Bernard Horande 15 de febrero de 2018
Hace
varios años estaban muy de moda unos libros que trataban principalmente sobre
el tema de cómo decir ‘No’.
Recuerdo
algunos títulos como “El Arte de Decir No”, “No diga sí cuando quiera decir
no”, “Decir No no basta” y hasta “Cómo decir no sin sentirse culpable”.
Desconozco
si el tema sigue vigente, pero en la Venezuela actual, frente al escenario que
la dictadura venezolana ha planteado al país acerca de convocar unas elecciones
presidenciales para el 22 de abril, parece que decir ‘No’ es bastante fácil.
‘No’
participar.
Hay
una miríada de razones, todas muy valederas, por las cuales la decisión casi
que obvia sería no participar. No me voy a preocupar en referirlas y menos en
analizarlas porque de eso están llenas las redes sociales los últimos días.
Sin
embargo, el asunto se pone un poco más complicado si decidimos no quedarnos
allí, pegados en el ‘No’, y nos preguntamos entonces “¿qué ‘Sí’ hacer si ‘No’
participamos?”.
¿Por
qué? Porque la abstención electoral de modo pasivo que algunos sectores
sugieren no nos lleva a ninguna parte. Es repetir nuestras fracasadas ‘no
participaciones’ en la trampa electoral mediante la cual se “eligió” a la
Constituyente Cubana, así como en los comicios de Gobernadores y Alcaldes.
Puros
fracasos.
De tal
manera que hay que pensar cómo enfrentamos de la manera más eficiente este
fraude electoral presidencial y cómo contribuimos a aumentarle el costo al
régimen al máximo.
Primero
que todo se necesita decirle ‘Sí’ a la Unidad. No sólo a la Unidad política.
Esta es sólo una parte de la torta. La importante es la Unidad del país, o al
menos del 90% del país que rechaza a Maduro y su combo, que es como decir todo
el país.
Hay que
unirse y decirle ‘Sí’ a un sólo propósito. Ir hacia un solo objetivo. En una
sola dirección. Bajo una sola bandera.
Los
líderes que aspiran a conducir los próximos eventos deben estar claros en ello.
El país no está pensando en egos, en planes personales, en ganancias
particulares. El país espera de ellos grandeza y desprendimiento. Y humildad. Y
valentía y coraje.
Solo
unidos podremos enfrentar lo que viene y ayudar a otros factores más allá de
muestras fronteras a que nos ayuden. “Una mano lava la otra y las dos lavan la
cara”.
Además,
hace falta decirle ‘Sí’ a un plan, a una estrategia, a una política. Con
tácticas inteligentes y hasta sorpresivas. El qué haremos debe venir acompañado
del cómo lo haremos.
No
podemos quedarnos en decir que no queremos estas elecciones. Debemos decir que,
al final, queremos elecciones pero no en estas condiciones.
Que
‘Sí’ queremos un cambio de régimen lo antes posible que conduzca a unas
elecciones. Más que explicar, vender cuál es el proyecto por el que queremos sustituir
la catástrofe actual. Cuáles serán sus ventajas y beneficios. Visualizar cómo
se sentirá cada venezolano.
Porque
es necesario dar esperanza. Decirle a la gente que ‘Sí’ hay futuro. Es
necesario levantar de nuevo el entusiasmo de todos. Por eso la necesidad de la
unión.
También
se hace necesario decirle ‘Sí’ a un conductor, a un líder. No a un candidato
presidencial. No es eso lo que buscamos hoy. Para esta tarea tenemos
“sacrificados” de sobra.
Necesitamos
un venezolano que encarne la aspiración de la enorme mayoría del país que ‘Sí’
desea salir de esta pesadilla veinteañera ya para comenzar a construir una
nueva y hermosa nación.
Se
hace necesario hacer entender a todos los sectores de la sociedad, incluidas
las Fuerzas Armadas, que unas elecciones no pueden significar el punto de
arranque para extender por 6 años más la miseria, el hambre,la escasez, la
inseguridad, las enfermedades y la muerte.
Finalmente,
cualquier estrategia que se plantee debe decirle ‘Sí’ a lo expresado por la
Comunidad Internacional. Los países que la componen ya lo han dicho claramente
hasta la saciedad: no avalan estas elecciones y ningún país reconocerá al
gobierno que salga de ellas.
Se
están haciendo muchos esfuerzos desde afuera para ayudarnos. Nos toca ser
coherentes y consecuentes desde adentro.
Por
eso, se hace necesario reunirnos alrededor del ‘Sí’. De lo que ‘Sí’ estamos
dispuestos a hacer. Cueste lo que cueste.
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