Miguel Méndez Rodulfo 20 de diciembre de 2014
El jerarca que preside los destinos de
Rusia elevó su popularidad hasta el astronómico 81% una vez que invadió y anexó
por la fuerza a Crimea; sin embargo, a pesar de las sanciones de USA y Europa,
de los problemas de escasez de alimentos y productos importados que ello ha
creado en la población, así como de la eliminación de los apoyos financieros
desde occidente y del retiro de toda asistencia técnica, Putin sigue
conservando la confianza del electorado. Esto ha sido así hasta ahora, cuando
la crisis comienza a profundizarse por el efecto en el tiempo de las
mencionadas medidas. Lo que no estaba en los planes del dictadorzuelo era la
baja abrupta de los precios del petróleo; sin este evento ya la crisis era
seria, pero con la caída del valor del crudo, las cosas se agravan. Algunos
analistas pronostican que en poco más de un semestre muchas empresas entrarán
en bancarrota y que no habrá modernización ni competitividad en el parque
industrial ruso.
Ya el gobierno aumentó el IVA y muchos
precios se elevaron. El rublo ha caído un 47% desde principios de este año.
Hace una semana la tasa interna de referencia, del Banco Central, pasó del
10,5% al 17%, lo que supuso un intento desesperado por parar la caída libre del
rublo; sin embargo, la moneda seguía cuesta abajo. En lo que va solamente de
este año, 100.000 millones de dólares de las reservas internacionales se han
quemado intentando defender infructuosamente al rublo. Aunque las reservas se
ubican en US$ 400.000 MM, la deuda de las empresas del sector privado asciende
a un poco más de US$ 500.000 MM. Hace un trimestre Rosneft le pidió un auxilio
financiero al gobierno central de US$ 45.000 MM, algo que evidencia lo crítico
de la situación económica de Rusia. En tanto una semana atrás, una subasta de
notas del tesoro, no tuvo demanda, lo que comprueba la desconfianza del mercado
con relación al equipo que dirige la economía.
Los inversionistas extranjeros y
nacionales están retirando sus capitales y un dólar se compra por 80 rublos. Se
espera una recesión de 4,3% en 2015. En tanto, visto que la comunidad económica
internacional no saldrá en auxilio de Rusia, el gobierno está otorgando ayudas
financieras a los principales bancos nacionales por el orden de US$ 3.100 MM.
Como la moneda está cayendo, la consecuente inflación del año que viene montará
a 20%, una cifra muy alta, considerando un país desarrollado. Al término de
este año la fuga de capitales habrá sobrepasado los US$ 120.000 MM. Rusia es la
novena economía mundial, pero ni siquiera un país de esa magnitud puede
soportar tal desangre. Aún no comienza el desabastecimiento, pero ya los
productos importados no se consiguen y alimentos como la carne, las verduras y
la papa, han aumentado 25, 50 y 70%, respectivamente. Solamente en Moscú la
alcaldía está cerrando 28 hospitales públicos por falta de presupuesto,
lanzando a la calle a médicos, enfermeras, trabajadores y enfermos. En tanto se
sigue costeando la guerra en Ucrania, algo que los ciudadanos comienzan a
comprender como algo negativo.
Es improbable que la popularidad del neo
dictador ruso se mantenga igual. Si vemos la historia, a la dictadura argentina
al principio le salió bien el lance de las Malvinas, pero frente al fracaso,
fue la causa de su debacle. En política, las aventuras militares tienen un alto
precio que pagar. La jugada de ajedrez hecha en Crimea no anticipó las
consecuencias económicas de occidente como represalia, ni mucho menos pudo
imaginar la debacle petrolera. Putin está entrampado y ojalá que el pueblo ruso
le pase factura por el mal manejo de una situación que se ha debido resolver
por la vía diplomática. ¡Feliz navidad a mis lectores!
Caracas, 20 de diciembre de 2014
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