Edgar Rivero diciembre de 2014
@EdgarRiveroUNT
No necesito ser adivino ni profeta para
afirmarlo. Hemos llegado al final de 2014, con la economía nacional hecha un
desastre y detrás de ese desastre suelen venir males mayores. Insisto no
pretendo ser profeta del desastre, pero a pesar de estar inmersos en la época
más feliz del año, cuando acostumbramos soñar y fantasear, es inevitable
percibir la cruda realidad, con los pies bien puestos sobre la tierra.
Ante la realidad que vive hoy el país,
me atrevo a “vaticinar” que el 2015, no será nada prospero, ni mucho menos
venturoso; teniendo un gobierno caradura e irresponsable que no admite que sus
desaciertos económicos, están haciendo estragos en el país; un gobierno que
pretende confundir y al mismo tiempo distraer la atención del pueblo, en
relación al impacto negativo que involucra la baja de los precios del petróleo
más reciente. Más aún cuando de cada 100 dólares que entran al país, 96
provienen únicamente del ingreso petrolero.
He aquí el asunto, al caer los precios
de la cesta petrolera, la cantidad de dinero que entran al país es menor.
Asimismo es importante señalar que este desplome de los precios del petróleo
afectará nuestras reservas internacionales, evidenciando una condición nada
favorable en el ámbito económico para los venezolanos y el resto del mundo. Los
únicos que se empeñan en señalar lo contrario, son quienes hoy por desgracia
ostentan el poder nacional, los herederos del socialismo del siglo XXI, quienes
sostendrán su gastado discurso de la guerra económica, del magnicidio, etc., a
fin de mantener una fachada cada vez más débil, ante los pocos ingenuos y los
que no les importa el futuro del país.
En este sentido, no es necesario ser un
erudito en economía para poder visualizar, que esta realidad seguirá afectando
notablemente el bolsillo de los venezolanos y en especial de los portugueseños.
Es decir, el impacto en el consumidor es indetenible e inocultable: el
venezolano podrá comprar cada vez menos (moneda devaluada) y mayor inflación
(altos precios de los productos y alimentos), más aún en un país con tan poca
producción nacional, para nadie es un secreto que casi el 90% de lo que se
compra en Venezuela es importado (se le compra a otros países), así el régimen
pretenda afirmar lo contrario.
Por consiguiente, subirá el valor del
dólar y las importaciones se harán más costosas para el Estado, lo que a su
vez, terminará por elevar los niveles de inflación, aunado a ello la escasez y
el desabastecimiento continuará y con tendencia a empeorar, en pocas palabras,
las colas en los supermercados y abastos serán mayores, al gobierno de turno
tendrá menos divisas; se elevará la escasez, porque habrán menos dólares para
la compra de insumos y materia prima, que son necesarios para la producción de
muchos productos, porque tendrán un costo más alto por ser importados.
Finalmente, es imperante para este 2015
tener un momento de valor para recuperar la dignidad perdida, para pelear
contra dragones rojos y otros demonios que se desatarán producto de las elecciones
parlamentarias tanto a lo interno como externo de la MUD; para enfrentar con
fuerza este cáncer que nos corroe, para vivir sin tanto lastre y sin tanto dedo
extendido en contra de todo aquel que se equivoca porque nosotros decidimos que
ha errado, antes de darle tiempo a explicarse. Seamos duros cuando la dureza
sea una salida conveniente pero evitemos condenar, el día que nos dé tiempo de
conocer la diferencia. Espero, sin embargo, que podamos celebrar nuestra
Navidad; deseo que no quede un venezolano sin comer la tradicional hallaca y
pedir al Niño Jesús, un merecido regalo: un país libre y soberano.
Nos reencontraremos Dios mediante a
inicio del mes de enero, tomaré un merecido descanso, un abrazo estrecho y mil
gracias…!
@EdgarRiveroUNT
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