Por Froilán Barrios
Próxima a cumplir el 22
de diciembre 2021 los tres siglos de su fundación, se ciernen sobre ella los
nefastos efectos de décadas de persecución malvada durante el siglo XXI, a tal
extremo que el silencio de la tiranía ante esta magna fecha pretendiendo
evadirla o descalificarla, es una vana pretensión al ser parte la UCV de
nuestra historia patria.
Es más, podemos afirmar
que la fundación de la UCV creada por Cédula Real de Felipe V en diciembre de
1721 precede incluso nuestra existencia como nación, al considerar que los
antecedentes de la conformación histórica de nuestra patria datan del decreto
real de Carlos III de España, al considerar y establecer los territorios de la
Capitanía General de Venezuela el 8 de septiembre de 1777, como punto de
partida del actual espacio geográfico y político de nuestro país.
A lo largo de su
historia tricentenaria ha sido afectada por todo género de tropelías,
protagonizadas en diferentes regímenes tiránicos, pero jamás del tenor y la
saña del actual régimen dictatorial gobernante, quien no ha escatimado esfuerzo
alguno en enrostrar su odio contra la UCV y todas las universidades autónomas
del país.
La política de ahogo a
la que han sometido a la UCV ha derivado en la destrucción de su planta física,
la disminución notable de su matrícula estudiantil, el éxodo de más de 70% de
sus profesores y empleados y la asignación de presupuestos miserables que la
han conllevado a un estado de inercia y cuasi cierre.
¿Por qué tanta
hostilidad y desprecio? Por qué las universidades autónomas y la UCV no encajan
en el modelo servil ideologizado de la educación impuesto desde la tiranía,
quienes pretenden promover a estos antros llamados Unefa, UBV y algunas
universidades experimentales, como los únicos entes “universitarios”
existentes, a estos les suministran los recursos necesarios.
La agresividad gubernamental antiuniversitaria demuestra el aborrecimiento a la Fapuv, a las asociaciones de profesores, de empleados y de obreros, a las Federaciones de Centros Universitarios, ya que de realizarse procesos que renueven estos organismos gremiales, y los de Autoridades Universitarias sufrirían cruentas derrotas. Se trata de prohibir la democracia en lo elemental de la vida ciudadana y la Universidad es el espacio democrático que sobrevive en nuestro país.
El reciente comunicado
de un grupo de decanos de la UCV resalta el género de las intenciones
dictatoriales, esta vez denominada “Normativa Multimodal de los Sistemas
Universitarios y Educación Mediada por las tecnologías de la educación y la
información y la comunicación (TIC) de la República Bolivariana de Venezuela”,
cuyo contenido violenta el artículo 109 de la CRBV al vulnerar la autonomía de
las universidades Autónomas del país, al “pretender controlarlas y plegarlas a
la ideología oficialista” e igualmente invadir las competencias de los Consejos
Universitarios entre otros atropellos.
Esta ofensiva contra
las universidades es la esencia de las políticas que arremeten contra la vida
cívica y democrática consagrada en nuestras leyes y la carta magna, y en el
caso específico de la UCV próxima a celebrar sus 300 años, debiera ser objeto
de un reconocido homenaje, que estamos seguros en otras latitudes serían
promovidas como políticas de Estado, ante la trayectoria de una de las
universidades más longeva del continente.
La UCV y el lema “la casa
que vence la sombra” es cada día más actual como indica el comunicado citado
“la UCV tiene como imperativo trabajar por el bienestar de la nación, por
tanto, no está subordinada a grupos de poder, ni a ideologías, ni a ningún
interés subalterno. La UCV ni se rinde, ni abandona su compromiso con Venezuela
y su pueblo”. Como vemos es el valor y reconocimiento a la UCV en sus
trescientos años reconocida como patrimonio de la humanidad y deber de los
ciudadanos defenderla.
01-09-21
https://www.elnacional.com/opinion/trescientos-anos-de-historia-de-la-ucv/
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