Clara Mirabal diciembre de 2014
@claramirabal
Esta semana vino cargada de cinismo por
parte del Gobierno. Por una parte, el presidente Maduro acusa al sistema
financiero internacional de tenerle un bloqueo económico a Venezuela, por la
otra sale el vicepresidente Arreaza a denunciar que “se están robando los
cerebros del país”, y finalmente el inefable José Vicente Rangel rechaza la
existencia de una guerra mediática nacional para hacer creer a los jóvenes que
viven en una nación insegura e inestable, para de este modo hacer que se vayan
del país buscando mejores condiciones de vida.
Por lo visto, esos señores no viven en
Venezuela o creen que somos un pueblo ignorante. Respondamos a cada uno.
Primero a Maduro, quien pareciese olvidar los 16 años de malas políticas
económicas que nos han llevado a la quiebra y, como consecuencia de ello,
muchos países se niegan a darnos créditos por no tener capacidad de pago ni
confianza en el cumplimiento de compromisos.
No es un bloqueo económico señor
presidente, es el resultado de la ineficacia de una política económica basada
en la monoproducción y el monorentismo petrolero y la destrucción sistemática
del aparato productivo nacional con meros fines populistas. Es cínico e
irresponsable tratar de culpar a los demás por el desastre y la ruina que este
régimen creo.
Si el bajo precio del barril petrolero
hoy es un problema, es porque no ahorraron ni el 1% de los miles de millones de
dólares que ingresaron en 15 años de bonanza, mientras otros países si lo
hicieron y hoy están en capacidad de sobreponerse a la crisis, como es el caso
emblemático de Bolivia, cuya economía nos supera por mucho en estabilidad y
crecimiento (país por cierto al que este régimen regaló varios millones de
dólares que hoy le hacen muchísima falta al pueblo venezolano que padece a
diario un infierno producto de la escasez, el desabastecimiento y la
inflación). Es por su culpa señor presidente, que al venezolano no le alcanza
el salario para comprar lo que necesita, si es que lo consigue. Deje de
escurrir el bulto, usted es corresponsable directo de este desastre.
Destierro del talento.- Lo de Arreaza es
risible, por decir poco. Ir a una cumbre en México para alertar a ese país de
que hay potencias “robando cerebros”, cuando en la nación azteca existen miles
de jóvenes venezolanos, profesionales en su mayoría, que migraron buscando
mejores opciones que las aquí ofrecidas. La verdad señor vicepresidente, es que
no se están robando los cerebros, sino que este Gobierno los está forzando al
destierro y el exilio. Los botan al no brindarles perspectivas de futuro, o acaso
usted no sabe cuántos salarios mínimos se necesitan para comprar una canasta
básica. Ni que decir de poder comprarse una casa o un carro, eso es
técnicamente imposible en la actualidad para cualquier venezolano. No sabe
usted señor vicepresidente cuántos jóvenes inocentes han asesinado en estos 15
años. No sabe usted que en Venezuela no hay futuro para los estudiantes y por
eso se van. Quienes se quedan es por un amor profundo al país y la esperanza de
reconstruirlo. No me crea a mí, busque un chamo en la calle y pregúntele.
Insulto a la inteligencia.- De los tres,
Rangel es quien exhibe mayor cinismo. Culpar a los medios de la fuga de
cerebros porque hacen creer a los jóvenes que Venezuela es insegura e
inestable, es un insulto a la inteligencia y una falta de respeto a todos
quienes viven en un país donde deben guardarse en sus casas a las seis de la
tarde, deben salir a la calle alertas para que no los atraquen, donde nadie (al
menos no que yo conozca) se ha salvado del hampa, donde la incertidumbre reina
al no saber si la próxima quincena te alcanzará para comprar lo mínimo
necesario, donde lo único que no falta es el miedo.
El Plan Vendepatria.- Recientemente leí
una columna del economista José Guerra que me pareció sumamente interesante, y
creo que todos debemos conocer la información que nos da. Alli enumeró 4 fases
de lo que denomina el Plan Vendepatria de Nicolás Maduro y yo quiero
enunciárselas aquí tal cual las propone: “En primer lugar, tomar un nuevo
préstamo con China por US$ 4.000 millones a cambio de nuevas áreas en la Faja
del Orinoco. Es decir, el gobierno ha dado como garantía las reservas
petroleras, lo cual está prohibido por la Constitución. En segundo lugar, se
está entregando a los chinos minas de oro en el estado Bolívar como son los casos
de Las Cristinas y Brisa. En tercer lugar, está contratando el gobierno un
crédito con la petrolera rusa Rosneff, poniendo como aval despachos petroleros,
que obviamente van a debilitar la capacidad exportadora de Venezuela. En cuarto
lugar, ya el gobierno está recibiendo ofertas para vender la red de refinerías
de CITGO en los Estados Unidos, después de haber dicho que no la negociaría.
Finalmente, el Plan Vendepatria contempla rematar las cuentas por cobrar que
tienen los países de Petrocaribe con Venezuela, mediante un artificio
financiero, para obtener varios millones de dólares para alimentar la
debilitada caja del gobierno”.
¿Quién es el apátrida entonces? Están
entregando la soberanía venezolana y preocupa, pues serán nuestros hijos
quienes legarán una nación hipotecada.
@claramirabal
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