ALONSO MOLEIRO 16 de mayo de 2023
@amoleiro
Unos 9,3 millones de personas con algún
problema crónico de salud no tienen cómo atenderlo por falta de recursos o
medicamentos
Nueve de cada diez venezolanos solo puede acudir a la red ambulatorios u hospitales públicos del colapsado sistema de salud del país, que ha perdido el 70% de su capacidad de respuesta desde 2016. El 58% de los ciudadanos tampoco tienen recursos para “gastos de bolsillo”, es decir, los pagos adjuntos a servicios clínicos, que en teoría deberían estar cubiertos por el Estado. Son algunos de los datos que maneja El Programa de Respuesta Humanitaria que coordina Acción Solidaria, una de las ONGs más activas y de mayor solidez en el país, presidida por Feliciano Reyna, que ha presentado su balance de ejecución. Sus contenidos desnudan la magnitud, el origen y el tiempo de duración del deslave venezolano de estos años.
El
programa de la ONG ha atendido a más de 700.000 personas necesitadas desde 2018
y ha desplegado, con ayuda internacional, una red de médicos y especialistas
para cotejar su evolución. Unos 9,3 millones de personas en el país tienen
algún problema crónico de salud y no tienen cómo atenderlo, por falta de
recursos o medicamentos. El 57% de los pacientes encuestados habla de problemas
de ingresos para costear sus medicinas, ya
que el dinero se prioriza en alimentación.
Este
es un ambicioso proyecto de cobertura humanitaria que se gestó a toda prisa en
2016, cuando irrumpía con todas sus dimensiones la emergencia humanitaria.
Entonces, al derrumbe productivo y el colapso patrimonial de la nación se sumó
una espantosa escasez de medicamentos y comida, y el colapso de la industria
petrolera. Reyna explica que se lleva adelante con asistencia de donantes
internacionales vinculados a la gestión humanitaria, trabajando con 193
organizaciones regionales y voluntarios aliados que se han ido diseminando por
las regiones del país y que hoy –sin dejar de reconocer la insuficiencia de
estos esfuerzos en la complejidad existente- están sincronizados. “No estamos
presentes en todos los Estados, pero nuestro trabajo regional los abarca a
todos”, dice.
Muy
prudente en el manejo del lenguaje político, Reyna se ha dedicado de lleno a
atender y promover la comprensión del alcance de la crisis humanitaria
venezolana, consecuencia del colapso del modelo de desarrollo chavista que
estalló en 2014. Es un convencido de la necesidad de un acuerdo político entre
el Gobierno y la oposición que priorice la emergencia social del país. Reyna ha
estado presente, incluso, en el Palacio de Miraflores para explicar a Maduro y
el alto Gobierno los elementos más urgentes de colapso social.
“Tenemos
una afectación grave, sistémica, de grandes proporciones en todo el país del
derecho a la salud, además de una enorme opacidad informativa”, afirma por su
parte Natasha Saturno, coordinadora del Programa de Exigibilidad de Derechos de
Acción Solidaria. Saturno afirma que, “con toda responsabilidad”, los estudios
de impacto que adelanta esta organización permiten afirmar que las mujeres,
niños, niñas y adolescentes son los más afectados por el deslave en el servicio
de salud.
En 399
encuestas hechas a la población necesitada destacó que una de cada cuatro
mujeres presentes no tenía acceso a toallas sanitarias, y tres de cada diez
presentaba una situación crónica de salud. Nueve
millones de personas en Venezuela están en inseguridad alimentaria, eso
significa que solo pueden hacer dos comidas al día, o menos, y que no saben qué
comerán al día siguiente.
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