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miércoles, 18 de febrero de 2015

Patrocinios venezolanos, por SALVADOR SOSTRES

SALVADOR SOSTRES 17 de febrero de 2015

Que Ángeles Escrivá haya encontrado a Iñaki de Juana Chaos es una formidable exclusiva, pero ninguna sorpresa, porque siempre ha sido ella quien mejor informados nos ha tenido sobre ETA. La vida no siempre es justa, ni bella, ni equitativa, pero cuando lo es, hay motivo para celebrarlo. Y nunca dejará de emocionarme que, después de tantos años de amenazas y de sufrimiento, Ángeles pueda continuar derrotando a los asesinos, una y otra vez, con su oficio, que es el periodismo, y sus herramientas, que son la verdad y la dignidad de vivir de pie, pese a cualquier espanto. A los que decís que vosotros, por principios, nunca leéis EL MUNDO, yo os respondo que estáis en vuestro perfecto derecho, pero nos leáis o no, sois ciudadanos más libres gracias a lo que cada día publicamos.

Ni es ninguna sorpresa que Ángeles Escrivá haya conseguido una nueva exclusiva, ni lo es que Venezuela sea refugio de los peores criminales de la Tierra. A nadie puede sorprender que el Gobierno que fue de Chávez y ahora es de Maduro ampare y patrocine a los que quieren acabar con las sociedades democráticas y libres. ¿Cómo iba a sorprendernos que Venezuela sea simpática con ETA? Lo que causa toda clase de sorpresas, y de disgustos, es la ignorancia de los que todavía creen que patrocinada por Caracas puede llegar alguna regeneración o alguna democracia. Algo así como cuando le preguntaron a Felipe González: «Presidente, ¿no le sorprende lo que bebe Carlos Solchaga?». «No me sorprende lo que bebe», respondió, «me sorprende lo que aguanta».

La Audiencia Nacional, por su parte, ya sabe dónde buscar a De Juana, y hay que recordar que Israel hizo lo que tuvo que hacer para dar caza a los nazis escurridizos, porque eso es lo que hace un pueblo con sus asesinos. Esperamos del actual Gobierno la determinación política y moral que no tuvo el anterior; porque la victoria sobre ETA no es sólo que deje de matar, sino que los pistoleros paguen por lo que hicieron, y los defectos de nuestro Código Penal pueden subsanarse cuando la actitud de jueces y fiscales es la correcta.

Noticias como las que ayer desveló EL MUNDO gracias a Ángeles Escrivá, que tantos años lleva jugándose la vida para que los etarras sepan que por mucho que se escondan les vamos a encontrar, obligan a cualquier persona de buena voluntad a replantearse su fe en los patrocinios venezolanos. También deberían reflexionar los españoles que creen que no tienen nada que perder y los que, desde un nivel de exigencia increíblemente más alto del que se aplican a sí mismos, vociferan que nuestra democracia es una farsa.

Con todos los defectos que haya que corregir, lo que diferencia a una democracia como la española del populismo totalitario -valga la redundancia- de Venezuela es que en España a los terroristas se les persigue y se les encarcela, y en Venezuela se les protege y se les patrocina. Igualmente, la diferencia entre España y Venezuela es que aquí Ángeles Escrivá y EL MUNDO ensanchan nuestra libertad y mejoran nuestra democracia; y allí estarían encerrados y prohibidos y su liquidación sería la liquidación de nuestro modo de vida libre.

Tendrían que forrarse las paredes de los colegios electorales con las fotos venezolanas de Iñaki de Juana para que, la próxima vez que votemos, sepamos lo que votamos.


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