Redacción de Reuters 20 de diciembre de 2017
La
petrolera estatal venezolana PDVSA y la firma de comercio internacional
Trafigura están en conversaciones para el intercambio de más de un 10 por
ciento de la producción de crudo del país sudamericano por combustibles
importados para uso doméstico, según borradores de documentos vistos por
Reuters.
La
negociación se produce en medio de un acceso limitado de Petróleos de Venezuela
(PDVSA) al crédito debido a sanciones impuestas por Estados Unidos que han
interrumpido sus compras de petróleo y sus garantías bancarias para despachos
de crudo, incrementando la dependencia de la nación a los intercambios.
La
brusca caída de la producción de crudo en Venezuela y el mal estado de sus
refinerías han convertido al otrora país que se autoabastecía de combustibles
en un importador en crecimiento.
Además,
la nación miembro de la OPEP enfrenta la inflación más alta del mundo, un
cuarto año de recesión económica, una grave escasez de alimentos y medicinas, y
un intento reciente por reestructurar 60.000 millones de dólares en deuda.
Si se
firma, el acuerdo propuesto de tres años marcaría un cambio clave en PDVSA, que
tradicionalmente evitó los contratos de suministro a largo plazo con firmas
comerciales, porque las reventas de crudo podrían afectar el precio de los crudos
pesados, incluidos muchos de altos grados venezolanos.
PDVSA
no respondió a una solicitud de comentarios.
El
pacto, que también permite pagos en efectivo, incluiría el primer contrato de
suministro de crudo de PDVSA con un precio totalmente en euros, después de que
el presidente Nicolás Maduro dijera que el país se alejaría de las
transacciones con dólares estadounidenses.
Los
despachos comenzarían en enero y se extenderían hasta diciembre de 2020, a
menos que el contrato sea “cancelado antes por cualquiera de las partes”, según
los documentos.
La
suiza Trafigura declinó hacer comentarios. La firma y otros comerciantes han
estado comprando cada vez más crudo venezolano directamente de PDVSA, de sus
empresas mixtas o socias extranjeras.
Las
propuestas solicitan la entrega de hasta 200.000 barriles por día (bpd) de los
crudos Morichal, Petrozuata Heavy o Merey de Venezuela, a ser pagados por
Trafigura ya sea con efectivo a través de una “cuenta abierta”, que permite
cancelar después de la entrega, o mediante el suministro de productos refinados
importados por PDVSA.
La
firma venezolana también puede entregar fuel oil, asfalto y otros productos
refinados para cumplir con la cuota de suministro mensual, de acuerdo con uno
de los contratos. En términos de importaciones, PDVSA puede solicitar hasta
240.000 bpd de productos a cambio del crudo.
Desde
que Estados Unidos impuso sanciones en agosto, PDVSA ha tenido dificultades
para encontrar proveedores para productos refinados. El retraso de la estatal
en hacer sus pagos también ha contribuido con la disminución del bombeo y los
problemas para obtener importaciones.
El
acuerdo de canje podría reducir la necesidad de PDVSA de lanzar ofertas en el
mercado abierto para importar combustible y tenerlo que pagar en efectivo.
También llenaría la brecha de exportación dejada por la brasileña Braskem y la
estadounidense PBF Energy, que a principios de este año suspendieron o no
renovaron sus contratos para comprar petróleo venezolano.
La
producción de crudo de Venezuela cayó en noviembre a 1,837 millones de barriles
por día (bpd), su nivel más bajo en casi tres décadas, ante la falta de
inversión, retrasos en los pagos a las empresas de servicios petroleros y la
creciente fuga de talentos.
Una
investigación anticorrupción también ha sacudido y ralentizado a PDVSA,
incluida su alta dirección.
No
quedó inmediatamente claro si los acuerdos llevarían a PDVSA a cortar las
exportaciones a otros clientes. Los envíos de crudo venezolano a Estados Unidos
disminuyeron un 21 por ciento frente al nivel de hace un año, según datos de
Reuters Trade Flows.
ATADO
PDVSA
despacha cada vez más crudo que posteriormente es vendido a sus propios
clientes u otros compradores, desde que comenzó a pagar préstamos con barriles
de petróleo y productos refinados.
La
mayoría de acuerdos involucran a firmas que operan refinerías, como China
National Petroleum Corp (CNPC) y la rusa Rosneft, que prefieren revender los
barriles venezolanos por efectivo.
Los
contratos con Trafigura implicarían mayor compromiso de suministro. Los
borradores incluyen cláusulas que protegen a las partes contra posibles
retrasos en pagos, incumplimientos y problemas de calidad, que se han vuelto
más frecuentes en PDVSA.
Cualquier
disputa se dirimirá en la Cámara de Comercio Internacional (CCI), según los
documentos.
Los
contratos permiten a Trafigura elegir el destino final del crudo que pretende
sacar de los puertos venezolanos, una flexibilidad que no incluyen otros
acuerdos de PDVSA. Sin embargo, si los barriles van a China, PDVSA tiene que
aprobar que la compañía finalmente reciba la carga.
Para
evitar problemas de pago, Trafigura y PDVSA acordaron permitir la compensación
de facturas. Pero si el pago en efectivo se pacta por una carga, Trafigura lo
recibiría cinco días después de la entrega.
Además,
si los reclamos por demora, calidad o costos de flete llegan a 800.000 dólares,
Trafigura puede descontar el monto adeudado de las facturas que se pagarán a
PDVSA.
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