Ángel Bermúdez 29 de diciembre de 2022
@angelbermudez
Cuando
escuchas la frase "crisis migratoria venezolana", ¿qué imágenes
llegan a tu mente?
Si
buscas esa frase en Google, las fotografías que verás muestran largas filas de
personas cargando mochilas o arrastrando maletas mientras intentan o esperan
cruzar una frontera; padres cargando niños pequeños, abrazos desgarradores,
campamentos, rostros exhaustos.
Y es que la ola migratoria de Venezuela es consecuencia de una enorme debacle económica que entre 2013 y 2021 redujo el PIB de ese país en más de 75%, provocando la salida hasta la fecha de siete millones de personas, de las cuales unos seis millones se encuentran en países de América Latina y el Caribe.
Esa
llegada masiva de migrantes venezolanos que en muchos casos necesitan atención
inmediata -incluyendo las cuestiones más básicas como comida, techo, medicinas,
educación para los niños- ha tenido un impacto importante en los países
receptores, que han debido hacer un esfuerzo importante para acoger a los
recién llegados.
Cálculos
de las autoridades de Colombia, el país que ha recibido un mayor número de
venezolanos (unos 2,5 millones para diciembre de 2022), indicaban que en 2019
destinaron unos US$600 por cada migrante. Eso se traduce en que gastaron
en asistir a los recién llegados unos US$1.300 millones, equivalentes
al 0,5% del PIB colombiano.
Pero
hay dos buenas noticias al respecto:
- Se espera que ese sea el tope del costo de
atención a los venezolanos en todos los países de la región y que, de
hecho, ese impacto se vaya reduciendo con el tiempo en la medida en la que
esos migrantes se vayan integrando a la economía local de cada país.
- Esa integración no solamente ayuda a
compensar por los gastos ocasionados, sino que se estima que puede generar
un crecimiento del PIB de hasta 4,5% para el año 2030.
Todo
esto, de acuerdo con un nuevo estudio realizado por economistas del Fondo
Monetario Internacional titulado "Regional Spillovers from the Venezuelan
Crisis" (Efectos colaterales regionales de la crisis venezolana).
Un
gasto que se convierte en un aporte
De
acuerdo con la investigación, el gasto para atender las necesidades de los
migrantes venezolanos oscila entre 0,1% y 0,5% del PIB, dependiendo del país.
Se
estima que entre 2020 y 2025 permanezca en torno a 0,4% en el caso de Colombia;
en 0,25% para Ecuador y Perú; y 01,%, para Chile.
La
llegada masiva de migrantes también tiene un impacto en el mercado laboral
local que, inicialmente, es mixto.
"Dado
que la mayor parte de los migrantes consiguen un trabajo (incluso si este no
corresponde con sus habilidades), el empleo total aumenta y los salarios reales
descienden. Los sueldos más bajos desestimulan la participación de algunos
trabajadores locales en el mercado laboral, mientras que el desempleo general
aumenta ligeramente, a medida que la tasa de desempleo de los migrantes supera
la de los trabajadores locales", indica el reporte.
"A
pesar de estos efectos, la renta laboral global aumenta en consonancia con el
aumento del empleo global. Para las empresas, los salarios reales más bajos se
traducen en menores costes de producción y mayores beneficios", agrega.
Jaime
Guajardo, autor principal del estudio del FMI, señala que es difícil
evaluar la contribución de la migración venezolana al PIB de los países
receptores hasta ahora debido a que esos efectos toman tiempo y a las
limitaciones en la disponibilidad de datos recientes sobre el nivel de empleo o
el tipo de empleo de los migrantes, en parte debido a la pandemia.
Pese a
ello, en el estudio realizaron estimaciones sobre aumentos del PIB en esos
países entre 2016 y 2030, tomando dos escenarios distintos: uno sin inmigrantes
y otro con ellos.
Para
calcular este último, asumieron como premisas que al principio la mayoría de
los migrantes conseguirían empleos no calificados en la economía informal y que
en los años siguientes, apenas una fracción de ellos se iría sumando al sector
formal con empleos acordes con su capital humano, aumentando así la
productividad de la economía en el medio plazo.
"Bajo
estas estimaciones, el PIB de Colombia, Chile, Ecuador, y
Perú -países que han recibido el 69% de los migrantes
venezolanos- habría aumentado entre 1,5% y 2,5% relativo a un
escenario sin migración entre 2016 y 2022. Y se espera que aumente entre 2,5 y
4,5 por ciento para 2030", dijo Guajardo a BBC Mundo en una entrevista vía
correo electrónico.
Los
países más favorecidos
El
estudio del FMI tomó en cuenta numerosos factores en sus cálculos: desde el
impacto de los flujos migratorios en el empleo y la productividad, pasando por
la proporción de migrantes en edad laboral y su nivel educativo, hasta las
condiciones del mercado laboral, el tiempo que tardan los migrantes en
conseguir empleo allí, de qué tipo y en cuál sector de la economía.
De
acuerdo con ese análisis, el país en el que la migración venezolana
tendrá un mayor impacto en el crecimiento del PIB para 2030 será Perú (4,4%),
seguido por Colombia (3,7%), Ecuador (3,5%), Chile (2,6%), Panamá (1,9%),
República Dominicana (1,1%), Costa Rica (0,6%) y Uruguay (0,6%).
Guajardo
indica que el impacto en el PIB es mayor en los países que han recibido los
mayores flujos migratorios en edad de trabajar y donde los migrantes son más
calificados en relación con la población local.
"Dada
su proximidad a Venezuela, Colombia ha recibido una mayor proporción de
migrantes que no están en edad de trabajar (niños o adultos mayores) y
una mayor proporción de migrantes con menos años de educación, muchos de los
cuales no pueden costear el transporte a países más lejanos en la región. Esto
explica por qué el impacto en el PIB de Colombia es menor que el impacto en el
PIB de Perú, pese a que Colombia ha recibido mayores flujos migratorios
relativos a su población", señala.
Cabe
destacar que estas proyecciones hasta el 2030 parten de la premisa de que la
migración venezolana seguirá creciendo hasta alcanzar 8,4 millones de personas
en 2025, equivalente a más del 25% de la población que tenía Venezuela en 2015.
Eso
exigirá que los estados receptores mantengan políticas de acogida y mantengan
el apoyo a los recién llegados con ayuda humanitaria y acceso a educación,
salud y servicios básicos.
Pero,
¿qué pueden hacer estos países para maximizar el impacto sobre su PIB de la
llegada de migrantes venezolanos?
Guajardo
recomienda que faciliten la integración de los migrantes en el mercado laboral
formal, otorgando permisos de trabajo y convalidando los estudios y los títulos
académicos.
"Esto permitiría
a los migrantes encontrar trabajos acordes con su nivel de educación y así
aumentar la productividad de la economía. También reduciría el costo a los
gobiernos de proveer ayuda humanitaria y acceso a educación, salud, y servicios
básicos, pues los migrantes podrían costear algunos de estos gastos por sí
mismos y pagarían impuestos", dice.
"De esta manera, los costos fiscales incurridos inicialmente serían más que compensados en el mediano plazo", concluye.
Tomado
de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-64047420
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