FRANCISCO CARRIÓN
El Cairo 15 de febrero de 2015
Una
filial libia del autodenominado Estado Islámico (IS) ha difundido este domingo
el vídeo con la decapitación de los 21 egipcios de la minoría cristiana copta
secuestrados entre los meses de diciembre y enero en la ciudad de Sirte, en el
oeste de Libia.
En
el vídeo, de cinco minutos de duración y titulado 'Un mensaje firmado con
sangre a la nación de la cruz', los cristianos arrodillados y enfundados en
mono naranja son ejecutados por una legión de hombres encapuchados en una playa
de la provincia de Trípoli. En la grabación, que presenta una factura casi
cinematográfica y en la que se aprecia incluso el uso de una grúa, los
yihadistas amenazan "al pueblo de la cruz, los seguidores de la hostil
iglesia egipcia".
Uno
de los verdugos lanza una breve alocución en inglés, con subtítulos en árabe.
"Pueblo, recientemente nos visteis en la colinas de Sham y la tierra de
Dabiq, cortando cabezas que han cargado con la cruz durante mucho tiempo,
llenos de pesar contra el islam y los musulmanes. Hoy estamos al sur de Roma,
en la tierra del islam, en Libia enviando otro mensaje", advierte el
encapuchado.
"Cruzados,
vuestra seguridad es algo solo al alcance de vuestros sueños especialmente
cuando lucháis juntos contra nosotros", agrega poco antes de que los
rehenes sean arrojados a la arena y decapitados. El vídeo está producido por Al
Hayat, la productora del IS, con una edición multicámara y recursos tan
sofisticados como una cabeza caliente que se eleva sobre la orilla donde tiene
lugar el crimen.
La
secuencia concluye con la imagen de un mar ensangrentado. "Ocultasteis el
cuerpo de Osama Bin Laden en el mar. Nosotros juramos por Alá que lo
mezclaremos con vuestra sangre", afirma el yihadista, que considera la
brutal ejecución una represalia por el destino de Kamilia Shehata y Wafa
Constantine, dos coptas convertidas al islam que -según los extremistas-
"fueron torturadas y asesinadas por la Iglesia Copta de Egipto".
El
presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, convocó una reunión urgente del Consejo
de la Defensa Nacional tras la difusión del vídeo, según informa EFE. Este
Consejo, máximo órgano de decisión en asuntos de seguridad de Egipto, está
formado por el jefe de Estado, jefe de la Inteligencia y los ministros egipcios
de Defensa, Interior, Exteriores y Finanzas. También forman parte de ese
organismo los comandantes de los principales departamentos del Ejército, entre
otros.
En
un comunicado recogido por la agencia estatal de noticias, Mena, la Presidencia
egipcia también declaró siete días de luto por el asesinato de los coptos,
religión que profesa alrededor del 10% de la población del país árabe. Por su
parte, Al Azhar -la institución más prestigiosa del islam suní con sede en El
Cairo- ha calificado el crimen de "barbarie".
El
portavoz de la Iglesia Ortodoxa, el arzobispo Bolos Halim, confirmó que las
víctimas que aparecen en el vídeo son los 21 egipcios secuestrados. "Hemos
visto el doloroso vídeo y podemos afirmar con convicción que los muertos son
nuestros hijos secuestrados", agregó Halim. "Estamos seguros de que
nuestro gran Estado no descansará hasta que los criminales reciban su merecido
castigo", ha declarado la Iglesia Ortodoxa Copta en un comunicado.
Secuestrados en diciembre y enero
El
trágico desenlace se intuía desde que el jueves se publicaran varias
fotografías de los rehenes enfundados en el mono naranja usado durante las
ejecuciones en Dabiq, la revista en inglés del IS. En las instantáneas, que
corresponden a fotogramas del vídeo divulgado este domingo, las víctimas
aparecen escoltadas por hombres encapuchados, desfilando por una playa con las
manos esposadas.
Los
egipcios asesinados, que trabajaban en Libia, fueron raptados en dos asaltos
separados reivindicados hace unas semanas por Provincia de Trípoli, una filial
libia del Estado Islámico. El primer incidente tuvo lugar el 27 de diciembre,
cuando siete coptos fueron detenidos en un puesto de control tratando de
abandonar Sirte.
El
3 de enero, una semana más tarde, 13 trabajadores cristianos egipcios fueron
raptados en un complejo residencial de la villa. En plena madrugada un
escuadrón de hombres armados y enmascarados asaltó el lugar y obligó a los
residentes a identificarse.
Ayer,
en declaraciones a EL MUNDO, varios familiares de los cristianos secuestrados
trataban de no dejarse vencer por los malos augurios. "A principios de
enero nos comunicaron la noticia y desde entonces estamos hundidos",
confesó Bashir Estefanos, hermano de Bishoi y Samuel, dos jóvenes de 23 y 27 años
que trabajaban en Libia.
Los parientes han protestado en los últimos días por
la inacción de las autoridades egipcias. El viernes
se reunieron con el primer ministro Ibrahim Mehleb. Por su parte, el presidente
del país Abdelfatah al Sisi creó una comisión para "esclarecer la
situación" y prometió repatriar a los miles de egipcios que trabajan en la
turbulenta Libia.
"El
Gobierno no ha hecho prácticamente nada", se quejó ayer Busra Aziz, tío de
Mina, un joven de 21 años incluido en la lista de los asesinados. Mina fue
secuestrado a principios de enero cuando en plena madrugada un escuadrón de
hombres armados y enmascarados asaltó el lugar y obligó a los residentes a
identificarse. "Llamaron a la puerta gritando: '¿Dónde están los
cristianos?' Cuando los encontraron se los llevaron", relató Azizi.
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