PREOCUPACIÓN
Y ESCEPTICISMO ANTE LAS
GESTIONES DE UNASUR EN
VENEZUELA
El
Grupo Ávila ha observado con preocupación la gestión efectuada en Venezuela por la misión de la Unión de
Naciones Suramericanas (UNASUR), integrada por su Secretario General, Ernesto
Samper, y los Cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador. La misión tuvo el
propósito de contribuir a solucionar en forma pacífica y democrática la seria
crisis política que atraviesa nuestro país. Infortunadamente constatamos que
ese propósito no se ha logrado, a causa de la actitud sesgada que asumió desde
el principio el Secretario General, como vocero de la Misión, sin mencionar
algunas declaraciones previas, incluso del canciller ecuatoriano, en las que se
asume como cierta la postura del gobierno venezolano respecto de los últimos
sucesos.
Tras anunciar que la Misión venía a
petición del Presidente Maduro, fue enfático en afirmar que su principal
intención era la de contribuir a defender el orden existente en el país, contra
cualquier intento de “desestabilización” interna o externa. En ningún momento
hizo mención de las preocupaciones que hoy se manifiestan en escala mundial
ante las violaciones del orden constitucional y legal, y de los derechos
humanos, que –junto con los problemas económicos y sociales de inflación,
desabastecimiento, delincuencia desbordada- constituyen la verdadera causa de
la tensión política que padecemos.
Asimismo, el señor Samper –con el dócil
consentimiento de los tres Cancilleres que lo acompañaban—mostró una actitud
arrogante e inaceptable hacia los dirigentes y representantes de la Oposición.
No los trató como parte de iguales que deberían entablar un diálogo
democrático, sino como si fueran unilateralmente los responsables del clima de
tensión. Tuvo la turbia pretensión de dictar a la Oposición quiénes debían o no
formar parte del grupo con el cual UNASUR aceptaría conversar, y llegó al
extremo realmente inaceptable de ignorar y/o relegar la participación en ese
contacto del señor Jesús Torrealba, Secretario Ejecutivo de la Mesa de Unidad
Democrática y vocero natural de ésta en cualquier circunstancia.
Ante
tal insólita conducta, el Grupo Ávila desea manifestar ante la opinión pública
nacional e internacional su escepticismo respecto de futuras gestiones
“pacificadoras” de UNASUR, organización internacional que goza de una
particular preferencia por parte del actual Gobierno de Venezuela, y que
claramente no está dando muestras de ecuanimidad, ni de objetividad, ni tampoco
del apego a los valores democráticos que requeriría una auténtica labor
mediadora o de buenos oficios.
En
Caracas, 10 de Marzo de 2015.
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