Por LUIS LÓPEZ - mar 3, 2015
@luis1977lopez
En
Venezuela nos han hecho creer que la Democracia se define como “Gobierno del
Pueblo, por el Pueblo y para el Pueblo”;
dicha frase fue inicialmente acuñada por Abraham Lincoln de esta forma
“democracy is a government ‘of the people, by the people, and for the people’”,
lo cual debe traducirse correctamente para no incurrir en errores conceptuales,
como: “La Democracia es un Gobierno de
la Gente, por la Gente y para la Gente”.
Normalmente por técnicas discursivas y captación de masas, los políticos
de América Latina se aprovechan de la tergiversación de la traducción
idiomática, para imprimirle al estilo de Gobierno que pretenden ejercer, un
carácter de consideración y privilegio hacia las mayorías desposeídas de bienes
de tipo económico, es decir, “El Pueblo”.
Es un error filosófico y conceptual, ya que un Gobierno verdaderamente
Democrático no debe estar dirigido a solo un sector de la sociedad, debe ser
“Para la Gente”, es decir, para todos los ciudadanos sin distingo ni
discriminación. Por otro lado, la frase
comienza como un Gobierno “De la Gente” y “Por la Gente” en clara alusión al
origen de la Democracia en la ciudad de Atenas de la antigua Grecia, y comienza
de esa forma la frase para contraponerla a las otras formas de gobierno que se
conocían y que corresponden a la “Monarquía” y la “Aristocracia”, en donde el
ejercicio del poder se concentra en una o pocas manos. Modernamente, debemos entender que no basta
que una Monarquía esté formalmente declarada para serlo, ya que por artilugios
legales, se puede concentrar el poder en una sola persona, para disfrazar regímenes modernamente
monárquicos, o incluso tiránicos como democráticos. En ese orden de ideas, sistemáticamente
tratan de fijar la idea que el gobierno supuestamente es ejercido por el
pueblo, cuando sabemos muy bien que los que empiezan a gobernar por estas
latitudes inmediatamente dejan de ser pueblo, para convertirse en una élite
económica bien pudiente.
También
nos han hecho creer, que la existencia de múltiples procesos electorales en los
últimos gobiernos, le imprimen un sello de garantía de la existencia de
carácter democrático a los mismos, cuando el sufragio no es el “fin” de la
democracia, es un simple “medio” para que los habitantes escojan a sus
representantes. El concepto de
Democracia es mucho más elevado y excelso que la simplista concepción que hay
Democracia por la celebración de múltiples elecciones.
Democracia
es un sistema que permite el Desarrollo Humano de la población, que se
antepongan los intereses de la sociedad por sobre los de los partidos o
revoluciones de abuso, irrespeto, mediocridad, flojera y sinvergüencería. Un verdadero demócrata debería estar alejado
de prácticas demagógicas y paternalistas, que además traigan consigo un manejo
psicológico de la población en donde se haga preponderante el locus de control
externo sobre el interno, ya que un Gobierno debe permitir el desarrollo de las
potencialidades del individuo y no ser obstáculo para tal fin.
También
se ha hecho creer que el gobierno que sea escogido por la “mitad más uno” puede
imponerle de cualquier forma, al más burdo estilo de Maquiavelo, su visión de
cómo ha de conducirse la sociedad a la “mitad menos uno”. Un gobierno democrático no debe gobernar para
mitades, debe hacerlo para responder a los intereses de la mayor cantidad de
personas sin violentar los derechos de las minorías, por lo cual no puede pasar
por encima de la constitución, como en nuestro caso, que se trata de aplicar
Socialismo a una población que en su mayoría no se identifica con tal sistema,
justificándose en que en los principios fundamentales de la carta magna está
previsto que el Estado es Social, cuando hay unas diferencias enormes entre
ambos conceptos y que en otro artículo explicaré para no hacer el presente tan
extenso. Por dicha imposición, son
justificadas las últimas políticas de gobierno basándose en el contenido del
reciente Plan de la Patria, el cual a todas luces es inconstitucional, y por
ende nulo de nulidad absoluta. Si el
Gobierno quiere ponerse a derecho, ha de corregir la aplicación de dicho plan
en forma inmediata.
Al
Libertador Simón Bolívar no podemos dejarlo por fuera en sus consideraciones
sobre la Democracia, ya que supuestamente estamos en un país Bolivariano, y
digo supuestamente porque nuestro ilustre prócer, era un gran liberal,
totalmente alejado de pensamientos socialistas, ideas que surgieron algunas
décadas después de su muerte. Un
verdadero Bolivariano ha de nutrirse de la bibliografía consultada por el
Libertador, y conocer los libros de Montesquieu, Locke, Condillac, Buffon,
D’Alambert, Helvetius, Rousseau, Voltaire, entre otros, que formaron su
pensamiento, y de esta manera entiendan como realmente debe gobernarse un país
que se precie de ser Bolivariano y no tomar como base las ideas de Marx, quien
por cierto en carta a Engels se refirió a nuestro Libertador de la siguiente
forma “Pero ver que comparen a Napoleón I, con el pillo más cobarde, más vulgar
y miserable, es algo que excedía todo límite.
Bolívar es el verdadero Soulouque”.
Traigo al Libertador a este artículo, porque en su célebre “Discurso de
Angostura” mencionó la palabra Democracia varias veces, y ponía énfasis en el
Principio de Autonomía y Separación de Poderes,
propuesto por Montesquieu, y al cual hizo referencia como “la columna
vertebral del sistema democrático”, y en varias oportunidades nos citaba que el
Sistema de Gobierno más perfecto es aquel que tiene respeto por dicho principio,
haciendo alusión a los gobiernos de Inglaterra y Estados Unidos, en donde
claramente están divididas las funciones del poder público, incluso Bolívar
proponía la composición bicameral en el parlamento por Diputados en
representación del Pueblo, y Senadores con cargos vitalicios, de carácter
hereditario e integrado por personas provenientes de familias pudientes para
garantizar que las leyes respondieran a los más altos intereses nacionales,
haciendo un paralelismo entre las cámaras de los comunes y los lores del
parlamento inglés, y las cámaras de senadores y diputados del congreso
estadounidense. Un sistema democrático efectivo se basa en la correcta
aplicación del Principio de Separación y Autonomía de los Poderes; la Contraloría, la Fiscalía, la Defensoría,
el CNE y los Magistrados del TSJ tienen que ser independientes y estar dotados
de verdadero poder, solo el poder pone freno al poder. Es el modelo de “controles y contrapesos”
ideado por Montesquieu en su obra “Del Espíritu de las Leyes”.
En
el caso venezolano, en teoría debería existir la garantía de este principio
porque constitucionalmente está prevista la existencia de 5 poderes públicos
que deberían ser autónomos e independientes, pero sabemos que en la práctica
dicha autonomía es nula, porque la
elección de los funcionarios que encabezan esos poderes no responde a razones
de salvaguardar los intereses nacionales, sino los intereses individuales de
los miembros del partido oficialista.
La
única manera que podamos garantizar en Venezuela dicho principio, es cambiar el
método de elección existente, por uno que realmente materialice el hecho que la
soberanía reside en el pueblo, es por ello que en mi blog en agosto del año
pasado dejé plasmada una propuesta que permitiría que personas de reconocida
solvencia moral, con amplia trayectoria, credenciales académicas, con las
mayores capacidades y que gocen de la aprobación de la mayoría de los
habitantes de la República pudiesen ocupar tan honorables cargos, los cuales
deben renunciar a la militancia activa en los partidos políticos, para no estar
amarrados de esta forma a una camisa de fuerza ideológica en el ejercicio de
tan dignas funciones, y se dediquen en forma exclusiva a resguardar los
intereses nacionales.
Para
su elección propongo un Sistema de Puntos, considerando las credenciales
académicas del evaluado, obteniendo un punto por cada título universitario
logrado, y otros que sean otorgados por
los diferentes entes que hacen vida pública y social en nuestra nación, cada
uno de los cuales, concederá uno o dos puntos de acuerdo a su criterio: El
Poder Ejecutivo Nacional, la Asamblea Nacional (en representación del Pueblo),
el Poder Judicial, la Iglesia Católica y
Fedecámaras, han de tener la facultad de otorgar 1 punto a los candidatos. Por otro lado, los siguientes cuerpos
colegiados en representación de la sociedad civil, podrán otorgar 1 o 2 puntos
a los candidatos: Las Academias Nacionales en conjunto, la reunión de los
Colegios Profesionales de Abogados, Periodistas, Médicos, Internacionalistas y
Economistas, y el consenso de las Universidades autónomas. Entre todos los postulados, los mencionados
entes podrán conferir los puntos a cuantas personas consideren capaces. Luego del conteo público, se nombrarán como
titulares de los cargos a los candidatos que hayan resultado preferidos por el
universo de evaluadores, y que sin duda alguna, con este Sistema elegirán a las
personas más idóneas. Sólo con la elección de los candidatos por medio de un
proceso tan sencillo y garantista del consenso nacional, podremos en nuestro
país tener seguridad jurídica, una correcta aplicación de las leyes, combatir
el flagelo de la corrupción y finalmente embarcarnos hacia el Desarrollo
Nacional.
Al
ya dejar claro lo que ha de ser un Estado Democrático, con este artículo abro
mis consideraciones acerca de los Principios Fundamentales previstos en el
artículo 2 de nuestra carta magna, en las próximas entregas les hablaré acerca
de los análisis conceptuales de Estado de Derecho, de Justicia, y Social y la
enorme diferencia que tiene este principio con el Socialismo (que por cierto,
aquí no existe). Luego, les presentaré
mi diagnóstico de la sociedad venezolana desde el punto de vista sociológico,
psicológico y antropológico para dejar sentados todos los aspectos
estructurales que hay que tener muy claros para poder enrumbar el país por un
mejor camino. Si no conocemos con
profundidad cada uno de los subsistemas que conforman nuestro sistema país, no
podremos aplicar los cambios necesarios que son imprescindibles para detener el
proceso de entropía que estamos padeciendo y comenzar con la depuración de esos
elementos negativos que nos afectan como sociedad. Como en un edificio, la estructura es lo
principal, luego podremos ir con las medidas específicas para los aspectos
económico, político, social y particularmente educativo.
La
reconstrucción de este país debe ser tarea de todos, por lo cual invito a que
te sumes a esta iniciativa de Construir la Nueva Venezuela con tus aportes,
comentarios, críticas y sugerencias.
Contáctame y pon tu grano de arena.
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