EFE 07 de julio de 2022
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Al
término del primer semestre de 2022, Venezuela muestra signos de una incipiente
recuperación económica, en especial en sus tasas de crecimiento del PIB o en la
reducción de la inflación respecto a ejercicios anteriores, lo que no anula la
desigualdad social o la precariedad de los servicios básicos, entre otros
problemas.
La
mejora del país, cuya economía se redujo más del 70% en la última década,
empieza a notarse en un aumento del consumo o en la apertura incesante de
pequeñas empresas, una realidad boyante en Caracas, mientras que millones de
personas en la periferia siguen en la pobreza sin poder, en ocasiones, comprar
lo necesario para comer.
A
continuación, algunas claves de este crecimiento desigual:
Precios y moneda
La
inflación acumulada en el primer semestre se ubica en 53,8 %, una sexta parte
de lo que marcaba el indicador en la primera mitad de 2021, según mediciones
del Observatorio Venezolano de Finanzas, un ente independiente integrado por
expertos económicos.
Mientras
tanto, el bolívar se devaluó en un 17 % frente al dólar en el primer semestre
del año, de acuerdo con los reportes del Banco Central (BCV), un dato mucho
mejor que el del mismo período de 2021, cuando la moneda venezolana se depreció
cerca de un 50 %.
Estos
resultados, según expertos, se deben, entre otras razones, al empeño del
Ejecutivo en controlar la demanda de dólares, disminuyendo la emisión de
bolívares, necesarios para comprar divisas, a través de la reducción del gasto
público y la restricción de los créditos bancarios.
Petróleo
y exportaciones
El
petróleo, la principal fuente de riquezas de Venezuela, sigue fluctuando en
cuanto a la producción mensual que pasó de 775.000 barriles por día (bpd) en
abril a 735.000 en mayo. Los datos aportados hasta ahora por la Organización de
Países Exportadores (OPEP) dan un promedio de 755.000 bpd.
Mientras,
las exportaciones mostraron un crecimiento del 182 % en el primer trimestre,
según el Gobierno, que en mayo cifró en un 76 % el alza de las no petroleras, sin
explicar a cuál período de tiempo correspondía el dato.
Con
esta realidad, Venezuela se aleja de la meta fijada por el presidente Nicolás
Maduro de producir 2 millones de bpd a finales de 2022, así como del objetivo
de exportar el 20 % de todo lo que se produce, pues -denuncian los
industriales- tres cuartas partes del aparato productivo están inoperativas y
las sanciones internacionales siguen restringiendo su capacidad de acción.
Alimentos
y salarios
El
sueldo mínimo se ubica en 130 bolívares, luego de un aumento que entró en
vigencia en marzo y que supuso un aumento del 1,705 % en este monto que es
percibido por cerca de 10 millones de personas, la mayoría obreros y
pensionistas.
El
celebrado incremento salarial se tradujo, en un primer momento, en 28 dólares
mensuales, una cantidad que, con la devaluación monetaria, se ha reducido hasta
23,4 dólares o, lo que es lo mismo, en una capacidad para comprar solo el 5 %
de los alimentos necesarios, ya que la canasta familiar ronda los 480 dólares.
Agua y
luz
La
pretendida reactivación económica se topa de frente con un servicio eléctrico
que es interrumpido prácticamente a diario en la mayor parte del país, según
mediciones independientes de afectados por esta situación.
Asimismo,
más de la mitad de los nuevos emprendimientos y de los ciudadanos que aspiran a
formar parte de la recuperación deben sortear una conexión a internet
deficiente, que no llegue el agua a las tuberías diariamente y, en general, con
unos servicios públicos que son valorados negativamente por el 50 % de los
venezolanos.
Presente
y futuro
La
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que Venezuela
crecerá un 5 % este año y obtendrá el mejor desempeño de Sudamérica, una
oportunidad que el Gobierno de Maduro espera potenciar con más inversiones
extranjeras y la reapertura para vehículos en las fronteras terrestres a partir
de agosto.
En
este sentido, el mandatario emprendió una gira internacional en junio con la
que prevé atraer capital desde Turquía, Argelia, Irán, Kuwait, Catar y
Azerbaiyán, mientras mantiene un canal de diálogo con Estados Unidos que
permita, como pretende el chavismo, el levantamiento de algunas sanciones
financieras.
Toda
esta recuperación económica carece de precisión en medio del silencio oficial
que caracteriza al Ejecutivo y que, para blindar esta potestad de actuar sin
control, ha aprobado recientemente la Ley de Zonas Económicas Exclusivas que
otorga al jefe del Estado poderes para crear negocios libres de impuestos en
algunas áreas geográficas del país.
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