Por Oscar Bastidas Delgado
Desde la última década del pasado siglo, y particularmente desde la Declaración de Río que bajo el lema de «Identidad Cooperativa para el Nuevo Milenio» realizó la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) en diciembre 2000, esta organización mundial asumió y así lo hizo saber a la ONU que asumía el compromiso de obtener el respaldo de millones de sus miembros de por el logro de la paz, la solidaridad, la equidad, la justicia, la igualdad, la protección ambiental y el desarrollo humano sostenible.
Esa propuesta se vio reforzada en varios países; particularmente en Colombia con el Pacto Verde Cooperativo promovido durante el 10º Congreso Nacional Cooperativo: Cambio climático y Realidad Colombiana: «La Respuesta Cooperativa», de la Confederación de Cooperativas de Colombia (Confecoop) en Cartagena de Indias en septiembre 2008; mediante ese pacto ellas de ese país asumieron compromisos mínimos hacia acciones y procedimientos orientados a la conservación del medio ambiente; auto evaluaciones institucionales periódicas para determinar cumplimientos en materia ambiental; incorporar temas medioambientales como normas de conducta de las organizaciones; promover educación medioambiental, entre otros aspectos.
El documento final fue luego aprobado por el Consejo de Administración Regional de la ACI – Américas en su XXXIV Reunión en de junio 2009 pero, sorpresivamente, en la Declaración Cooperativa de Cartagena 2014 redactada en la III Cumbre Cooperativa de las Américas realizada por la misma ACI – Américas del 3 al 7/11/2014, no se menciona ni una palabra sobre el cambio climático (ACI – Américas 2014).
En este recorrido debe agregarse la iniciativa entre la ACI y la OIT del 2015: Contribución de las Cooperativas al Desarrollo Sostenible con el propósito de aportar las opiniones del cooperativismo al debate sobre la agenda para el desarrollo después de 2015, bajo el entendido de que la sostenibilidad es uno de los cinco pilares del Proyecto de una Década Cooperativa de la ACI que pretendió posicionar a las cooperativas al 2020 como constructoras de la sostenibilidad económica, social y ambiental (OIT y ACI s/f: p. 24).
Más recientemente, la Federación de Cooperativas Agro-alimentarias de Granada celebró el Día Internacional de las Cooperativas destacando el compromiso de esta Federación y de sus empresas con la alimentación y los Objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, incorporando en su hoja de ruta mayores acciones para conseguir un sector agroalimentario más sostenible que avanza en los retos globales contra el cambio climático y la mitigación del mismo (ORRI s/f).
Esa Federación ensalza la contribución de las cooperativas al desarrollo y bienestar de la ciudadanía y del planeta, aportando valiosos beneficios sociales, económicos y medioambientales, que garantizan el mantenimiento de las zonas rurales y la generación de oportunidades de futuro para las comunidades.
En varios países en desarrollo miles de recolectores de residuos han creado cooperativas para aumentar sus ingresos y dignificar sus actividades, entre ellos figuran Colombia, Brasil, Argentina, México, Filipinas, la India e Indonesia. En los Países Bajos más de 125 cooperativas agrarias ambientales facilitan que agencias de conservación neerlandesas firmen contratos de gestión ambiental con gestores de tierras para trabajar los territorios integralmente y no de manera fragmentaria.
Son medios de autorregulación y desarrollo de instrumentos locales para objetivos ambientales (Renting Van der Ploeg 2001 citado por OIT y ACI Ob. Cit.: p.13). Por su parte las cooperativas sociales italianas prestan servicios de mantenimiento de espacios públicos verdes como recolección de residuos urbanos, saneamiento, instalación de paneles solares y reducción y reutilización de residuos (Osti, G. 2012 citado por OIT y ACI Ob. Cit.: p.13),
Sin dudas las cooperativas contribuyen de diferentes formas a la gestión sostenible al evitar el agotamiento de los recursos naturales; han promovido foros locales buscando soluciones a los cambios del medio ambiente con emprendimientos respetuosos del medio ambiente.
Tal como señaló la Federación de Cooperativas Agro-alimentarias de Granada citada ut supra, las empresas cooperativas, garantizan a la población mundial alimentos sanos, seguros y responsables, gracias a su compromiso con las prácticas agrarias respetuosas que evitan emisiones contaminantes, frenan la erosión y apuestan por la economía circular. Alineados con los retos de la nueva Política Agrícola Común (2023-2027) y las estrategias del Pacto Verde Europeo, estos alimentos cuidan la calidad de vida de las personas y la salud del planeta, dos objetivos prioritarios de la Agenda 2030.
FUENTES
Bastidas-Delgado, O. La identidad como guía de acción de las cooperativas [versión Kindle]. Amazon. https://www.amazon.com/IDENTIDAD-COOPERATIVA-COMO-ACCI%C3%93N-Spanish/dp/168964110X
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