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martes, 6 de julio de 2021

Bachillerato devaluado por @luisaconpaz

Por Luisa Pernalete

Me gradué y no se multiplicar, aplausos. Me gradué y me rasparon 5 materias, aplausos. Me gradué y no se restar, aplausos. Me gradué y raspé Educación Física, aplausos. Me gradué y no se sacar la regla de tres…” y así siguieron otras confesiones parecidas de unas adolescentes con camisa beige, y los expresivos aplausos ante cada confesión.

No sabemos si era chiste o eran verdades de graduandos del quinto año, que les hacía gracia grabar ese video. Pero sea la opción que sea, verdad o chiste, el video encierra unos dramas terribles: se están burlando del mal bachillerato que han tenido, de paso, que no importa que no sepan elementos básicos, como multiplicar, o que no hayan aprobado todas sus materias igual se pueden graduar, no es el mérito, no es el conocimiento lo que importa.

Es cierto que lo expresado en ese video, que se volvió viral en pocos días, no son contenidos del quinto año, ni la regla de tres, ni la tabla de multiplicar, por poner dos ejemplos, pero se supone que después de 12 o 13 años de estudio al menos se debería saber multiplicar, lo cual se aprende en los primeros años de la primaria, matemática básica, necesaria para la vida. De manera que la evaluación que hacen los estudiantes no es de su quinto año, sino de toda su educación formal.

Y ahora, trascendamos el video, que, por cierto, no es el único que está circulando con chicos y chicas de “camisa beige” en estos días. 

Se piensa en lo que ha sido nuestra educación los últimos años, no sólo este, totalmente a distancia, que ha sido peor, y tenemos que afirmar, aunque no tengamos “datos duros”, que hay una gran materia pendiente: educación integral y de calidad, tal como lo establece el Artículo 103 de la CRBV y tal como lo necesita todo joven para poder desarrollarse adecuadamente en la vida, educación para ser ciudadanos, para poder seguir aprendiendo, educación para la vida digna, pues.

La promoción automática ha influido, según la cual todos los estudiantes de primaria pasan de grado, tengan o no los objetivos totalmente logrados. Hay que decir que llevamos años con la “meritocracia” suspendida. Recuerdo cuando se implantó, se suponía que se quería evitar que el niño repitiera el año, pero ello tenía que ir acompañado de otras medidas, por ejemplo, que la misma maestra que tocara en primer grado siguiera en segundo con el mismo grupo, o al menos que cada maestro entregara un informe detallado de cada estudiante al docente del siguiente grado, de manera que este pudiera hacer seguimiento a los niños. Y ello no eximía que en cada grado se evalúen las competencias que deban desarrollarse, como el de la comprensión lectora. ¿Cuántos niños aprendieron a leer corrido en el primer grado? ¿Cuántos están el proceso? ¿Se lleva esa evaluación en todos los planteles, públicos y privados? 

Recuérdese que en otros países se aplican estandarizadas, tales como la del sistema Pisa, de las más conocidas, que permiten medir el impacto del proceso de enseñanza aprendizaje, y no para competir con otros países, sino para que cada plantel, cada maestro, pueda saber si avanzan los chicos, a cuáles hay que poner más atención… En Venezuela llevamos años sin medir el impacto de la educación. ¡Ojalá las olimpiadas del padre Wyssenbach, ese jesuita extraordinario que pone a niños, niñas y adolescentes a competir consigo mismos en las áreas de lengua y matemática, se pudieran hacer en todo el país!

También en bachillerato, hace unos años, se decidieron medidas para evitar la repitencia: el alumno podía presentar “remediales” en varias oportunidades… muy difícil que no terminara pasando la materia aplazada en julio. No es que en el fondo estuviéramos en contra de dar oportunidades a los que le hubieran quedado materias, pero si no se acompañaba con clases extras, para que el estudiante llenara los vacíos, ¿tenían sentido esos remediales? Se mantiene en el bachillerato una evaluación que no es parte del proceso, que no orienta al alumno. Necesitamos medir los aprendizajes, para saber si estamos avanzando o estamos estancados o estamos retrocediendo.  

En definitiva. ¿Se trata de pasar el año o se trata de que el estudiante aprenda?

Estamos muy lejos de la educación de calidad, establecida como derecho en la  Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y que, además, lo más importante, es la educación necesaria para la vida, la educación necesaria para incrementar la resiliencia en un país en el que cualquier acción, por pequeña que sea, es una carrera de obstáculos; un país en donde todos necesitamos un plan b ó c ó d a cada rato; un país con alto índice de embarazo temprano – de adolescente – , alto índice de violencia, con el delito organizado creciendo y reclutando niños y jóvenes  de los sectores populares. Añadamos, esta pandemia, ya con 475 días, cuando escribo estas líneas, en cuarentena prolongada, con su componente de ansiedad, angustia, estrés, etc. Nuestros niños, niñas y adolescentes, requieren de mucha educación emocional, y el aparato productivo está necesitando de jóvenes con capacidad para aprender y para emprender. 

Con esto quiero decir que, ante tal cuadro de país, la educación venezolana tiene que ser de mucha calidad para que sirva a los niños, niñas y adolescentes y para que le sirva al país y a salir de esta crisis humanitaria compleja. Necesitamos hacer una evaluación sincera, objetiva de nuestro sistema educativo, para hacer los correctivos requeridos y para que sirva para formar ciudadanos solidarios, con cultura democrática, con mucha capacidad de resiliencia. Necesitamos un bachillerato que permita a los graduandos sentirse orgullosos de lo que han aprendido.

04-07-21

https://epthelinkdos.tk/opinion/bachillerato-devaluado/

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