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miércoles, 8 de junio de 2022

La lucha continua, organicémonos, por @RAFMEL57


R.Daneel Olivaw 07 de junio de 2022

@RAFMEL57

En Venezuela estamos comentando en estos días las elecciones en Colombia. La primera reflexión que hacemos es que nadie aprende en cabeza ajena, lo que parece ser cierto, pero lo que no alcanzamos a ver es que tampoco se aprende en cabeza propia.

La reciente encuesta de Datincorp es un reflejo.

Nuestra desgracia inició cuando la mayoría se alineó con la anti política, posición de la cual derivó la búsqueda de un salvador. Ese salvador primero fue Caldera, un señor que solo tenía soluciones viejas para problemas derivados de la crisis de un modelo económico-social que estaba haciendo aguas desde años atrás, que dicho sea de paso pudo ser modernizado en el gobierno de CAP II y que fue saboteado por las elites que medraban del sistema existente.

Lo que muestra la encuesta es que de nuevo estamos en la onda anti política y de nuevo creemos que un desconocido aparecerá y nos resolverá el problema. No aprendimos nada.

Esa búsqueda nos llevó a Chávez; la historia de dolor y destrucción está en nuestras mentes, lo seguimos viviendo, pero no vemos qué causas generaron estos resultados.

Repetimos como loros que los políticos nos han utilizado, cuando la realidad es que el sistema que se eligió mayoritariamente está diseñado para que sea muy difícil revertirlo, que como pocas veces los políticos están sacrificando su vida personal y familiar en la búsqueda de una vía de solución pero que, dicho en palabras populares, los rusos también juegan y además juegan con todos los recursos del poder.

Un político en democracia puede incumplir, si ha prometido determinadas cosas físicas e incluso mejoras en la calidad de vida, adaptadas a su visión de cómo deben ser las soluciones y al final de su mandato no las ha cumplido.

En una dictadura, la única promesa real que puede y debe exigírsele cumplimiento a un político demócrata es la de mantenerse y persistir en la lucha por guiar al país a una democracia. En esa lucha se pueden proponer diferentes tácticas, que siguen a una estrategia que es casi que universal; construir la mayor unidad posible para fracturar los soportes de poder y/o debilitar al poder, para llegar a una negociación o circunstancia que conduzca a que la población pueda elegir libremente su destino. Para lograr esta meta se cuenta con la fuerza de la población y con las presiones que se puedan construir con los países democráticos.

Hay quienes, sin comprender lo que significa luchar contra un régimen no democrático, hablan de “incumplimiento de promesas” porque una táctica no logra el fruto máximo aspirado, cuando de lo que se trata es de evaluar en cuánto se avanzó en la táctica y, a partir de lo avanzado, generar una nueva, persistiendo en este método hasta lograr triunfar.

Para encontrar un proceso que nos lleve a solucionar nuestro problema se requiere la mayor unidad posible. No se propone y no es conveniente un solo partido, lo que se requiere es que se concierten rutas, es decir tácticas, entre las diferentes organizaciones partidista y las no partidistas de la sociedad.

Como ya dijimos, la estrategia está casi prefigurada en estas circunstancias, se deben utilizar las herramientas de planificación estratégica, acotando este escribidor que sí se usan estas herramientas, el problema que percibe es que los diferentes sectores no parecen conocer ni haber participado en la elaboración del plan estratégico, por lo que no están consustanciados con él.

En resumen, necesitamos una mejor comunicación del liderazgo, entre ellos y con la sociedad y de ciudadanos participativos, organizados, que comprendan claramente la realidad.

R.Daneel Olivaw

@RAFMEL57 

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