Mitra Taj 16 de junio de 2019
Miles
de venezolanos llegaron a Perú a pesar de las enérgicas medidas contra los
migrantes sin pasaportes o visas para frenar el masivo arribo de personas desde
la atribulada nación petrolera, mientras muchos de los que carecían de los
documentos necesarios se aferraban a la presentación de solicitudes de asilo.
El
colapso económico de Venezuela bajo el mando del presidente Nicolás Maduro ha
desatado la mayor crisis migratoria en la historia reciente de América Latina,
obligando a países como Perú, una nación de 32 millones de habitantes, a lidiar
con un aumento sin precedentes de inmigrantes.
Bajo
las nuevas reglas impuestas el sábado, los migrantes deben tener pasaportes y
visas antes de llegar a Perú, cerrando la puerta a muchos venezolanos que no
pueden pagar el costo de estos documentos.
Sin
embargo, los solicitantes de asilo no están obligados a tener pasaportes en
virtud del derecho internacional, lo que da a los venezolanos de más escasos
recursos una vía para sortear los cambios regulatorios.
Un
grupo de venezolanos desesperados buscó entrar a Perú antes del inicio de la
aplicación de la medida. Un récord de 4.700 solicitudes de asilo se presentaron
en Perú el viernes, parte de los más de 8.000 venezolanos que ingresaron al
país ese día, según la agencia de refugiados de Naciones Unidas, ACNUR.
Miles
de venezolanos esperaron el sábado haciendo largas filas en un puesto de
control fronterizo de la ciudad de Tumbes. Algunos de ellos habían caminado durante
semanas para llegar a Perú, según funcionarios de la ONU.
“Este
es mi último recurso. Espero que me dejen entrar”, dijo Yaisy Segovia mientras
esperaba llenar una solicitud de asilo en una de las tiendas de campaña
instaladas por ACNUR.
Segovia,
de 32 años, dijo que dejó a sus tres hijos con sus abuelos en Venezuela para
buscar trabajo en Perú.
Después
de largas caminatas y de tomar autobuses en Colombia y Ecuador, Segovia llegó a
Tumbes, pero el viernes le robaron sus documentos de inmigración y su dinero.
“Sólo
quiero que este viaje termine”, añadió.
NUEVAS
LEYES
Naciones
Unidas estima que 4 millones de refugiados y de migrantes venezolanos han huido
de la violencia política y la escasez generalizada de alimentos y medicamentos
básicos en su país.
La
crisis se ha profundizado desde que Estados Unidos impuso en enero duras
sanciones a la industria petrolera de la nación miembro de la OPEP, en un
esfuerzo por derrocar al impuesto Maduro y permitir la llegada al poder del
líder opositor Juan Guaidó.
Según
cifras del Gobierno, Perú ha recibido a unos 800.000 migrantes venezolanos, la
segunda población más grande de personas de este país después de Colombia, que
alberga a más de 1,2 millones.
Hace
solo dos años, Perú había introducido nuevas leyes migratorias para recibir a
los venezolanos, al repartir cientos de miles de tarjetas de residencia
especiales para que los recién llegados pudieran trabajar legalmente, ir a la
escuela y acceder al sistema público de salud.
Pero
esto ha cambiado desde entonces, en medio de crecientes temores entre la
población local de que los migrantes venezolanos están provocando una caída de
los salarios y aumentado la delincuencia.
Regina
de la Portilla, portavoz de ACNUR en Perú, dijo que desconocía a cuántos
venezolanos que buscan asilo se les ha prohibido ingresar a Perú, aunque
destacó que la mayoría de los venezolanos que han abandonado en masa su patria
deben ser considerados como refugiados, dada la grave crisis humanitaria.
Perú,
no obstante, aplica una definición más ajustada al concepto de refugiado. El
Gobierno del presidente Martín Vizcarra dijo que el 99% de los venezolanos que
solicitan asilo en su país no califican para ello, lo que aumenta la
posibilidad de que casi 280.000 venezolanos pierdan la protección legal que les
brinda el sistema de refugiados.
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