AFP 20 de diciembre de 2022
Un
pequeño restaurante de Caracas cambia todos los días los desprestigiados
bolívares por dólares, esperando conseguir una buena tasa en el mercado negro
para no perder, en medio de un nuevo período de inestabilidad cambiaria en
Venezuela.
El
bolívar se desvalorizó 71,3% en lo que va del año, según datos del Banco
Central. La moneda venezolana experimentó una “estabilidad” entre octubre de
2021 y agosto de este año, cuando comenzó a tambalearse de nuevo.
A
partir de ese momento, el gobierno desempolvó términos como “dólar criminal” y
“especulativo” para describir el mercado paralelo. Hoy el tipo de cambio
oficial está en 16 bolívares por dólar (desde 4,58 el 3 de enero) y el dólar
negro en 17,47 bolívares.
Al
tipo de cambio lo “manejan cuatro mafias desde Miami para dañarle las
navidades, la paz y la tranquilidad al pueblo de Venezuela”, fustigó el
presidente Nicolás Maduro la semana pasada.
“Nadie los quiere”
Expertos
coinciden no obstante en que son otros los factores que influyen en esta
situación, desde el aumento en el gasto público en agosto, cuando se produjo el
primer cimbronazo; los aguinaldos del sector público en diciembre, y la guerra
en Ucrania, que ha complicado el cobro en Asia de la sancionada renta petrolera
venezolana en divisas.
Pero
el fondo del asunto es que “la gente no quiere tener bolívares”, explica a la
AFP el economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica.
“Los
bolívares cambian de mano de forma muy rápida porque nadie los quiere, y eso
termina generando que cualquier excedente de bolívares que haya en el sistema
haga presión en el tipo de cambio”, explicó.
Eso es
lo que ocurre en el restaurante donde trabaja Yeisi Colombo como mesera. Piden
a los clientes no pagar con tarjeta porque el dinero lo recibirían al día
siguiente en la tarde “ya todo devaluado”. “Antes de que cambie la tasa hay que
‘fabricar’ los dólares”, explica.
Hablar
del tipo de cambio se ha vuelto algo cotidiano entre los venezolanos: la gente
dejó de pensar en bolívares y convierte todo a dólares. En un elevador, por
ejemplo, un grupo de empleadas de limpieza calculan cuánto va a caer su ingreso
cuando cobren su quincena: el sueldo mínimo, que en marzo cuando se ajustó
1.700% equivalía 28 dólares, hoy no llega a 8 dólares por causa de la
devaluación del bolívar.
Modelo
“colapsado”
Venezuela
perdió 80% de su PIB entre 2014 y 2020 en una crisis sin precedentes, que
empieza a mostrar tímidos signos de recuperación, con el fin de un largo ciclo
de hiperinflación y un crecimiento proyectado para 2022 de dos dígitos, según
el gobierno.
La
estabilidad del precio del dólar era otra forma de dibujar el fin de la crisis,
después de que el bolívar se depreciara 76% en 2021 y más de 95% cada año entre
2018 y 2020.
“Ese
intento del Banco Central de fijar, de anclar la tasa de cambio, desde hace ya
hace dos años, ha colapsado”, explica el economista y profesor universitario
Leonardo Vera.
“Se ha
buscado un tipo de cambio demasiado bajo” en un país que tiene “inflación de
200% interanual, sin reservas internacionales, y con el motor de su economía -el
petróleo- dañado”, argumenta.
Oliveros
señala que en los últimos dos meses “el gobierno ha disminuido la cantidad de
dólares en efectivo que vende” o inyecta en el mercado para mantener estable la
cotización del billete verde, en parte porque “se le está complicando cobrar la
factura petrolera en Asia a través de Rusia”, que va a cumplir un año desde que
invadió Ucrania.
Para
los pequeños comercios, la situación es un desafío cotidiano. El gobierno ha
tratado de “bolivarizar” la economía con un impuesto a las transacciones en
dólares, pero la pérdida de valor del bolívar lleva a pequeños emprendimientos
como el de Colombo a buscar afanosamente el billete estadounidense, para lo
cual deben recurrir al mercado paralelo ya que no pueden cambiar en los bancos.
“Sacrificio”
El
pago de una deuda pendiente del Estado con maestros en agosto dio un fuerte
golpe al bolívar, que en apenas 48 horas, entre el 23 y el 25 de ese mes, se
depreció casi 20%.
“El
gobierno recurrió como siempre al Banco Central de Venezuela para emitir
bolívares y hacer ese pago”, señala Henkel García, director de la firma
Albusdata. “Sería el preámbulo para noviembre y diciembre”, cuando se pagan los
aguinaldos… que quedaron disueltos.
Con este panorama, Elia González, una peluquera de 52 años, no sabe si podrá comprar el tradicional estreno de ropa de diciembre para su hijo. “Tendrá que ponerse lo que tiene de atrás (ndlr: de antes) y si no le queda hay que hacer un sacrificio”.
Tomado
de: https://www.lapatilla.com/2022/12/20/por-que-se-derrumba-otra-vez-la-moneda-venezolana/
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