ABC de España 06 de junio de 2018
Acompañado por su esposa y sus padres,
Joshua ha contado que en la celda de la sede de los Servicios Bolivarianos de
Inteligencia permanecía «literalmente» tirado en suelo en ropa interior
Joshua
Holt, el ciudadano estadounidense liberado el pasado 26 de mayo por el Gobierno
de Nicolás Maduro, ha narrado este miércoles la pesadilla que él y su esposa,
Thamara, vivieron durante sus casi dos años de reclusión en Venezuela. «Me
pusieron en una celda que no era más grande que una cama sencilla», relató
Joshua, un joven mormón nacido en Utah que viajó a Venezuela en junio de 2016 para
casarse con la venezolana Thamara, en una entrevista con el programa «Today» de
la cadena NBC.
Acompañado
por su esposa y sus padres, Joshua ha contado que en la celda de la sede de los
Servicios Bolivarianos de Inteligencia permanecía «literalmente» tirado en
suelo en ropa interior mientras las cucarachas trepaban sobre él. «Si tenía que
usar el baño, tenía una botella o un periódico», ha recordado, al indicar que
al principio fue «horrible». Holt, quien fue recibido en la Casa Blanca por el
presidente estadounidense, Donald Tump, ha ratificado que ninguna de las
acusaciones que le hicieron eran ciertas.
Joshua
y Thamara Holt fueron detenidos en junio de 2006 dos semanas después de su
boda, tras una redada en la que las autoridades venezolanas dijeron haber
encontrado rifles y munición, una granada y mapas detallados de Caracas. Ha
relatado que ese día agentes de policía llegaron hasta el apartamento donde se
encontraba, le preguntaron a su esposa si había un hombre en el lugar y ante su
respuesta positiva entraron a hacerle preguntas.
Los
policías regresaron media hora después para llevarlos detenidos. Según dijo, su
esposa permanecía en una celda junto a 23 mujeres y era sometida a presiones.
«Estaban tratando de hacer que ella fuera en mi contra», ha asegurado el joven,
quien ha explicado que intentaban que ella lo señalara de ser una mala persona.
La madre
de Joshua, Laurie, ha contado visiblemente emocionada su lucha por exponer ante
el público y el Gobierno estadounidense la situación de su hijo, y su alegría
cuando recibió a su hijo y saber que estaba de vuelta en sus brazos. Según ha
explicado el ministro de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, esta
liberación se produjo «en aras de la paz, de la reconciliación nacional y
también en el objeto de continuar (...) todos los esfuerzos para mantener un
diálogo respetuoso, unas relaciones diplomáticas de respeto».
Pero
Estados Unidos ha anticipado ese mismo día que seguirá imponiendo sanciones a
las autoridades venezolanas a pesar de esa liberación. «Las sanciones
continuarán hasta que la democracia vuelva a Venezuela», ha señalado entonces
en su cuenta oficial de Twitter el vicepresidente estadounidense, Mike Pence.
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