Escrito por William Peña (periodista) Martes, 11 de Marzo
de 2014
@williampm
La decisión venezolana de frenar el
pago, en principio, de la deuda que tienen los importadores y mayoristas del
país con empresas de Panamá, como retaliación por el atrevimiento de ese país
de solicitar una reunión en la OEA para tratar la crisis local, (Gobierno
venezolano considera ahora que los montos están inflados y que hay
sobrefacturación, (lo que no había dicho hasta ahora), ha puesto en jaque a una
serie de sectores del país, pero el más afectado es el que tiene relación con
tecnología y electrodomésticos.
Y es que aún cuando los números
actuales, el corte de las relaciones diplomáticas, comerciales y políticas
entre Venezuela y Panamá, terminará impactando con fuerza los ya vacíos
anaqueles de electrónicos y electrodomésticos, arrastrados por una voracidad de
consumo entre noviembre y diciembre pasado, cuando el presidente Nicolás
Maduro, intervino una serie de comercios alegando especulación y obligando a
rebajar los precios de los productos hasta en un 80% y más.
Durante el año pasado, según las
cifras del Instituto Nacional de Estadística, desde Panamá se importaron unos
$750 millones (gran parte de los montos aún se deben), con una caída de más de
40% con relación a las importaciones de 2012.
De esos montos, cerca de la mitad,
unos mil millones de dólares, tienen relación con el sector de la electrónica
de consumo y electrodomésticos ($750 millones en 2012 y unos $250 millones en
2013), pues algunos de los fabricantes que tienen oficinas de negocios en
Venezuela y una gran parte de los mayoristas que importan equipos electrónicos
y electrodomésticos al país lo hacen desde Panamá.
Así, el rompimiento de relaciones
impactará aún más un sector que está en terapia intensiva, pues además de que
los mayoristas e importadores adeudan una importante cantidad de dólares a
proveedores panameños y no tienen más crédito (se estima que supera los $500
millones), desde hace tiempo tampoco cuentan con mecanismos legales de
importación al país (muchos de los que se arriesgaron y no contaban con divisas
oficiales hoy día enfrentan problemas) y ahora a los problemas se suma que para
importar, si decidieran hacerlo, a su riesgo, tienen que esperar para ver si es
factible vía Panamá.
El problema está en que la mayoría de
los productos que se importan vienen de China y Panamá es prácticamente el
único puerto de entrada que vienen usando desde hace tiempo, pues la mayoría de
los fabricantes tienen sus oficinas allí.
Y es que desde que Venezuela salió del
grupo de los tres en 2005 (Colombia, México y Venezuela), con la intención de
unirse al Mercosur y luego de varios desencuentros políticos con México, el
país comenzó a incrementar el uso de Panamá como vía idónea para la
importación, sobre todo aquellos que venían directamente de México y, además,
los que recién empezaban a negociar con China que, mediante Panamá, llegaban a
Venezuela.
Así, Panamá se convirtió en una gran
puerta de entrada de importaciones al país, tanto que, hoy día, es el socio
comercial número 11 en importancia para Venezuela en el tema de importaciones,
pero en el negocio de la industria de electrónica de consumo y
electrodomésticos es uno de los más importantes, sobre todo porque Samsung, LG
y Sony, que tienen oficinas en Venezuela, manejan regionalmente sus negocios
desde Panamá y allí tienen centros de despacho para Venezuela. En las oficinas
de estas empresas, la presión debe ser alta, mucho más en Samsung que, hace
apenas unos días, había firmado un convenio con Venezuela para importar
productos y venderlos aplicando la Ley de Costos y Precios recién aprobada. La
mayoría de esos productos deberían venir vía Panamá.
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