las empresas de producción
socialistas, capitaneadas por improvisados “gerentes”, seleccionados más por su
lealtad al régimen que por su capacidad como empresarios. Como lo hemos venido
señalando el fracaso de estas empresas es evidente.
El
régimen también creyó que podía gobernar la economía mediante el irrespeto a la
propiedad privada, la aplicación de controles al libre mercado y la
monopolización de actividades fundamentales como el agrocomercio y de algunos
sectores agroindustriales.
En el
sector institucional, gobernar la economía es para el régimen, eliminar la
autonomía del banco central y establecer un innecesario control de cambio.
Además, ha convertido a Pdvsa en una empresa dedicada a atender casi todos los
caprichos demagógicos, descuidando de esta manera su razón de ser: la
extracción, refinación y exportación de petróleo. Así, de ser la industria
petrolera número dos del mundo, la ha convertido en una empobrecida empresa
prácticamente en la quiebra.
Pero
el colmo de la ignorancia se manifiesta en no conformarse con pretender
gobernar la economía nacional, si no querer hacerlo con el mercado petrolero
mundial. La falta de conocimiento del comportamiento histórico del mercado
petrolero internacional, llevó al régimen a cometer el grave error que ha sido
y será su perdición: creer que los precios del crudo seguirían subiendo o se
mantendrían por el orden de los cien dólares por barril.
La
ignorancia supina de los gobernantes de turno del comportamiento del mercado
petrolero mundial, trajo como consecuencia el derrumbe del ficticio bienestar
socialista. Sin los altos precios del crudo, el régimen no pudo seguir
abasteciendo a nuestra población con productos importados, ni lograr préstamos
internacionales para cubrir su déficit de divisas.
La
consecuencia de pretender gobernar la economía por parte del régimen, ha
generado en nuestro país la inflación más elevada del mundo, una escasez de
productos básicos en el orden de un noventa por ciento y la caída del PIB más
alta de America. Además la deuda pública contraída por el régimen, ha sido
calificada como una de las más elevadas del planeta. Para completar este
desastre, este régimen nos ha colocado también, en la lista de los diez países
del mundo con mayor nivel de corrupción pública y entre las naciones que
presentan menores oportunidades para captar inversión internacional.
Según
lo afirmado por el vocero del PSUV en la entrevista radial, la alianza
cívico-militar que detenta el poder en nuestro país, va a profundizar su tesis
de gobernar la economía, lo que significa: mayor escasez de bienes y servicios,
mayor inflación, mayor deterioro institucional, más corrupción y menor calidad
de vida para nuestra población. Para detener este deterioro progresivo del
nivel de vida que padecemos, es necesario activar todos recursos democráticos
tanto a lo interno como a lo externo para detener la profundización de la
emergencia humanitaria que está diezmando a nuestra población.
Fernando
Camino Peñalver
@fernandocaminop
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