Revista Semana 16 de julio de 2023
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Varios países de América Latina viven
elecciones por estos meses. Tras años de gobiernos izquierdistas, el giro en la
otra dirección parece posible y promete sacudir el tablero de ajedrez del
continente.
América
Latina vive un momento de efervescencia electoral sin precedentes. Casi todo el
continente está en periodo de elecciones. Argentina se debate entre la derecha
de Javier Milei y los candidatos del Partido Juntos por el Cambio, Patricia
Bullrich y Rodríguez Larreta. En el caso de Perú, las elecciones llegaron por
la crisis tras el autogolpe de Pedro Castillo.
Paraguay asistió a los comicios en unas elecciones marcadas por la victoria del oficialismo. Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, le arrebató el Estado de México al PRI, partido de oposición. Ecuador irá a las urnas como consecuencia de la “muerte cruzada” que declaró el presidente Lasso. Chile conocerá el nuevo texto constitucional y votará su aprobación.
Actualmente
12 de los 20 países latinoamericanos son de izquierda, pero los resultados de
esta nueva ola rosada no parecen haber cumplido con las expectativas de los
electores. Para la Cepal, el crecimiento económico de América Latina y el
Caribe en el año 2023 será de tan solo 1,2 por ciento, consecuencia de una gran
desigualdad, la debilidad de las instituciones, gobiernos cuestionados y un
panorama internacional adverso. Ello representa una desaceleración en
comparación con el año 2022 cuando la economía de los países latinoamericanos
creció 3,7 por ciento, según ese organismo.
Los
gobiernos latinoamericanos no pasan por sus mejores días y esto se ha visto
reflejado en las encuestas. Según la consultora Edelman del año 2023, tan solo
37 por ciento de los latinoamericanos confían en el gobierno de su país,
mientras que la confianza en los presidentes se sitúa en un 26 por ciento.
El
panorama en casi todos estos países es muy similar: la gente, cansada de las
promesas incumplidas de la izquierda, está abriéndole la puerta a un giro
total. La oposición toma fuerza y promete recuperar terreno frente a una
izquierda que se ha mostrado dominante en los últimos años. A pesar de que la
izquierda hoy domina gran parte del mapa político, no se han logrado concretar
sus reformas. Esto se debe a que las alianzas políticas formadas se han diluido
durante sus mandatos y se ha dificultado la implementación de los proyectos
prometidos en campaña. Una revisión país por país así lo demuestra.
El 30
de abril se llevaron a cabo las elecciones en Paraguay, en donde salió
victorioso el candidato conservador Santiago Peña, en representación del
Partido Colorado, con 42,7 por ciento de los votos. Además, este partido dominó
en las votaciones de Senado, Cámara de Diputados y en 15 de las 17
gobernaciones. Para el expresidente Iván Duque, “Paraguay se ha mantenido en la
centro-derecha y esperamos que en otras elecciones también sea así”.
En
México la historia es un poco distinta. El 4 de junio se cumplieron las
elecciones del Estado de México y Coahuila. El gran ganador fue el partido
Morena, encabezado por AMLO, que le arrebató al PRI –partido de oposición– el
Estado de México. Esto podría considerarse como el inicio de la campaña
presidencial 2024 y sería una buena señal para el partido de gobierno de cara a
las elecciones.
El
pasado 7 de mayo, Chile votó por el Consejo Constitucional. Este fue conformado
en su mayoría por el partido de José Antonio Kast, de ultraderecha, y por la
derecha en general. El texto final de la nueva Constitución chilena, redactado
por mayorías de derecha, será votado por plebiscito el próximo 17 de diciembre.
Sin duda, esto constituye uno de los golpes más duros al gobierno de izquierda
del presidente Gabriel Boric.
Ecuador
tendrá que votar elecciones presidenciales extraordinarias y elegir a 137
representantes para el Legislativo. Las votaciones se llevarán a cabo el 20 de agosto y, de
ser necesario, se celebrará una segunda vuelta el 15 de octubre. La votación se
da luego de que Guillermo Lasso, actual presidente, emitiera la “muerte
cruzada”, figura que desmantela al Congreso y le permite al Ejecutivo gobernar
durante seis meses por decreto. Esta decisión presidencial fue tomada luego de
que se diera inicio al juicio en su contra por blanqueo de activos.
En
consecuencia, era necesario convocar a elecciones tanto presidenciales como de
Congreso para terminar el periodo faltante de ambos hasta el 2025. Pedro Pablo
Kuczynski, expresidente de Perú, más conocido como PPK, considera que el caso
de Ecuador “es una excepción que salió bien (para el presidente) y no sabemos
lo que va a pasar en 2025 cuando haya otras elecciones”. Lo que sí afirma el
expresidente es que Latinoamérica está atascada y no parece avanzar en un
sentido claro.
Hay
ocho nombres para la contienda electoral y parece que el correísmo volverá al
poder. La encuesta de la empresa Estrategas para Prensa Libre sitúa a la
candidata de Rafael Correa, Luisa Gonzáles, como líder con 27,95 por ciento de
intención de voto, seguida por el vicepresidente de Lenin Moreno, Otto
Sonnenholzner (9,90 por ciento) y Yaku Pérez (8, 84 por ciento).
Guatemala
volverá a las urnas el 20 de agosto, luego de las votaciones generales del 25
de junio. Las elecciones no han dado garantías a los competidores y han sido
criticadas por la exclusión de tres candidatos, censura a la prensa y denuncias
por compra de votos.
Thelma
Cabrera, candidata de izquierda, fue excluida por no demostrar que no tenía
cuentas pendientes con el Estado. Roberto Arzú fue apartado por realizar su campaña
de manera anticipada, aunque otros también lo hicieron, y Carlos Pineda fue
expulsado de la competencia por no presentar los informes económicos en la
Asamblea Nacional.
El
caso más llamativo ha sido el del empresario Pineda, quien fue excluido luego
de quedar de primero en una encuesta de intención de voto, lo que hace aún más
dudosa una campaña electoral llena de inconsistencias. Los resultados del 25 de
junio en Guatemala arrojaron a Sandra Torres, candidata conservadora, como
ganadora, con el 15,7 por ciento, lo cual no fue sorpresivo. En cambio sí fue
inesperado el resultado del candidato de izquierda Bernardo Arévalo, quien con
el 11,8 por ciento de los votos disputará la segunda vuelta sin haber sido un
candidato bien posicionado en las encuestas.
El
expresidente Duque considera que “más que ser un voto de izquierda, es un voto
que se identificó con un discurso anticorrupción”. La mayor sorpresa en la
contienda guatemalteca fue la victoria del voto nulo, que superó la votación de
los dos candidatos, con el 17,4 por ciento, y el alto índice de abstención, del
40 por ciento.
Esto
demuestra que más que una contienda electoral convencional, los electores
salieron a mostrar su descontento contra el Gobierno y los candidatos, además
del polémico proceso electoral. Los argentinos asistirán a las urnas tres veces en este año: el
13 de agosto, en las elecciones PASO, en las que se decidirán los candidatos
presidenciales para la primera vuelta; el 22 de octubre para la primera vuelta,
y todo se definirá el 19 de noviembre, de ser necesario, en segunda vuelta.
Las
malas gestiones del país gaucho han llevado a una crisis económica con una
inflación que supera el 100 por ciento, además de problemas graves de seguridad
y corrupción. Esto es terreno fértil para que la oposición retome el poder
después del paso fugaz del presidente de derecha Macri por el poder. Son cuatro
los candidatos que parecen tener las mayores probabilidades de ganar las
elecciones.
El
candidato que más revuelo ha causado es Javier Milei. Él se postulará como
independiente, en nombre de su partido, La Libertad Avanza, y respaldado por
ideas de ultraderecha y en contra de la política tradicional. La principal
propuesta del economista ha sido la dolarización de la economía argentina.
Necesitará de buenos resultados en las elecciones PASO para continuar su camino
a la presidencia. De momento, la encuestadora Opinaia ubica su movimiento como
el tercero en intención de voto, con el 21 por ciento.
Sin
embargo, fuentes consultadas por SEMANA cuestionan que Milei y su propuesta de
dolarización sean la solución a la crisis económica que atraviesa el país
gaucho. Hilda González, quien fue senadora y diputada argentina, asegura que
“Milei no puede ganar en Argentina, porque le sería imposible gobernar”. Además
de tener un discurso llamativo, “hay que tener mayorías parlamentarias, y Milei
no tiene características de negociador para buscar acuerdos”. Además, “es muy
difícil gobernar si no se tienen mayorías parlamentarias” y si no se crean
consensos sobre las políticas de Estado más urgentes e importantes. Este es el
desafío más significativo que deberán afrontar todos los candidatos, pero en
especial los independientes, asegura la senadora.
El
expresidente Ernesto Samper piensa que Milei “expresa la vigencia en nuestros
países de unos actores políticos que hacen política sin ninguna
responsabilidad”. Pero afirma que “los partidos políticos viven una crisis” ya
que la gente no cree en ellos y se está configurando “una forma peligrosa de
hacer política”. Sin embargo, para PPK el mayor problema de Argentina no es la
inflación, es “el gasto social fiscal no financiado. Pueden hacer toda la
dolarización que quieran, pero eso no va a solucionar el problema”.
Juntos
por el Cambio (JxC) tiene dos candidatos con altas chances de llegar al poder:
el jefe de Gobierno de Buenos Aires, Rodríguez Larreta, y la ex ministra de
Seguridad de Macri, Patricia Bullrich. Se espera que JxC supere sin
dificultades las PASO, pero la disputa interna entre estos dos candidatos
promete ser reñida. De momento, Opinaia los ve como líderes con el 29 por
ciento de los votos.
Unión
por la Patria (UP), postuló al actual ministro de Economía, Sergio Massa, como
el precandidato presidencial que competirá con Juan Grabois en las PASO. El
partido del kirchnerismo atraviesa una crisis interna y parece haberse quedado
sin ideas. Sin embargo, tampoco se espera que la UP tenga problemas para
participar en la primera vuelta presidencial. Opinaia lo ubica en el segundo
lugar, con el 22 por ciento.
Con un
gobierno kirchnerista que parece descomponerse, una centro-derecha surgiendo
con fuerza y un candidato de extrema derecha disruptivo, como lo es Javier
Milei, la derecha parece tomar el liderato y será difícil quitarle el poder de
las manos. Como lo asegura el exmandatario Kuczynski, “no hay ninguna duda” de
que, en el caso de Argentina, habrá un giro hacia el centro o la derecha. Un
creciente fenómeno en la política latinoamericana ha sido dejar de lado las
derechas y las izquierdas. Las personas del común se han inclinado a juzgar a
los políticos por “su gestión más que por sus posturas ideológicas”.
Los
electores se han dado cuenta de que ninguno de los dos bandos ha dado solución
a sus problemas, afirma la exsenadora. Para el expresidente Samper, “es verdad
que los resultados de un gobierno pueden influir para que la gente vote por una
alternativa”, pero afirma que esto ocurre cuando se pasa de gobiernos
conservadores a progresistas, especialmente, en la parte social.
El
péndulo político no parece aún definido. La derecha tendrá la posibilidad de
aprovechar los errores de la izquierda para realizar movimientos estratégicos y
mover sus fichas en el ajedrez para recuperar territorio. Mientras tanto, la
izquierda deberá crear consensos para apaciguar el descontento general. Lo
cierto es que aún no se vislumbra un claro jaque mate por ninguno de los bandos
políticos y permanece en el aire la misma pregunta: ¿Hacia dónde se dirige la
región?
En
contraste con el complicado panorama que pasan los gobiernos de izquierda en la
región, está el caso del Gobierno de El Salvador, de Nayib Bukele, que es el
más popular del continente y optará por la reelección en 2024.
Si
bien este es el panorama en el continente americano, del lado europeo el asunto
parece bastante similar a lo que ocurre en la región, al menos en España. El
giro a la derecha en ese país solo terminaría de confirmarse en las elecciones
generales del próximo domingo 23 de julio, cuando se elegirá al sucesor de
Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.
La
izquierda española se ha visto ampliamente superada en las elecciones
regionales por una derecha que va en ascenso y que de momento parece ganar la
carrera electoral para llegar al poder. Todo apunta a que la derecha tendrá la
ventaja, mientras la izquierda deberá mover sus fichas si quiere revertir la
situación y continuar al mando.
Tras
las votaciones municipales y autonómicas del 28 de mayo de este año, el PP
(Partido Popular) de derecha logró una importante victoria frente al partido de
Gobierno, y alcanzó el triunfo en gran parte de las regiones. Ello obligó al
presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a adelantar las elecciones
generales para el 23 de julio del año en curso. Para el expresidente Iván
Duque, la victoria del PP se da porque muchos gobiernos de izquierda que
“prometieron muchos beneficios rápidos no fueron capaces de brindárselos”. Las
personas prefieren gobiernos “menos preocupados por la popularidad y las
narrativas y más por resolver problemas reales” con una mejor capacidad de
ejecución, asegura el exmandatario colombiano.
Se
pronostica otro golpe para el Gobierno actual en las elecciones generales. En
una encuesta realizada por el medio español La Sexta, el PP lidera la intención
de voto con el 32,4 por ciento frente al 27 por ciento del PSOE, partido del
presidente. Todo parece indicar que la derecha en España revalidará la victoria
del 28 de mayo y, junto con su candidato Alberto Núñez Feijóo, gobernará el
país durante los próximos cuatro años.
Los
partidos que le siguen son el movimiento socialista Sumar, encabezado por
Yolanda Díaz, y el partido VOX, de la ultraderecha, liderado por Santiago
Abascal. Sumar reúne un gran número de partidos de izquierda y la encuesta de
La Sexta los posiciona como la tercera fuerza política, con el 14,5 por ciento.
Mientras que el partido de Abascal continúa creciendo y disputa con Sumar el
podio, con el 14,4 por ciento. Una eventual victoria del PP abre las puertas a
un posible acercamiento con el partido VOX para gobernar, y en esa circunstancia
la derecha tendría la mayoría La alianza Sumar no descarta una negociación con
el presidente actual.
El
Ministerio de la Igualdad ha sido un tema central de controversia durante la
campaña. El candidato Núñez Feijóo quiere erradicar tal ministerio y considera
que es necesario “un ajuste muy importante en el gasto político” dado que
“sobran” algunos de los que funcionan actualmente, entre ellos, el de la
Igualdad. Mientras que Pedro Sánchez lucha por mantenerlo e, incluso, considera
que la encargada de ese ministerio puede ser la líder de Sumar.
Sumar
conformó una gran alianza, con el objetivo de atraer a todos los votantes de
izquierda, pero su esfuerzo no parece haber producido el efecto esperado y las
encuestas lo ubican muy cerca del partido VOX. El 23 de julio, España conocerá
el futuro de sus próximos cuatro años y el panorama parece indicar un giro
radical de izquierda a derecha.
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