GUADALUPE MIRANDA 13 de enero de 2024
Lograron escapar del operativo
que se montó en los alrededores de los patios de Ferromex, en Torreón
Rosaura,
junto con sus dos hijos y su esposo, lograron escapar del operativo que se
montó por la mañana del jueves en los alrededores de los patios de Ferromex, en
Torreón, y confían en poder llegar a la frontera de Ciudad Juárez, Chihuahua,
para cruzar hacia los Estados Unidos.
Y es que ayer por la mañana, personal del Instituto Nacional de Migración, acompañados por elementos de corporaciones de los tres órdenes de Gobierno, como Guardia Nacional y Sedena, realizaron un recorrido por las inmediaciones de las instalaciones de Ferromex, ubicadas en la colonia Braulio Fernández, a fin de evitar la presencia de migrantes.
Sin
embargo, ese no ha sido el primer obstáculo con el que se han topado como
familia, pues han soportado los últimos días las bajas temperaturas que
se registraron en la parte norte y noreste del país, las cuales son aun más
intensas cuando se viaja a la intemperie y dentro de un vagón de tren.
Rosaura
es madre de dos pequeños, una niña de cuatro años y un niño de solo un año de
edad, y viaja junto con su esposo con la esperanza de llegar a los Estados
Unidos.
Aunque
son originarios de Venezuela, desde hace seis años radicaban en Colombia, de
donde salieron el 8 de diciembre rumbo a México. El camino no ha sido
fácil, pues tan solo en la Ciudad de México vivió uno de los momentos más
aterradores de su vida; primero un hombre intentó llevarse a su pequeña
ofreciéndole unos pesos y después, una mujer le hablaba de forma insistente.
Desde entonces, no se separa ni un momento de sus pequeños.
“Me
intentaron robar a la niña, llegó un señor y la tomó de la mano, yo me di
cuenta y le dio unas monedas y se fue, después una señora le estaba llamando.
Después no los suelto para nada”, comentó conteniendo las lágrimas.
La
pequeña familia venezolana ha pasado al menos los dos últimos días, considerados
como los más fríos de lo que va del año, en la banqueta, cubriéndose con unos
cobertores, que han servido para proteger a sus hijos del intenso frío, en
tanto esperan la oportunidad de subir al tren que los lleve a la frontera.
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