Rafael Veloz García 06 de octubre de 2023
@Rafaelvelozg
En los
últimos 20 días el drama que vive el sector educativo nacional ha estado en el
tapete de la opinión pública venezolana y no puede ser de otra manera. Primero
fue con el llamado al personal administrativo y obrero a incorporarse a los
planteles el 18 de septiembre. Luego, con motivo del inicio formal de clases
para el período lectivo 2023-2024, previsto para el pasado 2 de octubre.
Durante esos días no se hicieron esperar los pronunciamientos de la Coalición Sindical del Magisterio, la Federación Venezolana de Maestros, del grupo de educadores del Comando Páez de Freddy Superlano y más recientemente de los representantes del sector en la Plataforma Unitaria, así como las voces de reconocidos docentes del país, que incluye al grupo de la Unión Democrática del Sector Educativo y las regionales.
Las
denuncias que formularon mostraron un mismo patrón. Se habló de un regreso a
clases sin firmarse la convección colectiva de trabajo, que tiene dos años de
vencida, de las precarias condiciones de los planteles educativos, algunos
hasta con carencias de pupitres, de servicios básicos como agua potable,
electricidad, internet, etc., y por supuesto de la lucha que han mantenido
desde el pasado 9 de enero por la dignificación del salario, el respeto a sus
derechos laborales contemplados en la constitución nacional y por una educación
de calidad. También de las agresiones y la persecución que han sufrido los
maestros por parte de los colectivos del régimen, la suspensión de sus cargos
y, por ende, de los sueldos de cientos de educadores, como son los casos
registrados en Miranda, Bolívar y Amazonas.
Tampoco
podemos pasar por alto la inflación, que azota a padres y representantes, por
lo que no pueden pagar por útiles escolares, uniformes, transporte y darle una
adecuada alimentación a los niños, algo esencial para el aprendizaje.
Las
categóricas respuestas y planteamientos firmes de los trabajadores del sector
se intensificaron desde el fin de semana, por las declaraciones emitidas por la
ministra de Educación, Yelitze Santaella, quien en una entrevista por VTV, tras
seis meses sin hablar del tema salarial, dijo que en el inicio de clases no
estaba previsto un aumento salarial y, por si fuera poco, con el objeto de
amedrentar a los trabajadores, anunció la implementación de un código QR para
determinar la asistencia del personal docente, administrativo y obreros en los
planteles. No conforme con eso el mismo lunes en varios centros educativos se
apersonaron efectivos castrenses para realizar esa intimidatoria tarea.
Ante
las expresiones de la ministra de Maduro y las medidas coercitivas que imponen,
el repudio ha sido total, al punto que la Confederación de Profesionales
Universitarios de Venezuela (Confepuv) calificó de "bajeza de carácter moral"
el amedrentamiento contra los trabajadores de las instituciones educativas. En
otras palabras, la señora Yelitze Santaella quiere que los que laboran en los
planteles de educación cumplan con sus horarios de trabajo, pero el gobierno
que representa no cumple con las obligaciones en materia salarial que tiene con
ellos. La realidad es que la mayoría de los trabajadores ganan menos de lo que
tienen que pagar por transporte al mes para ir a escuelas y liceos.
La
Confepuv augura que por todo lo anterior el grado de conflictividad en el
sector educativo se incrementará de manera exponencial en el nuevo año escolar,
por la negativa del régimen de honrar sus compromisos con los trabajadores.
En
este sentido recuerda la confederación que el Observatorio Venezolano de
Conflictividad Social informó en fecha reciente que de las 5.151 protestas que
se registraron en el país entre enero y agosto de este año, 2.367 (45,95%)
fueron protagonizadas por el gremio docente, el más alto porcentaje de
manifestaciones del sector público.
No
cabe duda que la ministra de Educación con lo que dijo solo le echó más leña al
fuego, porque los líderes del Magisterio le plantaron cara, para dejarle claro
que no tienen miedo y que no renunciarán a sus justos reclamos.
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El
problema de los educadores es un problema político, el cual ha sido generado
por un gobierno que convirtió al Estado venezolano en uno categorizado como
fallido. Por ello, resulta urgente el cambio político. Por ello, la lucha que
tenemos por la elección primaria, para contar con un candidato unitario para la
presidencial de 2024, que dé pronta solución a los ingentes problemas de los
venezolanos. Y el de la educación es uno de las más prioritarios.
El
candidato del Comando Páez, Freddy Superlano, está consciente de esta situación
y no podemos olvidar que es un docente, un educador, que conoce muy bien ese
terreno.
El
líder de Voluntad Popular, respaldado por las organizaciones políticas Bandera
Roja, Fuerza Liberal, así como otras regionales y el movimiento Líderes por el
Cambio y liderazgos individualidades, presentó en su Plan de Gobierno 2024 su
programa de gestión en materia educativa, denominado “El Estado docente y la
Sociedad Educativa”, que es menester resaltar en este momento.
Entre
las acciones inmediatas que acometerá desde el primer día en Miraflores, aparte
de la dignificación de los salarios y el respeto a sus derechos laborales, está
la puesta en marcha de un Programa Nacional para la Emergencia Educativa, que
permita avanzar en el establecimiento del Sistema Nacional de Atención al
Educador, como vía para instrumentar planes de protección social social al
docente en ejercicio en al menos las dimensiones personal- social,
socioeconómico y laboral.
Igualmente
la implementación del programa de Centros de Atención y Desarrollo Integral
para la atención a la infancia temprana (0 a 3 años), que incluye servicios de
nutrición, higiene, salud, sin olvidar el importante espacio de la promoción
del desarrollo infantil integral.
También
tiene previstos programas de atención pedagógica de emergencia, la ejecución de
un Sistema Nacional de Formación General, con el objeto de profesionalizar a
los equipos directivos de los centros escolares venezolanos, así como un
Sistema Nacional de Asesoramiento en sus dimensiones académica, vocacional y
personal social, con el fin de generar acompañamiento socio emocional a la
población escolar y la familia.
La
creación del Instituto de Gestión de la Calidad Educativa es otro de los más
significativos, porque tendrá la misión de definir los estándares, instrumentos
y procedimientos de evaluación del rendimiento docente e institucional, que
regirán en las escuelas y liceos nacionales.
Todo
lo anterior, grosso modo, son algunos de los aspectos que contempla el plan
para la educación que tiene nuestro candidato Freddy Superlano. Un plan
ambicioso, pero realizable, que además muestra al detalle los mecanismos de
asignación de recursos para su ejecución.
Superlano,
quien apoya en forma irrestricta la lucha de los trabajadores del sector
educativo, sabe muy bien el valor de la educación para el progreso de una
nación, por lo que será uno de los pilares que sostendrá su gobierno.
No lo
duden, Freddy Superlano está codo a codo con los trabajadores del sector
educativo nacional.
Rafael
Veloz García
@Rafaelvelozg
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