Por Carlos Vilchez Navamuel, 11/12/2014
Una cosa es el Estado y otra el país, Wikipedia nos dice que: “El
Estado es un concepto político que se refiere a una forma de organización
social, económica, política soberana y coercitiva, formada por un conjunto de
instituciones no voluntarias, que tiene el poder de regular la vida comunitaria
nacional, generalmente en un territorio, aunque no necesariamente. Suele
adherirse a la definición del Estado el reconocimiento por parte de la
comunidad internacional como sujeto de Derecho internacional”.
Los países con Estados comunistas-
socialistas, dictatoriales, autoritarios o con democracias socialistas
estatistas, tienen un objetivo común, que una minoría obtenga el poder sobre la
mayoría, por eso restringe libertades para manipularlos y dictar a la mayoría
lo que tienen que hacer únicamente para fortalecer sus propios intereses.
Estas minorías las componen a saber, políticos en el poder, militares
(donde los haya), sindicatos y otros grupos que nacen del clientelismo que
produce este tipo de Estados con grupos de poder económico que de una u otra
forma por sus intereses perjudican directamente a las mayorías.
Ni qué hablar de los Estados Comunistas como el cubano o coreano o
países con gobiernos autoritarios como el de Venezuela donde las minorías son
todavía más pequeñas dejando a las mayorías desprotegidas, acorraladas y
aplastadas con sus medidas autoritarias, pues por lo general no respetan los
derechos humanos.
Si el Estado es una organización social,
política y económica, su principal objetivo debería de ser promover el progreso
y el bienestar de la mayoría que lo conforma, planificando, fiscalizando y
facilitando el desarrollo del individuo a plenitud, sin intervenciones, sin
limitaciones que restrinjan los derechos del individuo, con libertad de decidir
y de escoger. Australia, Canadá,
Japón, Nueva Zelanda o Suiza son países ejemplares, poseen Estados que procuran
el bienestar de la mayoría sin imposiciones ni regulaciones odiosas que limiten
la libertad de sus ciudadanos.
Solo los Estados con verdaderas
democracias libres y modernas tienden a beneficiar a las mayorías y por ello
todo el conjunto país prospera.
Un Estado ideal debería ser democrático,
republicano, pequeño, eficiente, facilitador, que imponga bajos impuestos,
promotor del progreso individual, que se ocupe porque se respete la libertad
del individuo y su derecho a poseer propiedades, a escoger tantos productos
como servicios desee y a tomar decisiones personales que no afecten a otros,
que vele por la mayoría de los ciudadanos y no por las minorías como lo hacen
los comunistas o las democracias socialistas estatistas.
Mientras el Estado restrinja la libertad a los individuos, imponga
trabas para producir, mantenga monopolios estatales, no facilite el progreso de
todos los ciudadanos y cobre altos impuestos, la mayoría estará desprotegida.
Dicho todo esto, nosotros nos preguntamos: ¿Qué hace la Defensoría de
los Habitantes para que los ciudadanos tenga más libertad? ¿Cuándo veremos al
Estado defendiendo los derechos de la mayoría de los ciudadanos para obtener
más libertades, mejores servicios y productos más baratos? ¿No es acaso ese el
derrotero de cualquier persona? ¿No debería ser ese también el norte del
Estado? ¿Por qué permitir que el Estado le regule a usted hasta la compra del
papel higiénico como lo hacen en países como Cuba, Venezuela o Corea? ¿Usted
qué piensa?
Carlos Vilchez Navamuel
@carlosvilchezn
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