Julio Castillo Sagarzazu 06 de julio de 2022
La
guerra de Ucrania, la Cumbre de la OTAN; las elecciones de “mid term” en
Estados Unidos; la gira de Maduro por Asia y el escenario interno de Venezuela,
están unidos, aunque no lo parezca, por el hilo invisible de la geopolítica.
Veamos:
La guerra de Ucrania ha colocado a Putin en una situación comprometida y sus consecuencias hay que analizarlas en conjunto con la Cumbre de la OTAN en España. En efecto, independientemente de la situación militar en el campo de batalla, ya Rusia ha logrado que las potencias occidentales hayan dado un paso trascendental en su nueva política de defensa. Ese inmenso país es señalado ya, como la principal amenaza para la seguridad occidental. Si «los ladridos de la OTAN en la frontera rusa», como impropiamente señalo el Papa Francisco, fue una de las razones de la invasión, ahora se verán amplificados con la incorporación de Suecia y Finlandia.
La
organización atlántica, prevé ahora la constitución de una fuerza de acción
rápida de 300 mil efectivos y un aumento exponencial del gasto militar. Las
consecuencia políticas y sociológicas de esta decisión e incluso, el impacto
económico de la reanimación de la industria militar, serán de profundo calado.
Asimismo,
lo que pudiera llamarse la «doctrina» que sale de Madrid, ha incorporado una
frase, nada inocente, sobre la integridad y seguridad fronteriza de las
naciones que, inevitablemente, evoca el asalto a la valla de Melilla que
terminó con varias decenas de muertos por parte de la policía marroquí y que ha
contado con el silencio del gobierno socialista y el reclamo de sus socios de
Podemos y ERC. España incluso, ha expuesto sus relaciones con Argelia y su
solidaridad con el pueblo saharaui, en el altar de la seguridad de su frontera
con el norte de África. Esta seguridad de la frontera sur de Europa (y no solo
de España) será clave en el abordaje común de temas como la inmigración ilegal
y el control del terrorismo. Un tema y un viraje nada secundario.
En este
marco, es natural, que los aliados de Putin y China, en cualquier parte del
mundo recibirán el coletazo de esta nueva concepción adoptada en Madrid. Maduro
se encontrará en la encrucijada de resolver como se alinea en este nuevo juego
de tronos y poderes. Su gira a Asia, revela la preocupación por la materia y su
intención de buscar una posición de control de daños de esta realidad. Por un
lado, tratará de apoyarse (junto con Irán) en la necesidad de más petróleo para
Europa para hacer un guiño a occidente y, por la otra, sopesara la lealtad a
sus tradicionales aliados.
Así
las cosas, valdría la pena tratar de imaginar cual sería el mejor escenario
para Maduro en este juego de equilibrios que se ha señalado.
En
este particular lo primero que pareciera obligado para sus intereses es obrar
con rapidez. La situación política descrita antes, lo sugeriría, pero también
la situación interna. Esta situación interna está dominada por la volatilidad
que pueda tener la situación política, económica y social del país.
En
efecto, será imposible que la amenaza de la recesión mundial no afecte a
Venezuela. Por otro lado, ya la sostenibilidad de la economía de puertos y
bodegones, está emitiendo señales de alarma. Hay estudios que revelan como el
crecimiento de la economía se ha concentrado en muy pocos sectores y como otros
se rezagan y se hunden.
Tampoco
hay señales de que el Estado pueda hacer frente con éxito a la demanda de
funcionarios públicos, universitarios y jubilados que se movilizan (aun de
manera incipiente, pero constante) en reclamo de salarios dignos para salir de
la pauperización a las que están condenados.
En
este marco volátil, Maduro podría «sorprender» con el planteamiento de
unas megalecciones con las que daría respuestas en varios
terrenos: se adelantaría o haría control de daños anticipados a las elecciones
de noviembre que seguramente ganaran los republicanos y ofrecería esa «rama de
olivo» a Europa necesitada, más que nunca, de la energía fósil que a Venezuela
le sobra y no tiene como extraerla, por ahora…
Unas
elecciones de todos los mandatos le permitirían, igualmente, alinear a todo,
absolutamente a todo, el liderazgo regional y local del PSUV detrás de su
candidatura y pondrá a la oposición a reeditar el camino, no exento de
obstáculos, que enfrento en las recientes elecciones a gobernadores.
Como
todos los dibujos de escenarios futuros, el que se describe, este hecho en el
aire y copiando un modelo absolutamente vaporoso e inexistente hoy.
Se
trata de una apuesta hecha con los pocos datos disponibles a esta fecha, pero
apoyada, no obstante, en el aroma que se respira en el ambiente.
Dibujo
libre `pues y abstracto de paso…
Allí
queda.
Julio
Castillo Sagarzazu
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