Por Henrique Capriles
Hace apenas unos días el
régimen venezolano se convertía, una vez más, en el centro de un artículo
exhaustivo en un medio periodístico tan importante como The New York Times. El
título, traducido a nuestro idioma, sería algo así como “Aviones, caballos y
sobornos: cómo un funcionario venezolano se convirtió en multimillonario
mientras su país se derrumbaba”.
Ese país al que se
refirieron es nuestra Venezuela y ese funcionario que se hizo multimillonario
era el Tesorero de la República, Alejandro Andrade.
Somos varios quienes tenemos
años denunciando el saqueo más grande en la historia de nuestro país. ¡Y
cuidado si no estamos a punto de entrar entre los saqueos más grandes en la
historia de la política mundial!
Y es que cada vez queda más
expuesta la verdad: desde que llegaron al Poder se encargaron de armar todo un
proyecto político para llenarse la boca diciendo que trabajaban por y para el
Pueblo, cuando no estaban haciendo otra cosa que generando las condiciones para
poder robar a manos llenas.
Como deberían saber en
Miraflores, si es verdad que han leído al menos un poquito a Carlos Marx,
detrás de un proyecto político como ése no hay otra cosa que un proyecto
económico.
En dos platos: fingieron una
revolución, pero lo único que querían era apoderarse del dinero de la Nación y
repartírselo después de desmembrarla, como hacen los zamuros con la carroña.
Ahora queda claro por qué
desde el gobierno vivían inventando un montón de etiquetas para definir a
quienes hemos luchado con honestidad por restaurar la democracia en Venezuela.
No era otra cosa que eso que los psicólogos llaman una ‘proyección’.
Nos llamaban imperialistas,
pero eran ellos y sus cómplices quienes paseaban con sus amigos por Miami. Nos
llamaban oligarcas, pero eran ellos y sus cómplices quienes compraban caballos
de raza y carros deportivos último modelo. Nos llamaban frívolos, pero eran
ellos y sus cómplices quienes colmaban su agenda con celebraciones excesivas
mientras el Pueblo se muere de hambre.
Le hicieron creer a su gente
que iban a cambiar el mundo, pero en verdad lo único que querían era comprarlo.
El problema es que todo eso
lo hicieron con el dinero de los venezolanos. Y es importante destacarlo,
subrayarlo y repetirlo cuantas veces sea necesario: esa plata con la que se
estaban dando la gran vida es el dinero que le pertenece a los venezolanos y
que debería estar representado en infraestructura, servicios y seguridad, así
como en salud, alimentación y educación.
Por eso es muy importante
que en esa hoja de ruta que planteó el Frente Amplio el lunes pasado se
considere muy en serio la repatriación del dinero que se han robado todos esos
corruptos vinculados con el régimen y que, como Andrade, han metido mano sin
escrúpulos ni vergüenzas en el dinero público.
¡Y les advierto que hay que
prepararse, porque ahora vienen los “atenuantes”! Y esto se los digo como
alguien que estudió Leyes: si es verdad que Andradre llegó a Estados Unidos, no
les extrañe que ese señor tenga 4 años negociando con la justicia de allá.
Ese señor salió caminando de
la Corte y eso es algo que debe tomarse como un síntoma de lo que viene. Si se
confiesa culpable, ¿se han preguntado cómo es que ahora tiene tres meses para
entregarse? Cualquier analista llegará a la misma conclusión: Andrade tiene una
negociación con Estados Unidos y eso los tiene a todos temblando.
Sin embargo, cuidado con
terminar convirtiendo en un héroe a alguien que desfalcó a los venezolanos.
Sépalo bien: Andrade no era un funcionario más. No se trata del trabajador de
un ministerio ni de un matador de tigres. ¡Se trata del hombre que era el
Tesorero Nacional durante el gobierno que vivió la mayor bonanza petrolera en
nuestra historia!
Y ahora, delante de un
tribunal, dice que siente un enorme remordimiento. Si es así, entonces que
devuelva cada centavo que se robó y que ayudó a robar, porque es obvio que ahí
ayudó a que un montón de sinvergüenzas se llenaran de billete mientras, como
dice el reportaje de The New York Times, el país se desmoronaba.
Así que estamos claros en
que detrás de ese nombre debe haber una larga lista de corruptos a quienes
habrá que investigar para el momento en que sea preciso repatriar esos
capitales.
¿Cómo se va a hacer esto?
Basta con conocer experiencias recientes de repatriación de capitales producto
de la corrupción. Sin ir más lejos, en América Latina se han llevado a cabo
procesos que sirven de referencia y hemos estudiado con mucha atención, a fin
de no cometer los mismos errores, pero sí conseguir los objetivos principales:
recuperar el dinero robado e invertirlo en las políticas públicas que permitan
darle a las familias venezolanas la calidad de vida que se merece.
Porque hay que recordarle a
cada uno de los venezolanos que ese dinero era y es suyo. Es el dinero que no
se invirtió en las urgencias, ni en las necesidades ni en las soluciones que
nuestra gente reclama. Es el dinero que sirvió para que unos pocos se
enriquecieran, mientras hay niños sin ir a la escuela y comiendo de la basura.
Pensemos nada más en uno de
tantos casos de corrupción: la Planta Procesadora de Leche en Polvo “Mirimire”,
en el estado Falcón, en la que se gastaron millones de dólares pero jamás
funcionó. Mientras en nuestra Venezuela hay niños que nunca han probado la
leche y sus madres se han ido a otros países, incluso a pie, para poder
obtenerla.
Todo eso es parte de una
corrupción que arrasó con el futuro de quienes menos tienen, pero haciéndoles
creer que los beneficiaban, cuando en verdad los estaban robando.
Hasta hace nada, en el mundo
nadie parecía darse cuenta de que en este país fueron saqueados miles de
millones de dólares por este gobierno y sus cómplices. Hoy el mundo está
conociendo los escándalos de corrupción más grandes de nuestra historia. Y esto
debe unirnos para seguir luchando en una solución política que nos permita
salir de esta oscuridad.
Nicolás Maduro no tiene
intenciones de resolver ninguno de estos asuntos. Por el contrario, está de
espaldas al país y a sus problemas, porque han decidido concentrar sus
esfuerzos en conservar el Poder. Al punto de convertir su cumpleaños en pública
celebración mientras los zulianos contaban, en medio de un apagón, doce años de
la vez que pusieron la primera piedra del segundo puente sobre el Lago de
Maracaibo. Otro dineral robado que suma al montón de ferrrocarriles y
autopistas sin terminar.
Ver a los atletas
paralímpicos de baloncesto cerrar la Autopista Francisco Fajardo en una
protesta para que se les den recursos debe llenarnos de vergüenza, pero también
movernos a la acción.
Nunca habíamos visto que
cayera un pez gordo. ¿Cuántos más van a caer? Tenemos que hacer que el mundo
entienda que esta crisis que estamos viviendo también tiene una de sus causas
en la corrupción, en el dinero que se han robado como parte de un proyecto
político que creció con la única intención de permitirles robar todo lo que
quisieron.
No vamos a quedarnos
callados. Tenemos un compromiso con quienes tuvieron que irse de nuestro país,
con quienes están pasando hambre, con quienes tienen vulnerabilidades. A eso
nos debemos. A ellos me debo y siempre ha sido así. Y si aún no hemos logrado
el cambio definitivo ha sido por todas las tropelías y uso de la violencia del
régimen; pero ello no quiere decir que dejemos de lucha y persistir hasta
alcanzarlo.
Millones de dólares
saqueados nos han llevado a la más grave pobreza de la historia. Y hoy por
ejemplo Venezuela es el país que consume menos carne de toda la región.
Amado Pueblo venezolano,
¡esto es contigo! Los corruptos se metieron contigo y con tu futuro. No se
queden callados porque las mayores desgracias que está viviendo nuestro país
son por causa de la corrupción: porque el gobierno se ha robado el dinero.
Unamos nuestras fuerzas y
avancemos hacia el ansiado cambio político que nos conduzca a recuperar ese
dinero y hacer justicia. Ya empezaron a caer quienes juraban que tenían a Dios
agarrado por la chiva. Y la vanidad y la arrogancia los empujó a la cárcel. No
permitamos que se olvide que ese dinero es de nuestro Pueblo y para ser invertido
en nuestro Pueblo.
¡Que la corrupción no vuelva
a ser el eje de la política venezolana!
Ha llegado otro momento de
la verdad. Y debe conseguirnos juntos y de frente contra quienes quisieron
robarnos sin escrúpulos el futuro. ¡Seguimos!
¡Dios bendiga a nuestra
Venezuela!
02-12-18
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