Oscar Rosas 31 de agosto de 2023
El
tapón del Darién es uno de los corredores ilegales más peligrosos para llegar a
los Estados Unidos. La organización Médicos Sin Fronteras
denunció que es insuficiente la respuesta ante el incremento desmedido de
migrantes que actualmente transitan desde Capurganá o Acandí, en territorio
colombiano, y llegan al pueblo Bajochiquito, desde donde desembarcan hacia
Piraguas, a la estación temporal de recepción migratoria de Lajas blancas, en
Panamá.
En
ambos puntos la condición es de hacinamiento extremo. La situación está
agravando los riesgos en salud debido a que no hay agua, tampoco alimento ni un
espacio para dormir.
La organización Médicos Sin Fronteras afirma que el aumento ha sido tan grande que tanto las comunidades de acogida como la capacidad de estas organizaciones humanitarias se han visto desbordadas.
Y es
que cada día del mes de agosto están siendo atendidos entre 2.000 y 3.000
migrantes, y durante estos 27 días del mes de agosto cerca de 50.000 migrantes
han pasado por los tres puestos de atención en el tapón del Darién.
Entre
enero y julio de 2023, el equipo ha brindado 35.912 consultas médicas, 1.611
consultas de salud mental y 6.952 curaciones de gravedad.
“Es
una situación de necesidad y la verdad es que con la cantidad de recursos
humanos y financieros que tenemos hoy día, la situación se complica muchísimo,
no solo para nosotros, pero todos intentan ayudar en esa ruta. Nosotros no
tenemos las condiciones hoy día para brindar apoyo médico y mental para tantas
personas. Tuvimos un incremento de 445% este año en niños y niñas
intentando pasar por la ruta. Es muy importante hablar de que ya llegamos a
360.000 migrantes solo este año”, explicó José Lobo, coordinador del proyecto
Médicos Sin Fronteras en Panamá.
Es muy
compleja esta situación en el tapón del Darío porque no solo transitan jóvenes,
también hay mujeres embarazadas y niños de brazos en una travesía en donde
prácticamente se arriesga la vida. La mayoría llega con deshidratación, con
principios de desnutrición, con ampollas en los pies y muchas patologías de
gravedad.
El
llamado es urgente, no solo para los gobiernos de Colombia y Panamá, sino en
general para la región, pues piden acciones efectivas para que se garantice una
ruta segura a esta población migrante y que lleguen a acuerdos para frenar el
tránsito irregular.
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