Por Luisa Salomón
Desde el Gobierno se ha
intentado paliar la escasez de profesores con la formación de la Micromisión
Simón Rodríguez, considerada precaria e insuficiente en la academia, pero que
pudiera ser complementada por las casas de estudio, afirma el profesor
Si la crisis que atraviesa el
país es notoria en todos los sectores, uno de sus principales reflejos son las
aulas de clase, cada vez más vacías por la incapacidad de los estudiantes de
dedicarse a sus carreras y el creciente éxodo de venezolanos que huyen de la
situación política y económica.
Y con el agravamiento de la
crisis, ya no solo faltan los alumnos, es que tampoco hay quién les enseñe. Las
malas condiciones salariales y de trabajo de los profesores, también ahuyentan
a los encargados de formar a las nuevas generaciones.
Eso se traduce, además, en
menor cantidad de aspirantes para formar la generación de relevo. Los bajos
sueldos, las condiciones inadecuadas y las medidas educativas que prácticamente
obligan a aprobar a los estudiantes -estén o no preparados- han acabado con la
motivación para estudiar esta carrera.
Atendiendo esta crisis, la
Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) comenzó una serie de actividades,
reuniones y encuentros para discutir políticas y prácticas que traten de
mejorar, o al menos mantener, la situación actual.
José Javier Salas, director de
la Escuela de Educación de la UCAB, conversó con Contrapunto sobre el
estado crítico de la educación venezolana y la acción del Gobierno, que como
solución ha planteado formar educadores en la Micromisión Simón Rodríguez, un
programa de apenas 2 años de formación.
La respuesta de la UCAB, con
apoyo del sector privado, ha sido la
implementación de un programa de becas para motivar y fomentar esta carrera entre
los jóvenes. La primera cohorte, inicialmente planteada
para 100 estudiantes ya comenzó actividades.
Foto: Rafael Briceño -
Contrapunto
—Ya inició el proceso de
entrega de becas que había anunciado la universidad para nuevos docentes, ¿cuál
ha sido su balance?
—Muy exitoso, inicialmente
teníamos previsto becar a 100 estudiantes en nuestras 2 sedes, la de Caracas y
la de Guayana y hemos superado los 150. Logramos 112 en Caracas y más de 30 en
Guayana. Ha sido un esfuerzo tremendo para lograr la optimización de los
recursos y aprovechar lo poco que se tiene. También estamos ayudando a más de
40 estudiantes con el tema del almuerzo, y con la residencia estudiantil
apoyamos a 7 u 8 alumnos.
El trabajo ha sido titánico y
ahora nos toca preocuparnos para que ese grupo permanezca y ninguno de los
estudiantes se retire. Sabemos que la deserción en los primeros semestres es
alta porque se enfrentan a un sistema distinto y a niveles de exigencia mayores
de los que tenían en el liceo. Tenemos una coordinación exclusiva para ellos.
En ese sentido, hemos trabajado bastante y estamos en la búsqueda de
financiamiento para el segundo llamado de becas para octubre, para las cuales
aún no tenemos financiamiento.
—Si logran aplicar estas
medidas cada año, ¿creen que puedan ayudar a paliar un poco la escasez de
profesores que hay en el país?
—Cómo no. Hasta el año pasado
egresaban más estudiantes de los que entraban, significa que veníamos en una
caída permanente de la matrícula. Este año logramos revertir eso y entraron más
de los que salieron. Por lo tanto, hemos dado un paso importante.
Sabemos que si no lo hacemos
nosotros, la brecha va a ser cada vez mayor. La política del Estado en cuanto a
la Micromisión Simón Rodríguez está por dar sus frutos y egresará a un grupo de
personas con una preparación ineficaz, deficiente, de poca calidad e
ideológica. Eso de alguna manera va a dar sus frutos a lo malo, porque vamos a
tener gente haciendo mucho daño en las escuelas.
Para ellos hay que tener una
respuesta. ¿Cuál es la respuesta? Planes de formación serios, que permitan
tomar a ese grupo de profesionales, formarlos y completar y encauzar una
formación e interés en la educación.
#EnDesarrollo 🎓👏 |
Acto de graduación de la 3ra avanzada premia a docentes de la primera cohorte
de la Micro Misión Simón Rodríguez. ¡La educación es primero! @JauaMiranda @NicolasMaduro#VenezuelaProductivaYPrósperapic.twitter.com/6WPWJlOxZe
— MPPEDUCACION (@MPPEDUCACION) April 30, 2018
— MPPEDUCACION (@MPPEDUCACION) April 30, 2018
—Que no se pierdan. Es decir,
¿ellos pueden ser integrados?
Tienen que ser atendidos.
Nosotros como universidad tenemos claro que un país no se construye solo con un
bando, se construye con todos. Y aquellos profesionales que se están formando
en la micromisión requieren de espacios serios donde se puedan formar, ahí el
Pedagógico de Caracas está dispuesto, la Universidad Católica también. Estamos
claros de que ese trabajo nos toca.
—El Ministerio de Educación
anunció la formación de 227 mil docentes, que es casi la mitad de los activos
en el año 2015, al menos según las cifras de la Memoria y Cuenta. ¿Esto
implicaría casi renovar la mitad de la plantilla de docentes del país?
—Las estadísticas del
Ministerio de Educación son una caja negra. Realmente no se sabe, es un
misterio. Por ejemplo, si consultas el porcentaje de asistencia te dicen que es
de 100%. Sin embargo, hace 5 años asistí al liceo público donde estudié, para
dar unas charlas a los estudiantes de quinto año sobre la carrera docente, y en
salones de 30 alumnos solo había 4 o 5. Los alumnos se inscriben y se gradúan,
pero no asisten. Porque independientemente de si asisten o no, se gradúan y
obtienen un título de bachiller que no les sirve de nada. Si preguntas, te
dicen que el 100% se graduó y es verdad. Pero, ¿cuánto vale ese título? Eso es
algo que las universidades padecemos cada día más.
—¿La deserción afecta por
igual a estudiantes y profesores?
—Evidentemente, por las
condiciones contractuales cada vez más insanas y por el tema de la política
educativa que cada día atenta más contra la calidad y obliga al docente a
aprobar a los alumnos sin merecerlo. Eso es una realidad que se vive en las
instituciones educativas. Un sistema que es cada vez menos exigente sobre todo
en las escuelas públicas.
Foto: Rafael Briceño -
Contrapunto
—¿Esa situación también ha
llevado a que los padres asuman el rol de docentes en algunos casos?
—Si, hay colegios excelentes,
de alta calidad que han recurrido a los representantes. Personas bien
preparados en diversas carreras que se han dedicado a dar clases. Es una medida
válida y se agradece, pero los representantes, que no están preparados para
enseñar, requieren el componente docente y la UCAB está dispuesta a dárselo.
—Rescatar la carrera docente
pasa por una serie de medidas como mejorar los salarios y las condiciones.
Pero, desde las casas de estudio, ¿la Universidad Católica ha conversado con
las otras instituciones de formación docente para implementar un plan conjunto
para, cuando se pueda o cambien las condiciones, recuperar la carrera
educativa?
—Nosotros no nos hemos
detenido. Hemos invitado a propios y extraños a encuentros sobre educación de
calidad. Hemos participado permanentemente en discusiones con instituciones
públicas y privadas sobre lo que hay que hacer y cómo hacerlo. Las políticas de
promoción de la carrera docente requieren del apoyo y financiamiento de las
empresas privadas y comunidades internacionales y hemos estado trabajando en
conseguir esas ayudas.
Foto: Rafael Briceño -
Contrapunto
—Esta jornada se llama Reto
País y probablemente la educación sea el reto más importante que tiene
Venezuela. ¿Es posible rescatar la calidad educativa venezolana?
–Si, más que posible es
necesario, indispensable. No puedes hablar de un país que reconozca un gobierno
dictatorial y haga lo que tiene que hacer, si no lo educas. No es ideologizar,
es educar. Es tener el concepto real y muy amplio de democracia, no creer que
la democracia es solo ir a votar, eso es tener un concepto muy pobre de
democracia y debemos revertirlo con formación.
—¿Esa formación permitiría una
ciudadanía crítica?
—Si, más que crítica, activa,
que entienda el problema, lo asuma y se embarque a resolverlo.
—¿Eso podría evitar que se
repita este proceso histórico que estamos viviendo?
—Que por lo menos logremos
detener esta caída en la que estamos, es un descenso uniformemente acelerado
hacia el piso, estamos cayendo porque nos impulsan hacia abajo. Tenemos que
detener y cambiar ese proceso y para ello, la educación es fundamental.
12-05-18
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